A veces, en esta extraña Granada que nunca sabes por dónde
va a salir, te sorprende entrar a una sala como es BoogaClub, sala a la que se trasladó el concierto tras el incendio de Planta Baja, con un cartelazo
como el del sábado noche y no encontrarla abarrotada. Tengo que decir que el
cartel lo merecÃa con crecer y si bien no fuimos muchos, supongo que los que
estuvimos escuchando a Clara Plath y Escape with Romero debemos ser de los que
tenemos muy claro que oportunidades asà no se ven todos los dÃas en nuestra
ciudad.
Abriendo la noche, Clara
Plath nos dejó embobados y cautivados por una de esas voces de gran
personalidad y una cantante que no desmerece a tan estupenda voz en lo que a
puesta en escena se refiere. En la onda de JP Harvey, pero con personalidad
propia, Clara nos envuelve con un registro vocal amplÃsimo al que sabe sacarle
partido, unas veces susurrando y otras con gritos agudos pero siempre con una
potencia, tanto en lo sonoro como en lo visual, que te sumergÃan en un trance
hipnótico en el que podÃas perderte en sus guitarreos y el acompañamiento a
base de sintes que da tanta frescura a las composiciones.
Una banda compacta, con un gran sonido y una puesta en
escena fantástica, uno de esos grupos a los que ves una vez y decides que
tienes que seguir porque te vas del concierto plenamente convencido de haber
visto algo realmente original y diferente.
Tras ellos, los alemanes Escape with Romeo saltaron al escenario con la energÃa propia de
este tipo de grupos de after punk de sonidos electrónicos, donde las voces
tienen una importancia fundamental. En este caso, avalados por una larga
trayectoria (veinticinco años ya sobre los escenarios) era la voz de la
experiencia la que se hacÃa con una sala que demostró que, si estaban allÃ, era
por convencimiento. Y, convencidos también, salimos nosotros de BoogaClub tras
disfrutar de uno de los mejores conciertos del género que hemos podido escuchar
en la “ciudad del rock”.
SÃ es cierto que Granada no se prodiga mucho con grupos de este
corte y, si bien tenemos algunos ejemplos locales de grupos que se decantan por
esa vÃa, no llegamos, ni de lejos, a los niveles en los que se mueven otras
ciudades en este sentido. Una lástima, porque lo del sábado fue realmente
increÃble.
Una docena de discos para un grupo de los llamados “de culto”
y que, en esta ocasión, pudieron demostrar por qué están tan bien considerados
entre los aficionados al género, impecables en su interpretación y con una
fuerza y una energÃa que desbordaba el escenario y se expandÃa por la sala, los
alemanes dieron una auténtica lección de profesionalidad y buen hacer sin que
eso hiciera frÃa su actuación, sino todo lo contrario.
Mucho feeling con el público desde el primer momento y una
gran capacidad para mover a la gente y hacerla bailar, conectando bien con sus
seguidores a base de agradecimientos y frases en español. Ya hacÃa falta en la
ciudad un concierto de este tipo, de calidad y buen rollo desde el primer
momento, un concierto en el que si bien se hizo corto, fue suficiente para
irnos con muy buen sabor de boca y atentos a otras propuestas de su promotora,
Distortiongirl, responsable de que este pedazo de concierto haya sido posible.
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