César Pop. El Volander. Valencia,
26 – 2 – 2016
Últimamente cada vez me planteo más
el sentido de hacer una crítica, crónica o cómo se quiera llamar:
no sé, no tengo esa necesidad, ese amor, que veo en mis compañeros
de plasmar en palabras aquel concierto admirable (no me cabe duda) al
que asisten, ese carácter de epopeya personal y sabiduría musical
concentrada que logran a cada párrafo. Y es que a mi edad voy viendo
que vale la pena dejar cosas sin describir...
Pero, como sigo en Alquimia Sonora,
y si no lo hiciera me tendría que ir, y eso sería doloroso, no veo
más remedio que intentar expresar lo que sentí anoche con el
concierto de César Pop. Lo conocí antes de empezar al
concierto, le dijeron que era profesor de cine para niños y
adolescentes, y él, enseguida, sin pensarlo, me preguntó mi
película favorita. “Así...”, añadió él. Le dije un par, y
después añadí una tercera. Él asintió. O sea, esto, que parece
una chorrada, y, sin duda alguna, lo es, dice mucho, metaforiza, del
carácter “popular” (así lo llamaría él) de César Pop,
de su forma de establecer una profunda relación con los oyentes,
desconocidos hasta ese momento por él, en el local que cobija a
todos. De hecho, César Pop hizo continuas referencias a ese
carácter casi ritual de compartir la diversión, una emoción
verdadera.
Tras grabar su segundo disco, “Noticias
del norte”, esta vez con la Orquesta Pinha (que también
han colaborado recientemente con los valencianos Dwomo), César
Pop se presentaba a solas con el nombre de gira de “La
avanzadilla” (la primera idea era llamarla “La hormiga
exploradora”). Y, allí sentado, sobre el pequeño escenario,
con su guitarra en la mano y un piano tras él, al que se incorporaba
en algunas canciones, César Pop se nos descubrió en un bello
no lugar entre el cantautor pop y el músico de cancionero
tradicional, trovador de milongas, dolores y tristezas, que asimilaba
sus sentimientos con paisajes de plantas y bravos mares a los que
salir a navegar.
César Pop es un poeta de
retales emocionales que habla poderosa y únicamente del amor. Pero
no de un amor de cuento de hadas, ni siquiera de un amor trágico y
envenenado. No, eso sería demasiado sencillo: habla de un amor
completamente maduro, cotidiano, que puede quedar marcado por el
hastío, por la equivocación, por una cierta y hermosa alegría de
fondo, la de aquél que sabe que llega a casa. Decía César
durante el concierto que hay tres tipos de amores: el que dura unos
quince minutos, el que dura un tiempo y recuerdas con una sonrisa, y
aquel que te deja impactado para después dejarte destrozado. Creo,
quizás no, haber dejado bastante claro que César Pop es un
maestro contando los tres: para eso sí que valen las palabras. Al
escucharle, gota a gota, verso a verso, yo me he quedado sin ellas.
César Pop - "Sabía demasiado"
César Pop - "La próxima montaña"
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