Mackenzie Scott firma un trabajo con verdad y lo llena de intimidad
Segundo trabajo de la cantautora Mackenzie Scott, que firma como Torres y que nos muestra una fragmentos de los capítulos de su propia vida. Hasta aquí todo normal. Lo verdaderamente distinto llega cuando nos enfrentamos a "Sprinter" y nos ponemos en la piel de la de Nashville. Leit motiv recurrentes que se prolongan a lo largo de los 9 cortes del disco y que van desde la autoreflexión a los desencuentros pasando por los azotes velados que da a la religión o a los momentos más desnudos de su vida familiar. Deja el pudor emocional a un lado para conducir en primera persona un trabajo lleno de verdad, que no por ello se presenta complaciente y amable con todos los que a él se enfrentan.
El tema que abre el trabajo, “Strange Hellos”, es la perfecta carta de presentación de “Sprinter”. 47 segundos de intro que dan paso a la contundencia que se gasta Torres y a los ecos del rock capitaneado por mujeres en los ’90. Momentos que rozan la épica con ese “...Strange hellos are not my beg, better never having tha...” y que estallan en la rabia con la que Torres atiza en esta obertura.
En “New Skin” hace una especie de recuento de sus 24 años (realmente 23, como canta “...aged tired woman; in Jenuary I’ll be just be 23…”) que poco tienen que ver con los músicos de su generación. Crítica y con una revision vital de muchos capítulos de su propia vida. Desde ese componente religioso que ha estado siempre presente en su educación y con esa determinación de la construcción personal: “…I’m just trying to take this new sking…”. Temas que, como en este, la composición respira y vuelve a la carga para terminar de apuntalar los cimientos de una base lírica nada cómoda en la que Torres se sitúa.
La de Nashville recorre ambientes sonoros menos evidentes, como es el caso de “Son you are no island”. La recurrencia de esa voz de madre que llega en este corte con la casi plegaria “…Son you’re not a man yet…” repetido en cada verso. Uno de los temas más oscuros entre los que perderse y entregarse a la fuerza emocional que Torres es capaz de evocar. Un sangriento e incómodo “…I would know…” que pone el punto y final en este corte retumba sin cesar.
El tiempo vuelve a ser recurrente en “A proper polish welcome” y vuelve a situarnos en enero (como en “New Skin”). Un corte en el que Torres hace discurrir su voz por tesituras, de nuevo, nada evidentes y consigue empastarlas a la perfección con ese sonido de mar final. Un viaje, el que emprende en este disco, que lleva al tema que da título al mismo, “Sprinter”, nos remite a su anterior trabajo, y da cabida a esa educación religiosa, baptista, que antes comentábamos con líneas como “…The pastor lost his position, went down for pornography…”. Pero no paran ahí las referencias, como con ese “…Pray to Jesus Christ incessantly…” que aparece en “The Exchange” o en “Cowboy Guilt”, donde canta “…You had us in stitches with your chuch up year impressions...”. Un corte con el hacer referencia a St. Vincent (el cambio generacional en cuanto a referentes) queda más visible.
“Sprinter” es un trabajo que sigue la estela que comenzara su predecesor. Vida, emociones, estados… Ya sea con esa contundencia que comentábamos o con la cadencia prácticamente de vals con la que aparece “Ferris Wheel”. Temas que hablan de la soledad y de la tristeza y que aquí encuentran líneas como “…There’s nothing in this world I wouldn’t do to show you that I’ve got the sadness too…”. Pero para crudeza, la que se esgrime en “The harshest light”, que pese a ser uno de los temas más “verdaderos” de este trabajo también refleja esa misma luminosidad de la que habla (“…Light, light…”).
Con “The Exchange” Torres termina de desnudarse y de hacernos partícipes de esa intimidad. Y lo hace prácticamente a capella, únicamente acompañada de una guitarra que prácticamente pasa desapercibida. Una historia que habla del miedo, de árboles familiares… “…I’m afraid to see my heroes age…”. Una intimidad que no incomoda y en la que de repente nos vemos sumergidos, como ella misma (“…I’m underwater…”). Uno de los temas más largos de “Sprinter” y que acaba con ese grito calmado y llamando a su madre, a su padre. Quizás de los que más se distancien de la tónica general del disco, pero que nos acercan a una compositora que se ha instalado en la verdad de su corazón para escribir, para musicar sus propias emociones al borde de la lágrima sanadora.
“Sprinter” es uno de esos trabajos necesarios, tanto por parte de Torres como por parte de los que accedemos a él. Es una fábula en la que compartimos parte de su intimidad y la llegamos a hacer nuestra. La fuerza de sus composiciones y la valentía con la que es capaz de saltarse las barreras del pudor tanto familiar como emociona. Por “suerte” estará por nuestro país la próxima semana, pero por “desgracia” solo pasará por dos de las sesiones del Primavera Sound de Bardelona: el sábado 30 en el escenario Pitchfork (nueva confirmación del festival, aunque todavía no se han publicado en qué horario), y el domingo 31 como cierre del festival en la Sala Barts de la ciudad. Nos quedamos con el tema que da título al trabajo, un videoclip dirigido por Casey Pierce.
Torres: “Sprinter” (Dir. Casey Pierce, 2015)
Tracklist “Sprinter”:
01. Strange Hellos
02. New Skin
03. Son you are no island
04. A proper polish welcome
05. Sprinter
06. Cowboy Guilt
07. Ferris Wheel
08. The Harshest Light
09. The Exchange
Próximos conciertos Torres en España:
30 Mayo – Barcelona (Primavera Sound, escenario Pitckfork)
31 Mayo – Bardelona (Primavera als Clubs, Sala Barts)
Más info:
http://torrestorrestorres.com/
http://www.partisanrecords.com/
0 Comentarios
¡Comparte tu opinión!
Esperamos tu comentario