Sir James Paul McCartney, o Macca, para los amigos, hoy cumple la friolera de 73 años. Ya expliqué en un "Del pop y otras obsesiones" dedicado a su figura lo mucho que significa para mí su etapa en solitario y con los Wings, que en algunas de sus fases considero casi a la altura de los Fab Four. Bien es cierto que ha tenido tropiezos tremendos, pero este hombre nos ha dado a los amantes del pop tal cantidad de dosis de la droga que necesitamos, que es dueño de nuestra alma por toda la eternidad. De todo este periodo del que hablo, evidentemente, son muchas las canciones que podría escoger para destacar aquí, pero de todas ellas siempre me quedaré con "Dear boy", una sencilla y breve canción de melodía irresistible, de armonías imposibles y con una letra que pese a lo que muchos creyeron (incomprensiblemente) en su momento, no estaba dedicada al despecho a John Lennon, sino alguien tan ajeno a éste como John Melvin Jr. (bueno, coincidían en nombre de pila), el ex-marido de su esposa, Linda McCartney. En el disco que incluía la canción, a nombre de Paul y Linda, cuyo título era "RAM" (Apple, 1971) y que era su segunda referencia tras la separación de los Beatles, se incluían otras canciones con referencias más o menos claras a sus ex-compañeros de batallas, pero en este caso lo único que quería explicarle a este señor Paul era; "tío, lo que te has perdido". Y así encontrar una manera diferente, pero igual de bella que cualquiera más convencional, de declarar su amor a Linda. ¿Isn't it beautiful? Nadie como Paul para desgranar estas ideas sencillas pero que te toman al asalto el corazón con esas fantásticas progresiones de acordes y esos juegos de voces de otro planeta. Él, por cierto, no necesitaba de productores de renombre para hacer discos, se lo guisaba y se lo comía prácticamente solito y le salía así de fetén. Feliz cumpleaños genio entre los genios!
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