Ayo - Sala But. Madrid 27-03-14
Creo que no exagero si digo que Ayo enamoró a todos y cada uno de los asistentes a su concierto anoche en la sala But de Madrid, local que contaba con su pista de baile llena de un público ansioso por ver a una artista inédita en los escenarios madrileños.
Creo que no exagero si digo que Ayo enamoró a todos y cada uno de los asistentes a su concierto anoche en la sala But de Madrid, local que contaba con su pista de baile llena de un público ansioso por ver a una artista inédita en los escenarios madrileños.
Pasadas las nueve de la noche, hizo acto de presencia una
figura alta y esbelta, Joy Olasunmibo Ogunmakin que con una guitarra acústica al
hombro y con su arrolladora actitud revolucionó el ambiente y conquistó al
público desde el primer minuto. Es increÃble la rapidez con la que se puede
empatizar con la cantante. Irradia alegrÃa y energÃa positiva por los cuatro
costados. Nos pidió disculpas por la
media hora de retraso con la que empezó su espectáculo. Y si nos lo pide con
esa voz aterciopelada y esa sonrisa perfecta… ¿quién no iba a conceder tal
perdón? El ego es una caracterÃstica habitual en muchos artistas pero en esta
ocasión no encontramos atisbos.
Sus canciones son muestra de su actitud ante la vida, y
están llenas de inquietudes y preocupaciones pero también de optimismo y alegrÃa de vivir.
Hizo un repaso por su ya amplio repertorio. Life is Real supone una declaración
de principios mostrando su fuerte personalidad escondida bajo esa apariencia delicada,
Who y Complain son muestra clara de la influencia del hip hop y el Reagge en su
música. Un espléndido piano nos presentaba Wouldn´t It Be Better, una de las
más coreadas por el público al que terminó de conquistar con la hermosÃsima I
Need You.
No paró de interactuar con el público y sus músicos, formando
un equipo retroalimentador de entusiasmo y risas contagiosas. Nos preguntó si
nos gustaba la música soul, pregunta retórica que sirvió para introducir a
sus mayores influencias entre las que mencionó a los Jackson Five, Marvin Gaye
y en general el sonido Motown, un sÃmbolo del resurgir afroamericano que supuso
la ruptura de las barreras raciales y la proliferación de artistas irrepetibles
en los años 60.
En un momento de la noche le perdimos la pista, desapareció
del escenario y sólo oÃamos su angelical voz repetir: “Hola, ¿cómo está?”.
Tardamos en darnos cuenta que se encontraba entre el público dedicando
sonrisas, haciéndose fotos, rapeando y bailando, haciendo sentir a todos pieza
imprescindible de su espectáculo.
En el tramo final del espectáculo el grupo se escondió entre
bambalinas y una ovación ensordecedora sirvió de preludio a los bises, Down On
my Knees, una de las más conocidas por el público desató el entusiasmo, siguió
Ticket To The World, un manifiesto en el que Ayo anhela justicia social y
derechos humanos para cumplir sus sueños. El concierto terminó con Fire, una
mezcla de folk y hip hop que ilustra la revolución que se propagó anoche por la
sala.
Ayo es el segundo concierto de los siete que forman la
primera edición de Madrid Inquieta, nacida con la intención de revitalizar la
decadente escena cultural musical de Madrid, repudiada por polÃticas que la
desprecian y ningunean. Y el objetivo se está consiguiendo, no se ha podido
empezar mejor. Maceo Parker el miércoles y Ayo el jueves, llenaron las salas
madrileñas y volvieron a situar a la ciudad en el foco como referencia
internacional del divertimento y la cultura. Y esto no ha hecho más que
empezar, quedan todavÃa cinco conciertos. Que el show continúe, que se llenen
las salas, que el público disfrute de una iniciativa que va mucho más allá del
mero entretenimiento, que nos enriquece. Madrid lo necesita, se lo merece.
FotografÃa: ALBERTO ALONSO (ALQUIMIA SONORA)
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