Llegar a Sala Prince y no poder pasar de la mesa de sonido porque a la sala no le cabe un alfiler es una experiencia de lo más recomendable. No hace falta comentar el ambiente que se percibía nada más entrar, la expectación y el buen rollo en espera de que Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez entraran al escenario “Desarmados” pero bien parapetados tras una buena batería de canciones que resumen veintitrés años de escena.

Está claro que MClan tienen muchas tablas. Eso y que están girando al abrigo de una marca de cerveza les hizo colgar el “sold out” en Granada días antes de la celebración del concierto así que, una vez allí, puntualidad en la hora de comienzo y entrada triunfal a un escenario que les acogió con calor y ganas de cantar en ese acústico tan especial que están moviendo por todo el país con una M de gran tamaño a sus espaldas.

Toda una declaración de intenciones comenzar con “Filosofía barata” en medio de un juego de luces que les ayudó mucho en su puesta en escena creando una estudiada teatralidad que les favorecía especialmente y dejaba que el público, incluso el que se encontraba al final de la sala, disfrutara de una visión realzada de lo que iba ocurriendo sobre las tablas.

Carlos Tarque sigue siendo una de las voces más carismáticas del panorama musical y como el toque de Ruipérez también sigue en plena forma, a la guitarra y la voz de este tándem sólo les hizo falta una armónica, una pandereta y un cajón para montar ellos solos el espectáculo a base de veinte buenos temas de los que te traen recuerdos prácticamente de toda una vida.

No llevaban mucho tiempo de concierto cuando, acompañado del cajón, Carlos Tarque se metía de lleno en “Llamando a la Tierra” y, a partir de ahí, un público que ya terminó de desatarse a pesar de esta en los temas iniciales, no dejó de saltar y cantar con los murcianos. Un público tan especial que entre tanta gente pudimos ver a algunos componentes de 091, como José A. García y José Ignacio Lapido y otros artistas locales.


Lo de estos primeros estaba claro, la relación entre ambas bandas, incluso a nivel de composición (no olvidemos que Lapido compuso algunos temas de MClan) es intensa pero sobre todo, estando en Granada, no podían dejar de mencionarles, como también se mencionó a Miguel Ríos, sin ir más lejos. La propia ciudad, que tan bien les acoge siempre, tampoco se quedó al margen de menciones en momentos especiales por parte de Tarque.

Entre las canciones, pequeños trozos de homenajes intercalados, como el estribillo de “La vida qué mala es” que se mezclaban con el repertorio de la propia banda o “Te quiero igual” de Calamaro, que también tuvo su momento de interpretación libre ligada al “Maggie May” que puso final al concierto.


Pero antes de eso ya habíamos escuchado “Dando vueltas”, “Calle sin luz”, “Miro atrás”, “Inmigrante”, “Gracias por los días”, “Perdido” y “Roto” con lo que, hasta ese momento, en el que la banda se despedía desde el escenario, el público tuvo claro que con insistir un poco podríamos asistir a una buena ración de bises cargados de esos temas que los grupos dejan para que el final de un concierto sea apoteósico.

Y así fue, una segunda aparición para empezar con “Las calles” y no dejarse atrás a “Carolina” tema en el que, inevitablemente, alguien alza sobre el público a la Carolina de turno para que disfrute a otro nivel de la calurosa y emotiva despedida de unos MClan por los que, si pasan los años, es para darles la solera y el buen hacer de esos grupos que han marcado una época.

Crónica: María Villa
Fotos: FOL CONTRERAS

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