Polonio
participan en el segundo aniversario de los Aperitiver organizados por la
revista Verlanga en Tulsa Café sacando brillo a su disco, "Gran baile de
música moderna"
Muchos conocéis de sobra los Aperitiver que viene organizando desde
hace tiempo el webzine Verlanga los
sábados tarde en el Tulsa Café del
barrio de Benimaclet. Son conciertos en un horario cómodo, a precios baratos y
con una selección de grupos que los hace imprescindibles en la oferta de música
en directo local. Más motivo hay para visitarlos si resulta que los
organizadores cumplen dos años de existencia y lo celebran durante el mes de
abril con tres Aperitivers imprescindibles para entrar en la primavera con buen
pie: el pop-rock de Ramírez, el pop
optimista de Polonio y la canción en
nuestra lengua de Clara Andrés.
Polonio fue la formación encargada de
llenar el escenario del Tulsa Café el pasado sábado. Decimos "llenar"
por que de hecho lo hicieron en el sentido físico, acoplándose como piezas del
tetris sobre el reducido escenario, y en el sentido metafórico puesto que el
repaso que dieron a su álbum, "Gran Baile de Música Moderna", llenó
la sala de optimismo y buen rollo compartido por todos los asistentes. Llenazo
también el de la propia sala con gente sentada por el suelo incluso, para ver
mejor y escuchar al sexteto.
Antonio, subió acompañado de Sandra (voz, coros y violín), Ernest (voz, coros y trompeta), Jordi (guitarra y teclados) y Lourdes (coros y bajo) de la formación
original, acompañados de un reducido set de batería ocupado por Rafa Estrela (Chesterton), ante la ausencia de Miguel. Antonio,
como siempre, guitarra acústica y buen humor para presentar el repertorio que
consistió en un contundente repaso de ese compendio de trallazos de pop
deslumbrante que es su primer largo publicado. La paleta de colores de la banda
contiene el espectro completo del arco iris y así no dudan en navegar todos los
géneros posibles para revestir sus composiciones de esa calidad cromática que
las hace brillantes e irresistibles.
Teniendo como centro de gravedad el pop, en su acepción más yeye al tratarse de
referencias de Pirineos a bajo, Polonio navegan por todos los géneros a la hora
de vestir musicalmente sus letras que, básicamente, hablan de amores y
desamores con esa certeza y transparencia que las hace universales pero que
huyen de lo ficticio y sensiblero.
A la hora de emocionar, Polonio
revisita un corrido mejicano, el tropicalismo, la bossa nova, el pop más añejo,
tanto nacional como con referencias al west coast, y engasta los temas con
preciosos arreglos de cuerda, vientos y teclados para arropar estribillos
dignos de ser coreados. Eso fue lo que ocurrió en un Café Tulsa abarrotado que
disfrutó y cantó en muchos de los temas, especialmente en "Pirámides",
"Bailamos con el sol" y "Salvavidas" que contó con la ayuda, desde el
principio hasta el final, de las palmas de la gente.
¿Sorpresas? Por supuesto. A mitad de
concierto, Antonio se despojó de la guitarra y anunció que iban a hacer una versión sin especificar de que tema se trataba. Cuando nos encontramos con los acordes
de "Hawai Bombay" de Mecano, una sonrisa levemente sardónica
iluminó la mayoría de las caras para, según avanzaba el tema, transformarse en
una sonrisa de complicidad con los músicos que dieron una lectura a la canción
del trío madrileño que la transformó en una verdadera joya sobre el escenario,
sobre todo por la innovación en los coros que aportó la banda.
Para el inevitable bis de rigor, se
reservaron otras dos versiones, interpretadas, como siempre, con ese tono
propio que consigue llevarlas a su terreno e imprimirles su sello personal.
Nada menos que Bruno Lomas,
"Mucho" y Miguel Rios
"El Rio", sirvieron para cerrar con entusiasmo un concierto
brillante, que subió muchos grados la temperatura del local y que sirvió para
convencernos a todos de que hay música que alegra el alma.
MAS INFO:
0 Comentarios
¡Comparte tu opinión!
Esperamos tu comentario