Se echaba de menos el luminoso de Industrial Copera presidiendo un escenario y en esta ciudad, han tenido que venir Second para que la que suscribe se acerque hasta su nueva ubicación para comprobar, de primera mano, que la esencia y la filosofía de la Copera siguen intactas. Cuando uno llega a un concierto de los murcianos lo hace sabiendo que va a ser teletransportado. Y, como lo mejor es empezar los conciertos con fuerza, el tema que abría anoche este bolo era precisamente ese, un “2502” que enganchó, indiscutiblemente, a un público que parecía competir en darlo todo con la propia banda.

Está claro que a Second, en Granada, se les quiere. Un lleno, discreto (en esta ciudad siempre coinciden varios conciertos a los que uno quiere ir y el público se divide), que dejaba espacio para saltar y bailar e incluso hacía más cómoda la estancia de quienes estábamos en las primeras filas sobre todo teniendo en cuenta que esta sala tiene el escenario bastante alto y es preferible dejar un espacio entre este y la primera fila lo cual (todo tiene su lado bueno y su lado malo) permite que se vea bien al grupo desde la parte de atrás sin problemas. 

Buen sonido, buena iluminación (demasiado humo para mi gusto pero a mí siempre me estorba el humo) y buen ambiente en una sala que demuestra ser muy apropiada para este tipo de eventos. Y en ese buen ambiente, temazo tras temazo, Second sacó desde el principio su artillería pesada para no dejar atrás casi ningún tema de su último disco y dejarnos pasear a todos en esa “Montaña rusa” que parece haberles llevado sólo en ascensión.

Muy implicados con el público tanto el cantante como Jorge Guirao (guitarra), Nando Robles (bajo), Javi Lorenzo (guitarra y teclados) y Fran Guirao (batería) dieron el espectáculo que todo el mundo esperaba ver en esta gira despedida de su último trabajo.

“Las serpientes”, “Antiyo”, “Caramelos envenenados”, “Si todo se oxida”, “La distancia no es velocidad por tiempo”, “Lobotomizados”, "Nueva sensación" y toda la sucesión de éxitos de un grupo que está recogiendo lo cosechado con este álbum y que terminó con un “Rincón exquisito” en el que todo el público se volcó especialmente para despedirse del grupo como merecen. Aunque, prácticamente, no hubiera hecho falta una despedida en una actuación que mantuvo a los asistentes en un punto alto durante todo el concierto gracias al gran frontman que es Sean Frutos y su feeling con un público que estuvo entregadísimo toda la noche.

Antes que ellos, los granadinos Koel ya habían dejado alto el listón y el ambiente caldeado. El grupo, que se perfila como un “Glorioso campeón” que puede llenar su trayectoria de “Triunfos personales”, volvió a dejar claro, una vez más, que son una de las más firmes promesas de la música independiente local.

Anoche, en Industrial Copera, Koel demostraron que merecían ser unos más que dignos teloneros de Second (como el propio Sean hizo notar durante el concierto) y que con su “Lejos de lo trivial” pueden, y deben, dar mucho que hablar no sólo a nivel local sino fuera de aquí. Con mucho mejor sonido que las otras veces en las que hemos tenido oportunidad de escucharles, lo cual se agradecía especialmente en los momentos en los que el violín aporta ese toque glamuroso y especial a unas composiciones ya de por sí redondas.

Indiscutiblemente, la voz de Gabi Beteta, se gana a un público cada vez más exigente con todas las novedades en los escenarios y que, anoche, salió de la sala plenamente convencido de que este grupo va a hacerse un sitio próximamente. En el grupo escuchamos también Iván (batería), Ángel (violín y sintes), Nico (Bajo) y Efrén (teclados). Recomendación, que no les perdáis de vista, este grupo tiene mucho que decir en Granada.

Crónica: María Villa
Fotos: PerseFone

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