Nick Waterhouse + Nora Norman – La 3. Valencia 29-03-14

Nick Waterhouse + Nora Norman – La 3. Valencia 29-03-14

Solo faltaba que la gente que prefirió el Rhythm & Blues del californiano Nick Waterhouse hubiera entrado en La 3 de Valencia vestida para la ocasión para convertir el local en un verdadero garito añejo de finales de los ‘50. Gomina, zapatos de piel, tirantes, americanas… Lo retro emanaría desde el escenario y desde ese “Holly” que está presentando el californiano estos días por nuestras tierras (aún queda una cita más, esta misma noche en Music Hall de Barcelona) y que vio la luz hace escasos 20 días. “Retro-soul”, “soul”, “Rock”… llamémosle como le llamemos, Nick Waterhouse, asido a la naftalina del recuerdo sonoro, dio una masterclass de elegancia y de tradición. “…I can’t give you more than what I’ve got…”, reza en uno de sus temas… y eso fue lo que hizo, dar todo lo que tenía desde el reducto del viaje al pasado.

La gira de Nick Waterhouse llegaba de la mano del Budweiser Live Circuit y volvería a repetir con Nora Norman abriendo el show. La que fuera una de las promesas inesperadas de Youtube gracias a sus vídeos se vestía de largo como telonera y no solo se quedaba en las versiones que han llegado hasta nosotros, sino que presentaba algunos de los temas que formarán parte del que será su primer trabajo. Con una imagen bien definida y autodeterminante, Norma Norman se paseó por las calles de New York con un sonido que nada envidiaría al de los clubs de moda de la ciudad. Acompañada de Red One a la guitarra, Nora presentó su breve pero intenso setlist con cortes como “Dust” o “Fix it all again”. ¿Lo bueno?: el encontrarnos con una voz cálida y personal que consigue guiarnos por los recovecos de sus composiciones. ¿Lo malo?: que sea un estilo muy denostado en el mercado en lengua castellana. Esas cosas de los profetas, las tierras y demás dichos que... Frescura, sinceridad y una voz a tener en cuenta sobre el escenario. La noche comenzaba ganando puntos...

Tras un fulminante sold out en Madrid la noche anterior, Nick Waterhouse llegaba a una Valencia que cada vez parece más aletargada y sedada por los grandes festivales. Un aforo que quedaba lejos de llenarse, pero que sabía qué es lo que iba a encontrarse sobre el escenario de La 3. “Esto es como en el baile de graduación de las pelis”, escuchábamos decir a uno de los asistentes al que no logramos poner cara. Y nada más lejos arropado por su banda. Coros, batería, bajo, guitarra y metales para terminar de componer una de esas actuaciones que rozan la perfección y que desmontan muchos de los prejuicios que hicieron que más de uno se perdiera este show.

Energía constante en temas como “High Tiding”, “This is a game” o “Sleeping Pills” y ese cariz jazzie que se deja ver en los puentes musicales de cortes como en “Dead Room”, para desembocar en los coros acompasados de la bass line. Un resultado que bebe de muchos estilos clásicos pero que no termina de “casarse” con ninguno de ellos. Ahí está el elemento diferenciador de Waterhouse. No es un Eli “Paperboy" Reed firmando por el soul setentero y groovie; tampoco es un crooner a lo Michael Bublé de reminiscencia positiva y claridad vocal. Nick Waterhouse baja a los sótanos del rhythm & blues para darle un cariz personal a esas músicas que sonaban en las voces de Little Richard o Ruth Brown, que salían de los estudios de la Motown o que inundaban el “garage” de The Sonics, por poner un ejemplo. Y sí, las gafitas de pasta no son nada “hipster” y le acercan a un Budy Holly, más por la estética que por su propuesta musical.

Una destacable banda (con la felicitación al teclista J.B. por su cumpleaños) que sabía dónde situarse en todo momento. Como las grandes bandas de soul clásico, en un segundo plano, sin romper la elegancia del frontman, pero en esta ocasión con la oportunidad de lucirse en algunos solos, ya fuera teclado, bajo o el estupendo tándem de saxos, barítono y tenor (gafas sesentaras de sol de la saxofonista inclidas en el pack). Cabe destacar la voz femenina que hace los coros de Waterhouse y que, además, conseguía que la percusión en sus manos (pandereta, maracas y palos cubanos) tuviera un poso menos arquetípico a base de los cambios de ritmos o contratiempos.

Con una Gibson sin efectos, sin pedaleras... que también es posible. Nick Waterhouse no necesita nada más para volver a la esencia del rock antes del rock. Una sola guitarra, la suya, con la maestría del que conoce perfectamente los riffs más tipicos de la historia del rhythm & blues. Solo desde ese conocimiento o desde ese estudio previo, se puede conseguir lo que se alcanzó sobre el escenario. Encender a los asistentes con un increscendo escénico que acabaría con “Trouble” y “Some place” por todo lo alto, desmelenando al más escéptico y terminando de calentar, en el sentido más sexual de la palabra, a los asistentes.

En el setlist, dos licencias directas al pasado con las versiones de Young-Holt Unlimited (“Ain't there something money can't buy”, también dentro de su último trabajo) y con ese incendiario “Pushing too hard” de The Seeds, sacando en lado más rock. Un final para terminar quitándose el sombrero (si lo lleváramos, claro) ante los 7 músicos que estallaban en la entrega sonora de cada uno de los cortes incluidos en el show.

Nick Waterhouse es esa “gran esperanza blanca” que cíclicamente aparece para renovar estilos pasados (el caso de Amy Winehouse), y esperamos que consiga romper ese ciclo y que ahonde en ese estilismo de renovación clásica y temple contemporáneo que encontramos, no solo en la puesta en escena de Nick Waterhouse, sino en la brillantez tóxica de sus dos trabajos editados. Reverencia al maestro y larga vida al rhythm & blues. Os dejamos con un pellizco del sobresaliente show de Waterhouse con el “I can only give you wverything” en directo desde La 3.