Molotov Jukebox + Mood - Sala Wah Wah. Valencia 26-11-14

Se les ansiaba por estos lares desde que hace más de dos años se colaran en la fiesta de presentación del ManchaPop (uno de esos festivales que nunca llegaron a tener lugar): Molotov Jukebox por fin se dejaba caer por tierras hispanas más allá de su paso por un festival como el Iboga o de algún bolo esporádico de promoción. Atracaron su galeón en la sala Wah Wah de Valencia para inyectar ganas de fiesta a mitad de semana (siempre es de agradecer) y no, por si lo preguntáis, ni Osha ni dragones de por medio. Eso sí, un carnaval, sin concesiones al descanso, al bostezo inducido o al aburrimiento: Llegaba la fiesta de Molotov Jukebox.

Desde Barcelona, Mood se estrenarían en la gira de Molotov Jukebox, y es que desde este concierto en Valencia, seguirían con los ingleses en el resto de fechas de la banda. Timothy Moore (voz, guitarra) y Stefan Häublein (batería) convertían en dúo un trío que suele completar Pepe Carbò (bajo). Una propuesta de stoner-rock, alejada totalmente de lo que nos dejarían los de Natalia Tena. El dúo metió en un misil retazos de britpop, sudor de post-punk y algo de entelequia indie y lo disparó sin remordimientos.

“Electric Overdose” es el trabajo esbozaron con temas como “Lost it”, “Song for you” o ese “Gypsy” que, pese a su título, los primeros compases la colocaban más cerca de la banda de Josh Homme que de la que les acompañaría esta noche. Querencia al pop-rock inglés de los '90 y mucha policromía a lo Arctic Monkeys, Muse, Oasis... Sobre el escenario menos arrolladores que lo que podría esperarse, quizás por ver mermada la formación en este concierto o porque sabían perfectamente que el público asistente solo tenía en mente lo que sucedería después. Sin embargo, y pese a que Häublein acabara con el bombo rasguñado, no vimos lo mejor que Mood puede dar en directo, quizás para la próxima vez.

“Carnival Flower” es el primer lago que los ingleses Molotov Jukebox están presentando por su gira española. 2 EPs a sus espaldas y un puñado de canciones bailables como chutes de adrenalina que dieron paso a un largo (y que también os presentábamos en estas líneas), menos brillante que sus trabajos anteriores, pero con la misma pretensión de armar la fiesta sobre el escenario. ¿La duda? Ver cómo funcionarían los temas más lentos como “Punchliness” o “Neon Lights” en directo. ¿La apuesta? Haber sido con anterioridad testigos del huracán de gypstep que estos músicos desatan sobre el escenario.

Si es incontestable la energía de Natalia Tena (voz, acordeón) al frente de Molotov Jukebox, y su figura como la frontwoman de la banda, es justo decir que Sam Apley (violín, voz) es el partenaire perfecto para terminar de activar su show (“Housefire Smile” fue sin duda su momento del show adoptando él las riendas del tema). Junto a ellos, Rami Sherington (batería), Tom Wilson (bajo), Adam Burke (guitarra) y Angus Moncrieff (trompeta) en esta orgía de mestizaje entre el ska, la música gitana, el dubstep… Una banda que no solo se cuida de salpicar la espontaneidad, el buenrrollismo y la diversión con un virtuosismo travestido, sino que es capaz de hacerse con el público sin necesidad de mucho esfuerzo.

Las normas las intentó poner sobre la mesa Natalia Tena nada más subir al escenario. "Móviles fuera y a bailar todo el mundo". No consiguió que la nutrida sala (con un aforo más que respetable siendo un miércoles) siguiera sus principios, pero sí que acompañaran a la banda en todo momento. Más cercanos a la fiesta de cariz mediterráneo que de lo que sucede en los pub ingleses, Molotov Jukebox se lanzaban a lo kamikaze con “Soldiereress’s Lament”. A partir de ahí, “Tick tock”, “Tread softly” o “Housefire smile” compartían protagonismo con un Mario Bros. que se colaba en el “Give it a go” o con la intro cinematográfica, “al servicio de su magestad”, del “I need it”, cross-stick mediante. Lástima que se dejaran atrás el cover "Get Ready" de The Tempations. Chicos, para la próxima.

Y si además le añadimos que el castellano sirvió de lengua vehicular para comunicarse con el público en todo momento, y para incrustarse en temas como “Don’t wanna know”, la banda lo tendría fácil en esta primera gira española. De la música más “gitana” al tropicalismo de “Tropical BadBoy”, que bien podría haber convertido la sala Wah Wah en un trocito de Notthing Hill durante el carnaval. Y para acabar, la fiesta con "Gypsy funeral", lanzando a los presentes a bailar y saltar sin parar. Eso se llama conducir un concierto hasta lo más alto.

La prisionera de la Casa Stark de George R. R. Martin mostraba la cara más canalla de su trayectoria. De actriz premiada y reconocible cara televisiva a estar en el frente de la batalla gamberra que capitanea sin perder un ápice de su poder de atracción. Una órbita gravitatoria en la que tanto la banda como los presentes acabamos anclando nuestros quehaceres semanales. Se agradece que con poca pose, con escasa altanería, la banda supiera llevarse de calle a los asistentes dándoles lo que, en realidad, todos buscamos en un concierto: diversión. Y a eso nadie gana a Molotov Jukebox. Como muestra de lo que pasó en su paso por Valencia, os dejamos con el "Give it a go".