El quinteto valenciano estrenan su tercer trabajo, "Lülla", un disco de madurez que conjuga elegancia, sensualidad e intensidad a partes iguales.
Quizás la crítica más sincera que se
pueda hacer con un disco después de escucharlo es decidir que lugar de tu
estantería va a ocupar a partir de ese momento. En el caso del disco homónimo
de Lülla ese sitio ya está decidido desde hace días junto a volúmenes como
"The Sea" de Morcheeba,
"The Magnificient Tree" de Hooverphonic y "Dummy" de Portishead. Al alcance de la mano para
tardes de ocasos intensos y noches que ofrecen promesas. Y es que con su
tercera entrega, Lülla han facturado
su mejor obra hasta el momento.
Si uno buscaba en este disco la
continuación de "Fall in love with
yourself because I love you no more", comprobará que la intensidad que
chisporroteaba en éste se ha transformado en un calor homogéneo que emana de
todo el disco, no sólo concentrado en algunos de sus cortes.
La espléndida fotografía de la portada,
obra de Juan Terol, compuesta por
una docena de nubes, ilustra perfectamente el contenido del disco: once composiciones construidas de la misma materia: intangible, orgánica, entre el
blanco y el negro llena de claroscuros, presagiando una mañana tranquila o una
tormentosa noche. En la homogeneidad de la imagen de cubierta se puede ver una
metáfora de la homogeneidad de los temas que contiene el álbum.
En el tercer disco de su ya larga
carrera, editado en Malatesta Records al
igual que sus precedentes, "Fiesta"
y "Fall in love with yourself because I love you no more", Carolina Otero (voz, melódica y textos), Diego López (guitarra y teclados), Juanjo Frontera (guitarra y bajo), Javier Lacasta (bajo y guitarra) y Juan Terol (batería y percusiones), han
conseguido definir aún más su característico sonido y ofrecernos una obra que
rezuma madurez, elegancia y buen gusto. Puro Pop noir como de forma inspirada
hace ya tiempo que se etiquetó el sonido del quinteto.
En el caso de Lülla, la madurez les ha servido para quitarse el lastre de tener
que demostrar que son buenos músicos y limitarse sencillamente a serlo. Hay un comedimiento en
todos los instrumentos, en todas las piezas como si los protagonistas no
quisieran ahogar con sus notas los silencios del resto, construyendo las
canciones sólo con lo imprescindible: con lo que se pierde en
"bisutería" se gana en convicción y sentimiento.
Foto: Juán Terol
Increíble la sección rítmica con un
Juan desprovisto de casi todo elemento percusivo, excepto de su excepcional toque y sentido
del ritmo, acompañado de ese bajo que toma reivindicaciones melódicas a la par
que rítmicas, tejiendo por debajo de los temas auténticas melodías que
sostienen el disco de principio a fin. Diego y Juanjo le dan el punto de
elegancia a la marca Lülla. Esos arpegios perezosos, punteos minimalistas,
apenas pinceladas en un lienzo en el que lo desnudo ocupa más que lo dibujado.
Por último la voz de Carol pone el
contrapunto al conjunto de la obra. Vocalista
reivindicada por esta web como una de las mejores de la escena local, y
compositora con su banda Carolina Otero
& The Someone Elses, arropa con
su voz y su técnica once de los temas del álbum. Un ejercicio vocal mucho más
comedido que otros a los que nos tiene acostumbrados en otros registros, pero
que destila elegancia como el resto del disco.
Grabado como el anterior en el estudio El Sótano y producido de nuevo con el
mismo acierto por el imprescindible Dani
Cardona, el álbum se abre con un corte, "About time" que escapa de la línea discursiva del resto
del disco, más pródiga en caricias de satén y terciopelo, sonidos oscuros y
tenues luces rojas. "About time" es un trallazo de indie pop del
calibre de los que facturaban The Sundays o The Passions.
Le sigue la etérea "Your Ways", tema que si calificásemos de balada
desmereceríamos inmediatamente su valor y su genio, parece tejido de la misma
materia que las nubes retratadas por Terol en la cubierta, desenvolviéndose en
sí mismas ajenas a lo que pasa en cielo y tierra. Tema protagonizado por un
teclado con reminiscencias a los Bran Van 3000 de "Drinking in L.A.",
es sin duda uno de los tesoros que encierra el álbum. Con "Sorry about that", nos encontramos con uno de los
singles del disco y una de las canciones que mejor resumen la esencia de éste.
Instrumentación con toques jazzy y voz sensual para narrar una historia de
género negro que juega al equívoco. Uno de los temas estrella del disco y que
estamos deseando escuchar en directo.
"Me,
shadows" nos
reencuentra con la parte menos amable de Lülla: guitarra monótona e hiriente
que presagia un clima arisco con un teclado de fondo que añade desasosiego al
tema. Tras la pequeña tormenta que supone el anterior corte, el cielo escampa
con dos magníficos temas, "Something"
y "It wasn't me". El
primero, la canción con el tempo más lento del disco que la hace ideal para
escuchas junto a la chimenea, el segundo nos traslada a la atmósfera de un club
lleno de humo iluminado por tenues luces rojas.
"Lülla",
canción que toma el
nombre de la banda es un precioso instrumental en el que sobre una
instrumentación mínima destacan un inspirado diálogo entre teclados y melódica.
"A pact", una pequeña joya
con aires a la Velvet Underground más luminosa, precede a "Lioness", otro tema de tempo lento pero cuyo final se
enciende con unos magníficos coros. "Farewell"
es un magnífico lamento hilvanado con apenas una acústica y una percusión
mínima, tema en el que los silencios ocupan un lugar tan importante como las
notas.
"Rivers
of Pain" cierra el
álbum y lo hace de manera sobresaliente. Si durante la duración del disco, las
canciones incitan a seguir su ritmo con una especie de baile contenido, el
fraseo de guitarra que contiene es de los que hacen cerrar los ojos y dejarse
llevar por la sensualidad que emana hasta la tormenta final desatada por el
duelo de guitarras y cambio de ritmo que evoca a Pavement. Un tema que pide a
gritos una remezcla para la pista de baile.
Finalizado el disco, un regalo. Como
bonus track, "Mummy",
canción que ya conocíamos puesto que figura en su set list desde hace ya un par
de años y que devuelve a la banda al sonido de su anterior álbum.
El próximo sábado 30 de mayo, el
quinteto estrenará su tercer álbum en la Sala
Russafa, precedidos por Lanuca, escenario que ya han pisado en otras ocasiones y sin duda, uno de
los más adecuados a la idiosincrasia del disco, once inspiradas
canciones que esperamos tengan la repercusión que merecen.
MÁS INFO:
https://malatestarecords.bandcamp.com/album/l-lla
https://www.facebook.com/lullamusica?fref=ts
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