Esta es la cuarta entrega ya, y los cambios
y sobre todo la evolución se notan más que nunca. ¿Cómo sentís vosotros eso que
últimamente se pregunta tanto a los músicos, el paso del tiempo y el teórico
aprendizaje que ello conlleva?
Dos
discos cortos y dos largos. Ya hay una trayectoria para valorar. Lo cierto es
que han pasado muchísimas cosas y todas han sumado. En cuatro años, cuatro
trabajos y cada uno de ellos con un montón de experiencias que nos llevamos en
la mochila. Para nosotros está siendo intenso y rápido. La principal lección es
que el trabajo en la banda debe ser diario para que esto avance, no te puedes
dormir ni pensar que por un buen concierto o una buena crítica ya has
conseguido algo.
En “Capital Silencio” hay un salto a nivel
compositivo y de producción bastante evidente, no sé si vosotros lo véis así.
Es
cierto. En “Capital Silencio” queríamos experimentar con sonidos más
electrónicos. En “Fuerzas resultantes” ya habíamos flirteado con los
sintetizadores y nos dejó unas sensaciones increíbles. Muchas de las atmósferas
que construimos se basan en capas de guitarra y pedales, pero en este disco
quisimos seguir indagando en las posibilidades que nos ofrecen los sintes. Y
del resultado no se puede estar más contento.
Y también en cuanto al enfoque de las
canciones, ahora tal vez más abundantes en los medios tiempos. ¿Era el momento
de relajar la electricidad de discos anteriores?
Quien
haya estado en un concierto de Verona se habrá dado cuenta que la electricidad
está siempre presente. Hay una adaptación de los temas para darle un punto más
a lo que escuchas en el disco, y con este pasará algo muy parecido. Es verdad
que nos sentimos cómodos con los medios tiempos. Te dejan espacio para
introducir melodías y atmósferas que no te permiten las canciones más rápidas.
Y aún así no dejamos la fuerza a un lado, sólo hay que escuchar “Causa efecto”
o “Tan distintos”.
Sois una banda básicamente centrada en las
melodías, o eso parece. Por muchos adornos que se le puedan añadir a los temas,
siempre parece que tenéis en cuenta eso, y creo que las canciones lo agradecen.
Nos
propusimos meternos dentro de la cabeza de todo el que nos escuche. Y una buena
instrumentación es algo importantísimo, pero lo que queda rondando en la mente
es la melodía vocal. Hemos trabajado especialmente en eso. “Milán”, “Símbolos”,
”Azul eléctrica”... son pura meodía.
No digo que las vuestras sean sencillas,
pero a lo que me refiero es a eso, al hecho de que ir a la raíz de cada canción
y a partir de ahí darle lo que cada una requiera es muchas veces el punto de
partida para que puedan emocionar. ¿Estáis de acuerdo?
Llevas
mucha razón. Puedes escribir en un folio una frase muy sencilla como “dime la verdad, aún piensas en mí”.
Todos la podemos interpretar de una manera. Habrá quien se sienta identificado
y habrá quien no. La magia es acompañar esa frase con una melodía y unos
arreglos que te atraviesen por dentro, que de repente esa frase se haga y la
sientas tuya. Si como músico consigues eso habrás llegado a mucha gente.
Esa tendencia a la introspección de los
textos casa bien con los ambientes sonoros que creáis. ¿Es más fácil, o más
agradecido, explicar las cosas con ese punto ensoñador?
Es
lo que te comentaba antes. Nuestras letras dicen más cosas por lo que les rodea
que por sí solas. Es algo que incluso pasa en nuestra vida diaria, es decir, no
es solo lo que digas s no como lo digas, la entonación, el gesto… Si lo llevas
a la música su equivalencia son los arreglos, las atmósferas, la melodía. Nos
encanta crear un ambiente que identifique a cada canción y le de su propia
identidad.
La primera canción que escuchamos de este
nuevo disco fue “Símbolos”, un tema lleno de recovecos. ¿Podría ser la
definición sonora de lo que es hoy Verona?
Es
una síntesis de “Capital Silencio”. Aun así este disco tiene algunos temas que
saltan a historias muy distintas, pero “Símbolos” tiene melodía, atmósfera y
profundidad, y eso es algo que acompaña a casi todas las canciones del disco.
¿Qué os llevó a recurrir a Juanca, batería
de Supersubmarina y músico inquieto donde los haya, para producir este trabajo?
Como
ya he dicho, queríamos experimentar con nuevos sonidos y ver las posibilidades
que nos ofrecían los sintetizadores. Conocíamos el gusto y el saber hacer de
Juanca en este terreno y nos pusimos en contacto con él. Le pasamos una demo
que habíamos grabado en los estudios Tortuga Boba de Almería y le encantó. Se
puso a currar con las baterías y se tomó el proyecto como si fuese suyo, hasta
el punto que todas las baterías del disco fueron grabadas por él mismo. También
trabajó con nosotros su hermano Gómez que controla perfectamente teclas,
cuerdas y lo que se le ponga por delante. Para nosotros ha sido un gustazo
trabajar con los dos.
¿Ha tenido algo que ver ese proceso de
producción en la inclusión de esos teclados y sintetizadores que guían varias
de estas canciones o fue algo que ya teníais en mente al componerlas?
Una
de las premisas que le pusimos a Juanca sobre la mesa fue “queremos trabajar con sintes”. Lo teníamos claro. Algunas melodías
las teníamos ya compuestas con las guitarras y en el estudio se transformaron
en sintetizadores, y otras se construyeron allí mismo. El estudio te da ese
espacio para rematar y cerrar canciones que no tienes en un ensayo.
A propósito del tema, vuestros dos primeros
álbumes, el primero de ellos un EP si mal no recuerdo, fueron producidos por el
gran Paco Neuman, con un sonido quizá mucho más emparentado con el de la escena
indie del momento. ¿Qué aprendisteis
de aquellos primeros pasos en el estudio?
Tuvimos
la gran suerte de empezar a caminar junto a un musicazo como Paco. El peso en
el estudio de Paco Román es grande y la impronta que deja en sus trabajos se
puede ver en todos los discos que produce. Hay mucha personalidad en todo lo
que toca y en los dos primeros discos de Verona se puede ver perfectamente en
esas capas de guitarras tan características. Nos llevamos un trocito de todos
los productores y con Paco afianzamos nuestro sonido más shoegaze.
Tampoco parece que seáis muy prolíficos, a
no ser que descartéis varios temas en cada disco. Aquí se incluyen nueve temas,
que a algunos pueden sabernos a poco. ¿Se respeta mejor así el concepto del
álbum?
Siempre
hay algún descarte al componer un disco, aunque es verdad que teníamos claro
que este álbum tendría que dejarte con ganas de más. Preferíamos algo conciso,
nueve temas y que no quieras pasar ni uno solo.
Ha
sido una evolución bastante natural. Quien escuche “Fuerzas resultantes” puede
ver que Verona ya estaba cogiendo un camino y que en “Capital Silencio” ha
comenzado a andar por él. Nos sentimos muy cómodos con este sonido y es muy
probable que sigamos apostando por la melodía como eje central.
Es obvio que la crisis que ha desatado la
maldita pandemia va a afectar a todas las divisiones del pop español, pero tal
vez a unas bandas más que a otras. Después de tener que cancelar las primeras
presentaciones de “Capital silencio” y sin tener la certeza de que se puedan
recuperar fechas ni cuándo, ¿cómo creéis que se podrá salir de todo esto?
Somos
realistas y lo primero que tenemos claro es que no va a ser de un día para
otro. Tampoco depende de nosotros, pero aun así se trabaja en fechas más o
menos realistas vistas la situación. Tenemos a 27 Ladridos currando mucho en
ello. Se saldrá de esta pero de forma muy escalonada y seguramente extremando
medidas de protección. Tenemos muchas ganas de brindar con todo el mundo y
seguro que pasará muy pronto, pero hasta entonces no nos queda otra que darnos
cariño por redes sociales.
Escucha "Capital Silencio" aquí.
Más info:
https://www.facebook.com/lunardiscos/
https://es-es.facebook.com/VeronaGranada/
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