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lunes, agosto 03, 2020

Entrevista a Mak y los desertores: "Nuestro principal interés radicaba en hacer nuestras canciones, disfrutar con ellas"


                    Foto: Manuel Noguera

Más de treinta años llevan en activo Mak y los desertores, una carrera que se ha ido desenvolviendo con idas y venidas, pero que siempre ha tenido claro la dirección que seguir y el fin que guiaba su proyecto musical que era disfrutar al máximo tocando, sin importar mucho más. Haciendo un poco de ejercicio de profundizar en cómo nace la formación, nos interesa llegar al por qué sentisteis la necesidad de hacer música. Los primeros recuerdos del local de ensayo y esas primeras sensaciones de comenzar a hacer ruido sin tapujos ni complejos:
 “Nos metimos a fondo en esto de la música gracias al glam rock y a la cantidad de singles que salieron en aquella época cuando teníamos 10 y 13 años y que sonaban en la radio y en las juke-box de los recreativos, tanto de Riba-roja como de los pueblos de alrededor (íbamos a Benaguacil solo por oír The Loner de Stilroc). Años después ya soñábamos con montar una banda. Estábamos en ello nosotros dos y nuestro primo Diego y con guitarras españolas (las eléctricas aún tardarían en llegar) empezamos a componer nuestras propias canciones, algunas de ellas como “Calle arriba, calle abajo” todavía son fijas en nuestro repertorio. Nos faltaba alguien que quisiera tocar el bajo y fue entonces cuando le echamos el ojo a Bali. Para entonces ya había aparecido algo que no esperábamos y que era el punk. Como vimos que no hacía falta ser unos virtuosos allá que nos lanzamos. Compramos los instrumentos y con el beneplácito de nuestros padres y bajo la dirección de Bali que era el único albañil nos construimos el local de ensayo en el corral de nuestra casa. Los primeros ensayos eran una tortura pues perdíamos mucho tiempo afinando bien los instrumentos; hasta que un día en un concierto de Moris en la plaza de toros de Xàtiva fuimos al backstage antes de que empezara el show y vimos que tenía la guitarra enchufada a un aparatillo, le preguntamos qué era eso y nos respondió que era un afinador. Tres días después compramos uno y al cabo de tres semanas debutábamos. Era el 7 de agosto de 1981 y precisamente abrimos el concierto con una canción de Moris, “Sábado a la noche”. 

Una relación de más de tres décadas, que tiene en gran parte una unión familiar entre dos hermanos, Mark y Antonio. Salvo varios cambios de batería, la formación se ha mantenido inquebrantable. Algo que hoy en día es muy difícil que ocurra, y seguramente sea un distintivo de orgullo y satisfacción. Al fin y al cabo, es como mantener una relación de amistad toda una vida, pero con la música de por medio: “Nunca ha habido problemas entre nosotros, los dos queríamos lo mismo, éramos y somos muy muy aficionados a la música, y como la falta de éxito jamás se nos subió a la cabeza es por ello que hemos durado tanto tiempo. Lo peor de todo han sido los cambios de batería, siempre fue duro y triste por motivos que no vienen al cuento.” El ritmo discográfico no ha sido de esos marcados por las pautas de una industria musical ni creo que haya estado sujeta a ningún parámetro, orden o similar. Cuatro discos hasta un directo que reza bajo el nombre de “Todavía vivos y… en directo”, que creo que recoge de forma honesta y fiel la esencia de la banda. ¿En todos estos años como habéis funcionado como grupo? ¿En algún momento habéis pensado en vuestra música de forma más profesional? O las intenciones eran únicamente hacer lo vuestro y seguir caminando: “Desde el principio no nos planteamos la profesionalidad. Nuestro principal interés radicaba en hacer nuestras canciones, disfrutar con ellas, que la gente disfrutara y si podíamos editarlas mejor que mejor, y así ha sido siempre. Por ejemplo, Bali, su gran sueño no era otro que escucharse en la radio, cosa que sucedió por primera vez en un programa que se llamaba La Factoría Urbana y dirigido por un tal Vicente Esteve. Fue con nuestra primera maqueta grabada en un estudio y de la mano de Vicente Comes “El Paloma” (Doble Zero, Karmas Kolectivos). Tiempo después fichábamos por Utopía Batusi para nuestro primer LP, producido por Carlos Goñi. Fue otro sueño cumplido y no solo para Bali. 


Centrándonos en el último trabajo, un directo grabado en el auditorio de Riba-Roja y recogido con una doble entrega en formato CD+DVD, que contempla un repaso a vuestras canciones más representativas. ¿Cómo surge la idea de hacer este concierto? ¿Y de grabarlo? A mí modo de ver, es como una especie de auto homenaje ya que somos muy poco dados en esta tierra a reivindicar nuestro legado musical. ¿Cómo fueron los preparativos, la logística y demás?: "La idea fue de un antiguo mánager de Utopía Batusi. Nunca nos habíamos planteado hacer algo así, nos pareció una buena idea y él se encargó de todo. Fichó a un buen elenco de técnicos que se involucraron de pleno en el proyecto, así que nosotros solo teníamos que tocar bien. Nos vino perfecto para poder hacer una recopilación de toda nuestra carrera con nuestro sonido actual. Nos propusieron también contratar algún artista de relumbrón para la ocasión, pero rechazamos la idea, no nos gustan nada esos discos en directo con invitados, duetos y todas esas cosas; comercialmente son una buena jugada, pero preferimos solo echar mano de músicos colegas para tocar la armónica y la guitarra acústica. 

Reza Manolo Rock estas palabras sobre vosotros: “Es un combo que hay que escucharlo con una cerveza en la mano, marcando el ritmo con los pies y cogiendo a tu chica de la cintura (recuerda que tienes dos manos). Regalan diversión, honradez y cariño. Sobreviven libres de prejuicios, modas y postureos, Mark y Los Desertores son la humildad personificada sin estúpidos complejos. Maman y escupen rock sin contemplaciones. Y lo mejor de todo, no le deben nada a nadie.” ¿Cómo recibís estas palabras? ¿Creéis que habéis sido referente para generaciones futuras a la vuestra? ¿Cómo habéis visto la evolución de todo lo que gira en torno a la escena valenciana en estos 30 años?: “Manolo Rock es un tipo que siempre ha estado al tanto de nuestra carrera y de nuestros discos, incluso cuando parecía que estaba en paradero desconocido. Además, fue él quien nos bautizó como la Creedence de Riba-roja, cosa que no nos sabe mal, y dicho sea de paso CCR ha sido nuestro grupo de toda la vida, desde que éramos unos críos. ¿Un referente? Nos consta que ha habido muchos grupos que han versionado alguna canción nuestra, como es el caso de los Radiadores que publicaron una muy buena versión de “Calle arriba, calle abajo”. Cuando hicieron la presentación del disco junto con LGEB fuimos a verlos y llegado el momento de esa canción invitaron a Mak a subir al escenario a cantarla. Uno cantando y el otro de espectador fue genial para los dos.” 


Vuestras canciones son urbanas, sucias, muy directas y con eses sello de frescura e inmediatez. ¿Cómo surgen las letras? ¿Y cómo se van perfilando y acoplando con la música?: “No tenemos un patrón a la hora de componer, unas veces tienes suerte y la letra se acopla enseguida a la melodía, otras veces sucede al revés, y otras surge todo a la vez. La verdad es que no componemos canciones, sino que se nos ocurren canciones. Algunas letras nos las han inspirado hechos que hemos vivido, pero la mayoría de las historias nos las inventamos. Como no vivimos de esto ni tenemos ningún tipo de presión nos lo tomamos con calma, sabemos que tarde o temprano saldrá algo, no llevamos siempre una libretilla en el bolsillo para ir anotando frases ni se levanta uno a media noche para escribir una frase genial. Si por la mañana te levantas “uh, cómo era aquello” y ya no te acuerdas, no pasa nada, ya se te ocurrirá otra cosa.” En cuestiones de referencias se os relaciona sobre todo con la Creedance, exactamente la Creedance de Riba-roja, Dr. Feelgod, TheStooge, Chuck Berry… ¿cómo lleváis todo lo escuchado a la hora de hacer música? ¿Qué hacéis para que dentro de esas influencias podáis marcar un estilo propio?: “Nuestro estilo nació con nosotros y con nuestras canciones y nadie coincide a la hora de decir a quién nos parecemos, es más, a veces quedamos sorprendidos al leer una reseña de alguien que dice que le recordamos a tal o cual grupo del que ni siquiera tenemos un solo disco. CCR son nuestros favoritos, eso ha quedado más que claro, pero en las letras nada tenemos que ver con las suyas, aunque musicalmente alguna canción te puede recordar a ellos; al igual que Burning, siempre nos han gustado mucho y tenemos casi todos sus discos, pero no nos parecemos nada. Pero no solo miramos a los grandes. Bali alucina con el bajista de los Hurriganes, grupo finlandés que poca gente conoce por aquí y que en nuestros primeros años nos puso a cien y de los cuales versionamos en directo un par de temas.”

Vuestro primer trabajo estuvo producido por Carlos Goñi, ¿cómo vivisteis la evolución y consolidación en cuánto a mayor número de público de bandas coetáneas a la vuestra? Por la sensación que tengo y lo que os he leído para vosotros estar en la música no era más que una forma de pasarlo bien, pero, me gustaría saber si, aun así, visteis frustrada alguna proyección más allá de la diversión: “Cuando grabamos nuestro primer disco Valencia era un hervidero de grupos y tocábamos todo dios y en todos lados y, aunque de estilos muy diferentes, nos conocíamos casi todos. La cuestión está en que la mayoría de estos grupos al no conseguir su objetivo que era triunfar en mayor o menor medida, o los que sí consiguieran algo de éxito, pero de manera efímera, acabaron disolviéndose. Pero nosotros, como apuntábamos al principio, no teníamos esa mentalidad, lo teníamos claro desde el primer día es por eso que aún estamos ahí, dispuestos a tocar donde nos llamen (y nos paguen, claro). Es posible que pueda estar pasando lo mismo ahora.” El tercer disco está editado por el sello de Manolo Rock. Contadme que fue para vosotros trabajar y llevar a la gente y al directo este trabajo bajo la batuta de alguien con peso en la industria y con una manera de trabajar tan honesta, constante y con mucha convicción de todo lo que hacía: “Lo mejor de este disco, aparte de que lo editara Manolo Rock, fue que el mismo Manolo nos propusiera a Adolfo Barberá como productor. Fue un acierto total porque congeniamos y disfrutamos mucho con él. El resultado fue muy satisfactorio y coincidió con nuestro mejor momento de forma. Gracias a este disco hicimos un montón de bolos por todo el país. Por cierto, coincidimos los dos que no hay mejor guitarrista en este país (y buena parte del extranjero) que Adolfo Barberá.”

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