Detergente Líquido. Espai Llimera. Valencia, 7 – 5 – 2017


Detergente Líquido. Espai Llimera. Valencia, 7 – 5 – 2017

Podría empezar (de hecho, coño, voy a hacerlo) con la inevitable y ya repetitiva cantinela de que es un poco lamentable el escaso público que se forja en Valencia: que un grupo puntero del pop indie (o sea, el indie de verdad) actual venga desde Cádiz, por primera vez a Valencia, tras fraguarse en innumerables festivales y haber tocado acompañando a Tachenko y Tremenda Trementina el día anterior en Barcelona, y se vea obligado a tocar ante un público que llegaba a duras penas a la decena de personas, merece este arranque. Sí, hay mil causas que pueden justificar la falta de gente: el día de la madre, el calor junto al Mediterráneo, muy tentador para irse a la playa o buscar algo de aire en la batcueva de tu casa de pueblo, la hora (la una del mediodía, momento de hacer la comida),... Pero de todas esas causas (que encubren la verdadera: a la gente se la sopla un poco la música, creo yo) sólo hallamos una consecuencia fatídica: que a la hora de sacar el próximo disco, un gran grupo se plantee dos veces el volver a la ciudad aquella donde los vieron cuatro y el del tambor.

Hasta ahí la queja: como últimamente intento mantenerme positivo, me voy a quedar con la buena, que es un bonito y pequeño (a tono con la intimidad del gentío) concierto. Detergente Líquido vino a presentar su segundo (y excelente) álbum, “Mirad lo que me habéis hecho hacer, por favor”, y, al fin y al cabo, hacen lo mismo que intento hacer yo: quedarse con la parte positiva. Sus letras cantan a todos los sinsabores de la vida, del trabajo, del día a día, de la amistad y del amor, pero lo hacen desde un perpetuo tono alegre, irónico todo lo menos, con lo que las penas parecen menos penas, como si quisieran decirnos “ante la mierda, tres minutos y medio de alegría”.

En sus canciones habitan gentes solitarias, una generación perdida entre un cúmulo de referencias pop, tebeos y ciencia ficción, delatando nuestra imposibilidad de ser superhéroes, ni de convertirnos en nuestros maestros de la cultura popular, al menos hasta que no encontremos su parte patética, cayéndonos de la bicoca del shaolin.

En directo, Detergente Líquido funciona imperfectamente perfecto, con sus canciones a dos voces, guitarra, bajo y su batería emulada con el teclado (sólo esta vez, que se imponía un concierto lo más acústico posible: Valencia sigue siendo Valencia). Hasta los momentos menos destacados del disco, en directo se ponen a la altura, incluso más, en una especie de magisterio de lo inesperado. Detergente Líquido estará volviendo a Cádiz ahora mismo: mañana vuelve el trabajo y el día gris. Tras este concierto nos despertaremos un poco menos huérfanos.

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Detergente Líquido - Todo es tan fantástico como el cartel de una farmacia 




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