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miércoles, junio 20, 2018

III Festival de música ecléctica de Alarcón "El Ruso" - Alarcón, Cuenca. 9 y 10 junio '18

Javier Pérez, incombustible testigo sonoro de los requiebros valencianos en el Club de Amigos del Crimen (Radio Klara 104.4 FM València), vuelve a compartir con nosotros su firma y lo vivido en el Festival de música ecléctica de Alarcón "El Ruso". Una tercera entrega en la que los protagonistas fueron Petit Mal, Home Gran y Caballero Reynaldo & The Grand Kazoo. Os lo cuenta todo el compañero (y amigo) Javier Pérez.

Los días 9 y 10 de junio se celebró la tercera edición del Festival de Música Ecléctica de Alarcón, "El Ruso". Por tercer año consecutivo, este intercambio de música, arte y cultura manchego/valenciana sacudió la tranquilidad y el sosiego del remanso de paz fortificado y amurallado que es la localidad conquense de Alarcón. Un fin de semana mágico en una villa milenaria no menos mágica, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1981. Vale la pena aclarar ya que el eclecticismo del que hace gala el lema del festival se refiere a la riqueza de estilos practicados por las bandas musicales participantes, pero también alcanza al espíritu general y a la concepción artística del festival en su globalidad, ya que no solo tiene cabida la música en directo, sino también otras manifestaciones artísticas, valga la expresión, más museísticas, ya que las que ha acogido el Museo "El Ruso" han estado relacionadas con la pintura o, como ha sido en esta edición de 2018, con la fotografía.

Durante la mañana del sábado, ante la amenaza de lluvia y coincidiendo con la llegada de los músicos y el personal de la organización a Alarcón, se consensuó un cambio de ubicación de los actos programados. Si bien en las dos ediciones anteriores se juzgó como insustituible el encantador patio al aire libre del Restaurante La Cabaña para alojar los conciertos, las condiciones atmosféricas de este año obligaron a buscar un plan alternativo. Tras sopesar todas las posibilidades, se decidió trasladar al interior del Restaurante La Cabaña las actuaciones musicales de la tarde/noche del sábado. Algo más apretados pero a salvo de la lluvia, empezó a montarse todo en el salón azul de su segundo piso.

Los artistas convocados (en lo puramente musical, insistimos) fueron Petit Mal y Home Gran (que ya participaran en anteriores ediciones) que ocuparon la primera parte del festival (tarde del sábado), y Caballero Reynaldo, el proyecto del inclasificable Luís González, que sería el encargado de cerrar la primera jornada (noche).

Petit Mal, el proyecto personal de Suso Giménez, es siempre recibido como si su participación fuera la primera. Se hizo acompañar para esta ocasión de Anna Sanz que prestó las notas de su violín -imprescindibles en algunos temas, como el "Argumentos para salir intacto"-, e hizo también segundas voces en algunas canciones. Al repertorio propiedad de Petit Mal y centrado en sus discos "Finlandia" y "Me conoces bien", se añadieron algunas versiones como la del clásico de Nacho Vegas "El hombre que casi conoció a Michi Panero" -con la letra convenientemente adaptada al horario infantil-, en la que un versátil Santi Serrano se sumó a la batería, o la versión del "Corazón Peludo" para el bis, un clásico de "Lo Horrible y Lo Miserable" (banda en la que también militara Suso) incluido en "Con esta luz" (Tranquilo Niebla, 1999).

La parafernalia electro-folk-pop que necesita Home Gran para desarrollar sus directos tomó el relevo en la mayor acumulación de músicos por centímetro cuadrado (sería algo exagerado hablar de metros cuadrados) del festival. Nestor Mir a las voces, efectos, bases programadas y guitarra; Andreu García a la guitarra; Anna Sanz al teclado; Santi Serrano a la batería y Álvaro Gómez al bajo, o lo que es lo mismo Home Gran, apropiándose en clara declaración de intenciones de la traducción al valenciano del tema "Old man" de, efectivamente, Neil Young. No fue impedimento alguno que Mir usara el valenciano para comunicar los temas del canadiense ante un público entregado en el que se mezclaban las procedencias y que supo identificar la gran mayoría de los temas del repertorio (y hasta corearlos), como quedó demostrado cuando llegó el estribillo del "Into de Black" que todos cantaron, sin saberlo, en valenciano, cuando llegó el momento de interpretar la dupla "L'agulla i el mal fet - Hey, Hey, Mai, Mai".

Parada obligada para la cena y relevo en el cartel. Aunque afincado en Utiel (Valencia), Luis Miguel González, alias Caballero Reynaldo, es conquense de pro, de modo que con él se cerraba el círculo perfecto de colaboración e intercambio cultural entre estas dos provincias, hermanadas a golpe de festival: Valencia y Cuenca. Una encantadora Rebeca Ibáñez a la siempre seductora voz principal; el inefable Caballero Reynaldo también a las voces y a la guitarra; Román García al bajo y el incombustible Santi Serrano, una vez más, a la batería, conformaban la alineación de Caballero Reynaldo & The Grand Kazoo. La particular pericia del Caballero deconstruyendo grandes temas del imaginario popular de todos los tiempos y estilos dieron con la fórmula, una vez más, para que todo el mundo se quedara preguntando de quién diantres era la melodía que estaba sonando, con guiños evidentes ("Something Stupid") y otros no tanto ("Crazy little thing called love"), sin dejarse el apoteósico y, puede que no tan políticamente correcto, "Que se vayan a la mierda", evocando el "Stick Together" de, ¿cómo no? Frank Zappa. Tal y como ocurrió al acabar las otras dos actuaciones, el público asistente se acercó a felicitar a la banda y a mostrar su interés por los temas interpretados y por la trayectoria del grupo.

Ya al día siguiente un par de actos más relajados completarían las actividades programadas del festival. Sobre las doce del medio día se procedió a la inauguración de la exposición colectiva de fotografía del "Espai Viral" en el Museo del Ruso. Comisariada por Eugenio Vizuete, cuenta con instantáneas suyas y de Lucía Chiner, Luis Linares, Emilio Andrés, Mili Sánchez y Carlos Sos, en representación del colectivo de artistas del citado "Espai Viral" cuyo propósito e intención, tal y como se puede leer en su web (www.espaiviral.com) es "poner en valor la creación fotográfica como parte de nuestro patrimonio artístico y cultural a través de un extenso programa de exposiciones, talleres, actividades culturales, la comercialización y coleccionismo de la obra fotográfica de sus artistas". A las puertas del museo, y como en anteriores ediciones, se instaló una improvisada "zona de artistas" donde se reunió a los músicos participantes en el festival con sus sellos discográficos (recordemos que tanto Nestor Mir como Luis González están al frente de sendos sellos discográficos: Malatesta Records y Hall of Fame Records, respectivamente). Allí se dieron cita todos aquellos que, interesados por cuanto había ocurrido en el Salón Azul del Restaurante La Cabaña la tarde/noche anterior, querían comprar y/o llevarse la obra firmada de quienes habían podido escuchar, sencillamente departir y charlar amablemente con ellos, o claro está, ambas cosas.

Y para que, a petición del alcalde de la localidad, Pedro María Párraga, no acabara el festival sin que hubiera un acto más abierto y enfocado a los vecinos de Alarcón en su totalidad, Suso Giménez (Petit Mal), acompañado por Nestor Mir (Home Gran), a quienes se volvió a unir Anna Sanz para algunos temas, interpretaron ocho versiones (Neil Young, Lou Reed y Leonard Cohen entre otros) ante el resto de músicos participantes, organizadores y cuanto vecino o visitante quiso acercarse a la fachada blasonada del ayuntamiento de la Plaza del Infante Don Juan Manuel de Alarcón, en los soportales del Palacio del Concejo, actual Ayuntamiento de Alarcón.

Un año más, y como ha quedado dicho ya van tres, el hermanamiento cultural que Marisa Giménez, al frente del Museo el Ruso, propone y lleva a cabo entre Valencia y Alarcón (Cuenca), se saldó con un delicioso sabor de boca, cerrando la edición de un festival que jamás podrá competir en aforo con ningún otro, pero que no tiene tampoco competencia en lo que a trato y calidad humana se refiere, donde el público, artistas y organizadores se confunden en un todo, y donde no hay pulseras, aglomeraciones ni zonas vip. Enhorabuena.

Javier Pérez. El Club de Amigos del Crimen (Radio Klara 104.4 FM València)


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