Los Planetas cuelgan el "Sold out" en Industrial Copera (Granada) 09/05/2015


Profetas y Planetas en su tierra. Como pocos. con el “Sold out” colgado hacía semanas y mucha expectación alrededor de su último trabajo, ese “Dobles fatigas” (El Sergel – 2015), un EP en el que vuelven a poner el acento (granaíno) en los cuatro temas que recogen en el mismo. Temas de los que tocaron tres que, obviamente, se quedaban cortos para las dos horas de concierto (con tres bises a falta de uno) con que pusieron la sala boca abajo.

Una sala llena a rebosar, escaleras y zona VIP incluida en la que moverse se convertía en toda una odisea y donde, el único pero (en Graná se ponen peros hasta a las cruces) fue el sofocante calor que generaba la gran masa humana congregada, cual satélites, alrededor de Los Planetas.

Veintiocho temas entre los que no podía faltar la estelar apertura con “Los poetas”, de una ópera egipcia”, tras una intro llena de cantos de muecín que ponía en situación, para recibir esos cantos coránicos en los que se basa el tema (y que se repitió a la entrada de cada bis en pequeños fragmentos), en una tierra donde la poesía y sus poetas son, sin dudas, un atractivo incluso turístico.


Impresionante Eric desde su entrada al escenario, con una luz cenital que le alumbraba a él en exclusiva dando espectáculo baquetas en mano desde el minuto cero. A Eric hay que observarlo atentamente durante los conciertos, una lección de maestría y estilo a la batería. Ayer, especialmente, en su tierra, con todos los que alguna vez pasamos a brindar con él y a escuchar música en su bar, con todos sus amigos entre el público, Eric parecía mucho más enorme de lo que ya es de por sí.

El escenario, en penumbra con un juego de luces indirectas que alumbraban a todos los sitios excepto al propio grupo, en una atmósfera galáctica, difusa y brumosa, J. cogía la guitarra y cantaba (sí, es cierto que no se le entiende nada, pero es coherente hasta en eso, Los Planetas suenan así) Mucha solvencia, y coherencia, en los temas que componen el EP, que vienen a demostrar que Los Planetas pasan por un buen momento a pesar de que no se prodiguen discográficamente y que temas como “Motores de combustión” o “Estadística”, en directo, demuestran que la banda aún hace temas necesarios en su larga biografía personal.

Intacta su capacidad de emocionar al público con temas que eran imprescindibles en la noche, como “Virgen de la Soledad”, “Señora de las Alturas”, “Corrientes circulares”, “Santos que yo te pinté”, “Devuélveme la pasta” y ya en los abundantes bises “Alegría del incendio”, “De viaje”, “Soy un pobre granaíno”, “Entre las flores del campo”, “La copa de Europa” y “Romance de Juan de Osuna”.


Estas dos últimas para cerrar un concierto que resultó espectacular de principio a fin y en el que destacó especialmente la interpretación de unos tangos granaínos cantados a la particular manera de J., reivindicando ese granadinismo que lleva siempre por bandera, junto a Florent, Banin y Julián como escudería perfecta, la que conforma nuestro grupo más internacional.

Anoche, confirmando la Industrial Copera como la sala mejor preparada en estos momentos para acoger este tipo de eventos tan multitudinarios, el recorrido por la historia planetaria fue amplio, intenso y compartido por un público que se sabe bien las letras (gracias a eso se podían identificar algunas de ellas con más claridad), un público que arropó y compartió con Los Planetas una noche, tan estelar, que llenó el cielo de Granada durante dos horas en las que, ni “la miajilla” calor que pasó el público pesara en el ánimo de unos incondicionales que elevan, siempre, a las alturas, a esta formación que tan bien representa, tantas y tantas cosas de la peculiar idiosincrasia granadina.


Antes que ellos, abriendo la noche, los también granadinos Pájaro Jack trajeron el bien, mucho bien, un recinto que se iba llenando poco a poco, pero que registró una buena entrada ya desde la aparición de los teloneros. Un bien, del que acaban de presentar su segunda parte “Vuelve el bien Parte II” en la que ya han abandonado, definitivamente, ese aire folk que caracterizó su primer disco, homónimo, a partir del cual su sonido ha evolucionado haciéndose más suave, más “benévolo”, haciendo uso del título de su última entrega, que nos ha llegado en dos partes.

Muy buena, como siempre, la interpretación la banda liderada por Jaime, que pone su particular voz a una formación en la que la calidad de todos los músicos define la línea de un proyecto, que tiene todos los ingredientes para cuajar y formar parte de los grupos de referencia, dentro de su particular estilo, en la ciudad.

Nos marchábamos así, con buen sabor de boca por las tres horas de concierto, que se repartieron entre ambos grupos para que, en esta ocasión, todo quedara en casa, entre un público que demuestra su fidelidad a las bandas que sonaban en Pedro Antonio y aledaños en los noventa y la buena acogida a los relevos generacionales con los que comparten escenario.

Granada sigue siendo así, un planeta distinto en el que la música suena diferente. Y es ahí donde la ciudad, y sus músicos, hacen grande lo que aún queda de lo que fue “la escena granadina” y te hacen estar orgulloso de formar parte de ella. 

Crónica: María Villa
Fotos: PerseFone y J.M. Grimaldi 

Más fotos en: PERSEFONE

Otras fotos en: J.M. GRIMALDI y blog de J.M. GRIMALDI 

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