Cola Jet Set + San Francisco. El
Loco Club. Valencia, 13 – 2 – 2016
¿Cómo no adorar a un grupo como Cola
Jet Set? ¿Cómo no sentir una especie de golpetazo, de amor a
primera vista, y a segunda, y a tercera, con su entrañable fidelidad
a una forma de hacer pop, naïf si se quiere llamar así (yo le veo
mucha más carga de profundidad que los supuestos folkies
intelectualoides, pero allá cada cuál)? Ya no es sólo que en mi
vida personal los grupos de Felipe hayan supuesto tanto, y
que, aunque no haya hablado nunca con él (bueno, una vez por mail, por un
tema de compra de derechos de una canción), esté en forma de
indivisible recuerdo en algunos importantes momentos de mi vida (mi
primer concierto, con 18 años recién cumplidos, era la noche de Los
fresones rebeldes; mi primer concierto tras una larga enfermedad
estuvo protagonizado por Cola Jet Set, junto con Guatafán,
otros que tales...), sino que, ayer, sin ocasión tan importante como
éstas, pudo dejarme tan embelesado como siempre.
No es “El fin del mundo” el
mejor disco de Cola Jet Set. Sumamente variado, esta vez esa
condición resta en vez de añadir al álbum, como si quisiera
toquetear demasiadas fórmulas. Aún así, es apabullante ver a la
banda al completo defender el cd entero, frente a un público
(escaso, brrr) compuesto prácticamente por niños y algunos padres,
en una de esas matinales cada vez más magníficas (hace poco la de
The Rubinoos fue la ostia) que programa El Loco los
sábados al mediodía. Sin dudas, en directo (aunque el sonido se
empastaba ocasionalmente), es una de las grandes bandas que tenemos
en pie actualmente en España. Pero, ay, ay cuando llegaron sus
antiguos clásicos: “Guitarras y tambores”, “Suena el
teléfono”, “Cosas que nunca se olvidan”, arremeten
sin compasión contra los oyentes, emotivas hasta las lágrimas,
divertidas de pies a cabeza, audibles con todos los sentidos,
completas a más no poder allá por dónde las cojas. El pop clásico
de guitarras y tambores de Cola Jet Set, entonces, adquiere
todas sus virtudes y se instala en el lugar de dónde nunca debió
salir: la parte más emocional y sentimental del cerebelo sensitivo
que cada uno tenemos.
Y no me quiero olvidar de San
Francisco. Es la tercera vez que veo en directo a Paco
Tamarit. Esta vez recortó muchísimo su concierto (apenas seis
canciones, y, como la concisión es una de las características más
destacables de su autor, no eran precisamente largas), pero se nos
quedaron, como siempre, esas pequeñas píldoras pop semejantes a
misiles de largo alcance. Abrió con la maravillosa “Ada hoy se
va a enamorar”, y nos sirvió las seis canciones más
representativas, aún imposibles de encontrar grabadas en estudio y
publicadas, de su nuevo proyecto, tras liderar con su hermana los
añorados Serpentina, a cuyas canciones no recurrió en ningún
momento. Cerraba con una preciosa canción compuesta a cuatro manos
con Pablo Maronda (no precisamente santo de mi devoción, con
lo cual se diría que el mérito es mayor).
Un bonito sábado pop. Nada de
nocturnidad y alevosía, sólo la brillante luz del sol y un fuerte
viento a la salida: “tanto amor ahorré, tanto tiempo esperé y
ahora el fin del mundo”. Una maravilla.
Más info:
San Francisco
Cola Jet Set
Cola Jet Set - "No te enamores de mi"
Cola Jet Set - "Dosifícate"
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