Le denominan “misterioso”, quizás porque no es uno de los
habituales de las revistas o porque el circuito indie aún no ha absorbido aún
su figura para incorporarla a los “habituales” pero de misterioso nada. Henry Lee Schmidt venÃa de un proyecto,
The False Friends, donde ya habÃa
esbozado una lÃnea musical que ahora, en solitario (aunque casi siempre con
banda) explota y desarrolla a sus anchas.
A Granada llegaba anoche de manos de Fuzzy Chain, esa promotora que se ha empeñado en que, de vez en
cuando, dejemos de ir a ver los mismos grupos a los mismos sitios, y empecemos
a conocer otros grupos, otras músicas. Ayer la apuesta era arriesgada y la
respuesta del público escasa a pesar de que tener en Granada “personajes” de
este tipo no es algo que ocurra todos los viernes.
Porque al fin y al cabo, Henry Lee Sschmidt es eso, un
personaje al que algunos medios han llamado “ese extravagante tipo del sombrero”.
Un sombrero bajo el que se esconde una personalidad peculiar y una gran voz que
no sólo es eso, sino que es la encargada de dar fuerza y congruencia a un
trabajo que cumple todos los requisitos de calidad para situarle, en cuanto
empiece a sonar más habitualmente por las salas, en uno de esos raros autores “de
culto” que finalmente se convierten en moda.
VenÃa presentando “…
In The Wrong Country”, un disco que podÃa pasar por americano, como también
puede pasar el propio Henry. Un trabajo con el sabor de ese costumbrismo de las
praderas y el olor a cuero de las unas botas vaqueras. Repasando todas esas
pistas de folk’n’roll incluidas en ese último trabajo y algunas de su anterior
EP, desde el principio mostró la intención y la capacidad de hacerse con un
público que, si bien escaso, al menos llegaba completamente entregado y
convencido de que estar ahà anoche era mucho más que un concierto.
Hasta tal punto que, en su afán por hacer participar al
público tuvo el detalle de repartir panderetas entre el respetable para que le
acompañasen en algunos temas. Lástima, eso sÃ, que algunos no supieran cuando
dejar de darle a la pandereta y en algunos momentos la tensión musical de los
temas se confundiese con el continuo ruido arrÃtmico que producÃan algunas de
éstas panderetas.
Por lo demás, una impecable ejecución de los temas y un
sonido más que decente hacÃan de la propuesta un éxito a nivel musical y una
experiencia muy positiva para quienes nos acercamos a Polaroid Club para escuchar
a este “personaje” que tan bien trabajado y cultivado tiene Henry Lee Schmidt y
que tan buenos resultados puede seguir dándole de seguir en esta lÃnea.
Antes que él, en el escenario tuvimos la oportunidad de
asistir a uno de los últimamente escasos conciertos de The Miskin Ronson. Los granadinos siguen paseando su bolsa de
palomitas por los escenarios con un nuevo cambio en su formación (ha habido
cambios en su baterÃa) y esos temas que se mueven entre el country y el rock
setentero fieles al estilo que mostraron desde sus primeras apariciones en
público.
Lástima que, por algún motivo, el sonido no terminó de
hacerles justicia y en algunos momentos el grupo se mostró algo tenso,
conscientes, como supongo que eran, de que no terminaban de sonar como querÃan.
Esperemos que, en futuras apariciones, más cuajados y con más ensayos encima,
el grupo vuelva a mostrarse como le hemos visto hasta en otras ocasiones.
Esperemos también, que esta apuesta por traer músicas
diversas y por introducir en el circuito granadino otras bandas siga delante de
la mano de Fuzzy Chain, esta promotora que tiene claro que no sólo de indie
vive el hombre.
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