Hay muchos elementos que trabajar en una
canción durante su composición: la melodía, la letra, el tempo etc. En vuestro
caso, notamos que cuidáis muchísimo vuestro sonido especialmente a partir de
los sintetizadores, unos instrumentos que permiten modificar su sonido de forma
bastante meticulosa. ¿Cuánto tiempo invertís en buscar un sonido que os convenza
respecto al resto de elementos a la hora de componer?
No hay un tiempo determinado. Lo que hacemos es trabajar
el sonido hasta que nos encaje perfectamente en la canción. Eso puede llevarnos
un par de horas o meses. Cambiamos todo mucho y hacemos muchas pruebas. Una
misma canción con una sonoridad diferente puede sonar y transmitir cosas muy
distintas, por eso lo cuidamos bastante.
En vuestros conciertos lleváis unos
visuales muy trabajados que proyectáis durante vuestros temas. ¿Cómo ha sido el
proceso de poner imágenes a vuestras canciones?
Este es un trabajo de Alex Kapplan, que nos ha echado una
mano en algunos conciertos, como por ejemplo el de la sala BUT. Él nos conoce
bien y ha sido muy fácil trabajar así. Se vino al local un par de días e hizo
su magia. Dependiendo de las características de la sala, esto sólo podemos
hacerlo en conciertos muy concretos, pero siempre que esté en nuestra mano lo haremos.
Hace poco habéis anunciado que tenéis un
nuevo teclista. En una banda como la vuestra, de 10 años ya, todos debéis
conoceros al dedillo. ¿Cómo fue buscar un nuevo componente tanto a nivel
personal como musical?
La verdad es que Rodrigo llegó sólo. Es de Aranjuez y
tiene mucho talento. Es amigo nuestro, lo teníamos al lado y a todos nos
parecía perfecto. Incluso Alberto nos pidió que fuera él su sustituto, y
estamos encantados.
Sois de las pocas bandas con casi igualdad
de sexos en sus filas, ¿Por qué creéis que son una minoría?
Sigue habiendo extensa mayoría de hombres en la música.
Es muy raro ver a una chica backliner o técnico de sonido. Hay muchísimos
prejuicios. Supongo que es necesario tener la mente más abierta. No sé, es algo
que no llego a comprender, la música no tiene nada que ver con el género sino
con las personas.
Afortunadamente ahora está habiendo un aumento de chicas
que están cogiendo mucha fuerza y enriquecen todo esto de manera considerable.
Queda tiempo, pero algún día no llamará la atención que un grupo haya chicos o
chicas, estoy seguro.
En 2015 os hemos visto en los escenarios de
grandes festivales, ¿Cómo ha sido la experiencia?, ¿Repetís en 2016?
Ha sido muy bonito. Tocar en los festivales siempre es
divertido porque te ve mucha gente y hay un ambiente muy festivo. En cualquier
caso, nosotros nos quedamos con la intimidad y la exclusividad de las salas sin
ninguna duda. Ahí es donde está la música de verdad, eso es lo que todos los
músicos y la industria debemos defender. Los festivales son los centros
comerciales de la música, y está muy bien acercarse a pasar un fin de semana de
vez en cuando, pero la vida está fuera…
Este año estamos centrados en componer, pero tocaremos
donde la gente quiera que toquemos, eso está clarísimo.
Ya habéis anunciado que tenéis planes de
volver a meteros en el estudio con Manu para un décimo trabajo, ¿Ya hay alguna
cosa pensada que se pueda anunciar?
De momento no mucho, sólo que grabaremos efectivamente
con Manu y a finales de Junio.
En breve os subís a los escenarios del
Círculo de Bellas Artes para celebrar vuestro 10 aniversario, me da la
sensación que desde la salida de nueve el tiempo ha pasado superrápido, no
habéis parado con Rufus, y con alguno de los proyectos que tenéis paralelamente
como Mucho o la compañía de la gira de Zahara, ¿vuestros días tienen 48 horas?
Todo es cuestión de organizarse bien y sacrificar
totalmente tu vida social...
¿Cómo va a ser esa celebración? ¿Alguna
sorpresa?
Queremos hacer un concierto cronológico en el que vamos a
tocar lo que consideramos más representativo de nuestra carrera y subirá con
nosotros al escenario gente que ha sido y es muy importante para este grupo.
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