4 citas españolas para el tour europeo de su último trabajo, “Outside (Briefly)” 

Dos formas de sumergirse en la psicodelia y de adaptarla para dos propuestas totalmente distintas. Por un lado los californianos Froth, aunando psicodelia, shoegaze y estribillos power pop, y por otro los valencianos Wild Ripple girando hacia el stoner vía psicodelia. Eso sí, ambas formaciones sin caer en los tópicos del género o en lo que cualquier espectador podría anticipar por adelantado. Cuatro citas de su tour europeo recalarán en España: Barcelona (26 mayo), Madrid (27 mayo), Sevilla (28 mayo) y Valencia (29 mayo). Las puertas del Loco Club de Valencia se abrirán a las 20.30 y media hora más tarde comenzará el show. Las entradas pueden adquirirse de forma anticipada a través de Notikumi a 12 € y en Cretin (C/ Quart, 41) y ya en taquilla a 17 €. Para los socios del Loco Fanclub serán 10 €. 

“Outside (Briefly)” (Wichita Recordings, 2017) es el último trabajo que publicaban Froth en febrero de este mismo año. Un tercer disco con el que se presentan mucho más densos y compactos que con “Patterns” (Burger Records, 2013) o “Bleak” (Burger Records, 2015). 10 de las mejores composiciones de la banda desde que comenzarán a tocar juntos hace unos 4 años. JooJoo Ashworth (guitarra, voz), Nick Ventura (guitarra), Cameron Allen (batería) y Jeremy Katz (bajo) miran sin reparos hacia el shoegaze de los ’90 para enfrentarlo a la psicodelia y de ahí conseguir los frutos de “Outside (Brieflly)”. “Passing thing” es quizás el ejemplo que mejor lo ilustra. Una base rítmica rígida y constante que va dando paso a las progresiones instrumentales de Katz, Ventura o Ashworth. Y a partir de ahí, el probar hasta dónde pueden llegar los límites de su propuesta. 

No renuncian a ese psych-pop o al noise que encontramos en “Nothing Baby”, “Saccharine Sunchine” o “Ricahrd Like Grey Sky” dentro de “Bleak” ni tampoco a ese garage lo-fi que “Patterns” (“Too wet”, “Oaxaca” o “Acid couple kiss”). Dejan los buenos modales adquiridos en estos trabajos para adentrarse en el pantanoso territorio de la psicodelia en su versión más light a lo Black Rebel Motorcycle Club. En esa mezcla y amalgama de estilos reside el potencial de este tercer trabajo de los californianos. “New Machine”, “Shatter”, o “Briefly” se convierten en líneas claves para comprender este trabajo. 

Los locales Wild Ripple acompañarán a Froth sobre el escenario del Loco Club. Miguel Izquierdo (bajo), Manolete Blanco (voz, guitarra) y Mario Aguilera (batería) publicaban a principios de este 2017 su primera referencia discográfica. “Wild Ripple”, un trabajo de densa profundidad instrumental psicodélica (espectaculares los puentes instrumentales de “Weez”) que batalla con la potencia en ocasiones más stoner de cortes como “Bitchos”. El recorrido que cada uno de los miembros de Wild Ripple ha ido marcando en formaciones paralelas se deja notar en cada uno de sus 10 composiciones. Desde el frenético comienzo de “Mofetto” a la marcada base rítmica de “En el long”, siempre acompañados por un halo de distorsiones lo suficientemente sucio como para marcar la línea melódica sin que resulte demasiado evidente. 

Progresiones que transforman las canciones a base de cambios de ritmos como en la ya mencionada “En el long”, el tema más destacable de este disco. Esas progresiones instrumentales cuentan con un espacio esencial desde el inicio: “Intro” es el medio minuto con el que se abre “Wild Ripple” y nos da las pistas del plan de ruta a seguir. Un viaje de psicodelia iniciática que acabará transformada en un sonido más denso. La voz de Manolete Blanco pasada por el túrmix de la banda se queda en un segundo plano. Como un instrumento más que se asimila al resto sin destacar por encima de otro. Una voz por momentos disociada del resto de instrumentos pero que encaja perfectamente en la propuesta del trío. 

Y como un círculo casi perfecto, la unión entre aquella “Intro” que abre el disco y “Outro” la composición que lo cierra. El teaser inicial y el desarrollo último en el que experimentan con esos sonidos solitarios a base de distorsiones. Un diálogo con el espectador en el que consiguen ir creando las bases del universo que plantean estos chicos. Es el tema que más dura de todo el disco, con 13 minutos en el que se saltan las reglas de la composición más ortodoxas y se entregan al hedonismo instrumental de carácter conceptual y percepción industrial.

   

Froth: Performance at KEXP (2015)