Un torbellino llamado Koko Jean Davis azota Valencia
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Foto: Juanjo Frontera |
Excitación, esa es exactamente la palabra. Su nombre no podría estar mejor puesto. The Excitements venden exactamente lo que se espera de ellos: sudor, vibración, excitación, exhuberancia y soul, mucho soul.
La carismática personalidad de la pequeña pero matona Miss Koko Jean Davis, unida a la calidad de unos músicos, que capitaneados por el guitarra rítmico de la formación, Adrià Gual, han alcanzado la plenitud incendiaria de todos unos Booker T and The Mg's "spanish version", hacen de su acto una de las referencias claras de la escena soul, no sólo española, área que definitivamente les queda pequeña, sino europea e incluso, qué caray, mundial. La procedencia afro-americana de su front-woman es algo que, queramos o no, es esencial para que una revisión de corte clásico del rhythm and blues de Atlantic, Stax o Motown, funcione. Además, hablamos de un verdadero tornado de mujer, que no para quieta. Mucho más allá de las tópicas comparaciones con la Franklin o la Turner, es notorio en ella un bagaje que escarba en toda la tradición de su pueblo y sale a flote con un personalidad genuina. En este momento, no hay muchas como ella en el mundo, vamos.
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Foto: Juanjo Frontera |
Más de dos años han transcurrido desde su anterior visita a nuestra ciudad que tuvo lugar precisamente, en el mismo escenario que ahora les recibe, el del Loco Club. En ese tiempo la banda ha editado un disco sobresaliente, "Sometimes too much ain't enough" (Penniman, 2013), algunos singles con descartes del mismo (la cara b del reciente "Don't you dare tell her") y sobre todo, han girado de manera incansable dejando su huella en festivales de todo pelaje -Purple Weekend, Festimad, Beat Goes on, Jazzaldía-, tanto en España como por toda Europa. Su fama como espectáculo en directo no para de crecer y está plenamente justificado: el huracán que desatan los siete personajes que hay sobre el escenario (no sólo Koko es fabulosa, cada uno de los instrumentistas también lo es) no es algo susceptible de contemplarse frecuentemente en el circuito soul. Hay grandes bandas en España y en Europa que hacen buen soul, funk y rhythm and blues, con oficio y entusiasmo, pero no es como esto. Lo que hace este combo de Barcelona tiene una autenticidad, una denominación de origen, que ni en sueños pueden alcanzar los demás.
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Foto: Juanjo Frontera |
Tras el inicio puntual con los primeros compases de la vertiginosa instrumental "The hammer", un Adrià Gual convertido en maestro de ceremonias de la misma manera que uno de los Famous Flames lo hacía con James Brown en los tiempos del Apolo, introdujo a la audiencia a Miss Koko, que ni corta ni perezosa salió disparada a agarrar el micro. La expresión "no parar quieta" se queda estrecha ante esta especie de vendaval hecho fémina. Ni un sólo segundo de descanso (bueno, apenas unos minutos para cambiar de indumentaria antes de los bises), ni de respiro para una comunión entre artistas y público digna de una misa gospel, aunque que mucho más orgiástica.
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Foto: Juanjo Frontera |
Poca necesidad tienen The Excitements de acudir a la revisión de viejos clásicos, puesto que cuentan con dos discos brillantes que nutren un repertorio tan bailable como interesante. Canciones a la altura de los clásicos que tratan de emular, como "Take the bitter with the sweet", el claro homenaje a Solomon Burke de "Sometimes too much ain't enough", el fantástico y feminista primer single de su último trabajo, "Ha ha ha", el deep soul de "I've bet and I lost again" o la formidable energía de pildorazos soul como "Keep your hands off", "I believe you" o esa escenificación de bronca telefónica de novia despechada de "I don't love you no more". Toda una lección de cómo dar un recital conciso, lleno de energía desbordante y calidad musical. Funcionan como una máquina engrasada perfectamente, quizá con un guión demasiado aprendido ya, pero que no defrauda lo más mínimo. Lo que se recibe es justo lo que uno espera de un espectáculo de estas características: diversión sin freno durante una hora y media. Plena amortización del precio de la entrada y sonrisa en la cara para todo el resto del fin de semana. La música en directo se inventó para esto, no? Vuelvan pronto, por favor!
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