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sábado, mayo 08, 2021

Entrevista a Xavier Mercadé: "El momento en que mejor me lo paso es cuando me coloco en un pogo salvaje para sacar las imágenes más impactantes"

 


El fotógrafo Xavier Mercadé lleva cuatro décadas con la cámara a sus espaldas. La ha sacado y puesto a la altura de su pecho para disparar e inmortalizar la música en directo en más de 14.000 conciertos; convirtiéndose así en uno de los grandes ojos testimoniales de todo aquello que sucedía en el territorio catalán. Con motivo de este magno acontecimiento el año pasado unas semanas antes de que el mundo cambiara, publicaron un especial en la revista Enderrock con 300 fotografías de conciertos y textos de gente próxima a su entorno, entre ellos músicos con los que ha entablado una relación muy especial con el paso de los años. 

Nos hicimos con ella unos cuántos meses después, el confinamiento nos alejaba de los pocos kioscos que siguen apostando por traernos la exigua prensa musical que resiste hoy en día. Pero finalmente, una tarde paseando por València, nos encontramos con ella, y nos la llevamos a casa. Entre las manos, la emoción de ser conscientes de que sosteníamos una obra histórica, una auténtica joya para unas amantes de la fotografía de conciertos como nosotras. Os la destriparíamos, podríamos haceros una reseña de todo lo que contiene, soltaros unos cuántos spoilers, pero lo que realmente deberíais hacer es agenciaros la revista, si es que aún quedan disponibles. 

Han pasado unos cuántos meses más, incluso hemos pasado página al fatídico año 2020, y tras unos cuántos titubeos, nos atrevimos a dar el paso de preguntar a Xavi si sería tan amable de contestar toda una serie de preguntas que tienen la intención de ahondar un poco más en su vida y en su trabajo fotográfico. Así que os traemos una extensa entrevista (si os da pereza leer, lo podéis dejar aquí), apta para curiosos, amantes de la música, de la fotografía y de todas las corrientes, sinergias y sentimientos que genera una vida como la de Xavi Mercadé

La celebración se completa con una exposición en el Palau Obert de Barcelona desde el 10 de mayo hasta el 31 de Agosto, comisariada por el grupo Enderrock y con una versión en formato digital. 


Alquimia Sonora: ¿Cómo llegó una cámara de fotos a tus manos? ¿empezaste pronto tus estudios de fotografía? ¿o estuviste algunos años aprendiendo por ti mismo? 

Xavi Mercadé: En casa siempre ha habido una cámara de fotos, pero la monopolizaba mi padre en días especiales para hacer inacabables sesiones el día de la Palma o la mañana de reyes. Pero mi hermano más mayor, Josep Mercadé, muerto el año 1983, empezó a aficionarse a la fotografía, se compró una cámara, la utilizaba como herramienta de trabajo de profesor de la escuela de la masía y montó un pequeño laboratorio en casa donde llevaba alumnos. Alguna vez estuve allí, en aquella habitación sólo iluminada con luz roja y descubriendo la magia de cómo una imagen latente en un papel se iba haciendo realidad dentro de un producto químico. 

En el año 1984 yo hacía fanzines y para no tener que recortar revistas acabé cogiendo la cámara familiar para poder tener material propio e inédito, algo más para ofrecer a los contenidos de la publicación fotocopiada. El año 1986, después de errores y aciertos, decidí hacer la formación profesional de fotografía a la Escuela de Medios Audiovisuales (EMAV). Fui de la última generación que hizo esta rama en el EMAV

Alquimia Sonora: Empezaste lógicamente con la fotografía analógica. Hoy en día la fotografía está al alcance de casi todos y la fotografía digital nos permite practicar mucho para mejorar y aprender la técnica. Siento mucha curiosidad por como lo hacíais antes los fotógrafos, como sabíais que los niveles que estabais fijando en vuestras cámaras eran los adecuados para sacar la mejor foto o si no la mejor, alguna bastante digna. ¿Cómo fu el proceso de aprendizaje? ¿Cómo sentiste la evolución? Veo tu primera foto, la que pones en la revista y dices que todo empezó con esa, y pienso, pues para ser la primera y sin saber muy bien que iba a suceder, me parece salvable. ¿No sé si tus recuerdos llegan ahí, pero que pensaste cuando la viste? 

Xavi Mercadé: La primera foto fue a un concierto de Ultratuita y El Grito Acusador. La gran sorpresa fue comprobar que había conseguido algún resultado más o menos decente en la media docena de fotos que disparé. En aquel tiempo nos teníamos que fiar del fotómetro de la cámara y disparar sólo cuando lo veíamos necesario. La compra del carrete y el proceso de revelado hacía que pocas veces podías hacer más de 36 clicks por conciertos. Un hecho que hoy en día con las digitales es difícil de asumir. 

Alquimia Sonora: Llevo diez años fotografiando la música en directo. Me costó mucho llegar a hacer algo decente y creo que siempre quedarán muchas cosas por aprender y mucho por avanzar. Me pregunto si tu llevando más de tres décadas, habiendo alcanzado una fotografía ejemplar y teniendo un alto reconocimiento (tan bien merecido…), piensas en estas cosas. Además, me sucede que creo que la mejor fotografía por llamarla de alguna manera, siempre estará por llegar, ¿sientes esto que te estoy diciendo a pesar de tu larga y fructífera trayectoria? 

Xavi Mercadé: El aprendizaje es diario, cada día te puedes encontrar un nuevo detalle o unas condiciones a las que adaptarte. No se ha de tener miedo a aprender cualquier cosa nueva. A grupos como Els Pets, Love of Lesbian, Sidonie o Sopa de Cabra los he fotografiado durante decenas a veces en mil situaciones. Aunque los grupos tienen sus tics particulares y su estética, siempre he encontrado algún detalle o alguna foto que me ha sorprendido. Un salto más alto de Gerard Quintata, una mirada juguetona de Lluís Gavaldà o un baño de masas de Santi Balmes. Sidonie son para dar de comer aparte, nunca sabes ni cómo empezarás ni cómo acabarán sus conciertos. Han llegado incluso a improvisar una canción con mi nombre. 


El último de la fila

Alquimia Sonora: A mí la fotografía de conciertos me supone vivir intensamente, sentir la adrenalina, observar todo lo que sucede arriba del escenario, intentar captar el movimiento, explotar los colores, los efectos que puedan provocar el humo y la iluminación. Entiendo que tú lo vives muy pasionalmente también a pesar de que sea tu profesión. ¿Qué sentimientos te genera fotografiar un concierto? ¿Cómo los canalizas? Si estás muy emocionado por el artista (no sé si aún te pasa), ¿Cómo intentas centrarte en sacar lo mejor y dejar un tanto de lado los nervios? 

Xavi Mercadé: Se tiene que ser siempre fan de la música en directo, implicarte e incluso emocionarte, pero siempre consciente de que tu trabajo está con la cámara y estás allí para hacer el trabajo profesionalmente. Sea una Isabel Pantoja, una Madonna, los Rolling Stones o Senior i el Cor Brutal en una pequeña sala, siempre los trataré con el respeto que merece a alguien que sube a un escenario a mostrar su arte. Sí, momentos antes de fotografiar a Tom Waits, The Who, Pearl Jam o Roger Waters es inevitable estar nervioso. Ya puedes haberte estudiar todos los movimientos que harán con vídeos del Youtube, que la ansiedad al saber que estarás ante una leyenda siempre está. Todo se trata en pensar que lo harás lo mejor que sabes y meterte en una burbuja en el espacio medio entre el músico y el público. 

Alquimia Sonora: Te he leído contar que empezaste a hacer fanzines en los años 80 y que para aportar fotografías decidiste hacerlas tú mismo, en vez de robarla de otras publicaciones. En este sentido, con la era de Internet y los blogs, crecieron el número de personas que podían estar haciendo fotos en un concierto. Con esta nueva situación, se fueron dando nuevas prácticas que perjudicaron al sector, ¿Crees que el tema de la valoración actual de la fotografía musical sería diferente si no hubiera existido esto? ¿En qué momento tu pasión comienza a ser una profesión?

Xavi Mercadé: Es evidente que la democratización de la fotografía, con la llegada de las cámaras analógicas y la aparición de webs especializadas, ha significado un cambio radical. Ha sido la puerta abierta para entrar nuevas generaciones al mundo de la fotografía, pero también ha supuesto una masificación que a veces ha sido molesta. Por ejemplo, en el FIB acreditaban por medio a un periodista y a un fotógrafo. Eso hacía que gente que había pedido la acreditación aprovecharan cualquier cámara compacta e incluso móviles poniendo el foso en una saturación muy incómoda. Por suerte, cada vez más, en festivales como el Primavera Sound piden llevar equipos profesionales.

Me lo empecé a coger en serio a partir del año 1989 cuando empecé a trabajar en revistas desaparecidas como Sound o Boogie y también a colaborar con Ruta 66 o Rockdelux. Durante los años 90 estuve dirigiendo una revista gratuita llamada Neon, y en de 1993 fundamos también la revista Enderrock. Estar en un medio no es un pasaporte libre pero si una base desde donde acreditarte en conciertos y festivales. Pero lo que realmente te da nombre es saber estar siempre en el lugar, hacer tu trabajo seriamente, tratar bien a todo el mundo y que el trabajo se visualice. 

Alquimia Sonora: En la editorial de la revista Enderrock habla sobre tu extenso archivo. Uno de los grandes miedos de un fotógrafo es perder fotos, entiendo que serás metódico en la clasificación y que serás prudente haciendo varias copias. ¿Has tenido alguna vez algún disgusto? 

Xavi Mercadé: Claro que he tenido disgustos, ordenadores estropeados en el peor momento, discos duros que no arranquen ni a pedradas, DVD's que ha dejado de rodar... Por eso actualmente no borro la tarjeta de memoria hasta que no he editado el trabajo y tengo dos copias hechas y una tercera en la nube (en mi caso utilizo Amazon). Nunca sabes cuándo podrá fallar todo o quien sabe si en un futuro próximo o lejano los formatos RAW, JPG o TIFF desaparecerán y se trabajará con un nuevo tipo de archivos. Entonces hará falta hacer una reconversión o guardar de por vida un ordenador antiguo que podía leer aquellos formatos antiguos de fotografía. 

Alquimia Sonora: Desde 1984 hasta que empiezas como jefe de fotografía en Enderrock (revista que también fundaste), entiendo que te empiezas a profesionalizar, ¿qué encargos te cayeron en esa primera década?. A colación con esta pregunta, en la revista hay una sección dedicada a la música catalana, que cuenta como de algo minoritario se hizo algo grande “rock catalán” y llego al público y a los medios de forma más masiva. ¿Cómo has vivido ese proceso? ¿En qué momento os distéis cuenta del salto? ¿la revista nació antes de este reconocimiento o contribuyó a exportar esta música fuera de los países catalanes? 

Xavi Mercadé: A principios de los ochenta quisimos matar al padre, el rock català estaba directamente relacionado con el rock progresivo i la cançó. Nosotros queríamos velocidad, pop chispeante, y nuestro espejo estaba en la llamada movida madrileña. A pesar de esto yo lo veía como una escena incompleta, yo hice mis primeros fanzines en catalán, en estos años empezaba a entrar como asignatura obligatoria en la EGB y me faltaban referentes musicales. Sí, estaban grupos como Detectors, N’Gai N’Gai o Duble Buble, pero era insuficiente. Hasta que salió del llamado boom del rock català, de repente a finales de los 80 me encontré en un concierto en que pensaba que los cabezas de cartel eran Detectors y me encontré con una sala repleta cantando las canciones de los que yo creía teloneros, un grupo de Girona llamado Sopa de Cabra. A partir de allí me puse a investigar, aparecieron sellos como Salseta Discos, Picap, DiscMedi o Audiovisuals de Sarrià que me empezaron a enviar material a la revista de grupos cantando en catalán de todos los rincones del país menos, curiosamente, de Barcelona

A partir de allí empecé a trabajar el proyecto de una revista que pudiera emular a El Tubo, una publicación de Euskadi en la cual colaboraba y que trataba principalmente la escena vasca. En un Mercat de la Música Viva de Vic nos pusieron en contacto con otro equipo de gente con la misma idea. En 1993 por fin nació Enderrock

Alquimia Sonora: En la revista que nos ha traído hasta aquí, te preguntan por referentes y contestas con el nombre de Frances Fábregas. ¿En aquella época cómo se encontraba esas referencias a parte de descubrirlas en algunas revistas? El ejercicio de mirar fotos de otros compañeros nos es de gran ayuda para aprender cosas o tomar ideas. ¿Crees que es importante observar el trabajo de otros compañeros y qué esto sirve en tu camino? 

Xavi Mercadé: A principios de los 80 las referencias las buscaba en revistas y libros. Siempre he devorado prensa musical de todo tipo y en aquellos años me fascinaba el estilo de Francesc Fàbregas en el Vibraciones y Rock Espezial (posteriormente Rockdelux), y en cambio veía las del Popular 1 y me daba cuenta de la diferencia de calidad, encuadres y selección. Sigo aprendiendo mirando las fotos de compañeros del foso. Afortunadamente en Barcelona y en general en toda Cataluña hay una buena hermandad con el gremio. Siempre es bueno mirar el trabajo de los otros para saber dónde has acertado o fallado, corregir errores, superarse y envidiar a aquel que ha sabido resumirlo todo en una simple imagen. 


Albert Pla

Alquimia Sonora: La revista dedicada a tu carrera está seccionada en diferentes capítulos de diferentes temáticas. El primero se centra en la escena punk, hardcore y movimientos alternativos. Es la época de tus inicios, tiempos de reivindicación y una mayor conciencia política en la juventud. ¿Cómo recuerdas tanto tu crecimiento personal en este sentido? ¿Cómo influye en la manera de moverte por la ciudad musical? También al ser conciertos más cargados de adrenalina, visceralidad, brutalidad… ¿Cómo te movías en las salas para conseguir la mejor foto? 

Xavi Mercadé: El año 1986 un artículo de El País me definía como “un colegial en una extraña ceremonia” cuando organizamos un concierto en la sala Zeleste con L’Odi Social, Subterranean Kids y los daneses Zero Point. Y así me veía, como un adolescente interesado metiéndome en una escena que podía sorprender por su imagen pero donde me veía aceptado aunque no siguiera unos supuestos y falsos mandamientos estéticos. Era cuando estudiaba fotografía al EMAV y aproveché esta estética contundente para mis trabajos, buscar la ciudad perdida y más reivindicativa. Los conciertos estaban más atomizados por la ciudad en casales, ateneos, barrios olvidados y pequeñas salas.
 

Xavi Mercadé: Foto Juan Miguel Morales

¿La manera de sobrevivir en aquellos conciertos? Nadando y guardando la ropa, intentando que a nadie te hiciera demasiado daño en medio del pogo, esquivando cervezas, respetando a todo el mundo y levantando la cámara para hacer la foto en el momento más oportuno. Una actitud que me gusta recuperar actualmente cuando hago fotos a grupos como KOP, Lendakaris Muertos o en festivales como el Barna'n'Rock o el Rock Fest, es el momento en que mejor me lo paso es cuando me coloco en un pogo salvaje para sacar las imágenes más impactantes. ¿Adrenalina? ¡Toda la del mundo! 

Alquimia Sonora: La idea de los textos que van apareciendo y los nombres que les dan autoría, ¿De quién fue? ¿Ha sido totalmente elegido por ti? ¿O ha sido un trabajo colectivo con la editorial Enderrock? ¿Cuál es el texto que más te ha emocionado? O así a nivel general, ¿Qué has ido sintiendo en lo que se decía sobre tu obra? 

Xavi Mercadé: Fue una decisión editorial, pero gran parte fue escogida por mí. Nombres como los de Ignasi Julià y Alfred Crespo (Ruta 66), Santi Balmes (Love of Lesbian) o Santi Carrillo (Rockdelux) fue una decisión mía, son nombres que han sido ligados a mi vida fotográfica y que aprecian lo que hago. ¿Lo que más me emocionó? Más que los textos, fue un pequeño vídeo el día de la presentación donde Gay Mercader alababa mi obra. Imagínate, el maestro de la mayor promotora de conciertos (Gay & Co. y Gamerco, actualmente Live Nation) hablando de mis fotos. Todo un mito. 

Alquimia Sonora: En el texto de Santi Balmes habla de la importancia de que las fotografías musicales suenen. Aparte de esto, ¿Qué es lo que más buscas que respire, exprese, cuente una fotografía? Además, añade que la historia que explicas es la suya, y para esto tienes que llegar a un grado de cercanía y cierta intimidad con los músicos, ¿Cómo ha sido conocer a los músicos y tener relación con ellos? ¿Qué te llevas del cariño y admiración que profesan las bandas sobre tu trabajo? Por otro lado, también me gustaría saber desde cuando empiezas a fotografiar al público y saber si te costó o fue algo natural desde que empezaste. Y como no, pues tras cuatro décadas, cuál ha sido tu relación con él, las relaciones que se crean, el cariño y las palabras que te llevas, y que es lo que más agradeces que te expresen de tus fotografías.

Xavi Mercadé: La foto que hagas siempre tiene que intentar transmitir alguna cosa, una mirada, una sonrisa, un riff de guitarra, una emoción, una complicidad o una entrega de lo que ofrece encima un escenario. Reconozco que es casi imposible hacerlo en una sola imagen y con el margen que nos ofrecen a menudo (las tres primeras canciones) pero es bonito intentarlo noche tras noche. Establecer relación con los músicos ha sido siempre natural, sobre todo cuando ya ven que formas parte del mobiliario que hay en un concierto. Muchas veces son los músicos los que se acercan a ti a saludarte o circunstancias diversas que te les acercan. Muy a menudo la admiración es mutua y te lo agradecen facilitándote el trabajo. Aunque no es una de las tareas más relevantes en la revista, también me toca hacer entrevistas a los músicos. Eso provoca una sinergia y un conocimiento, más que del músico o el artista, de la persona que encarna muy a menudo a este personaje que vemos iluminado encima un escenario. Recuerdo larguísimas charlas con Rosendo, Manolo García, Quimi Portet, Sidonie o Love of Lesbian que han sido casi una conversación entre amigos. Por ejemplo, con El Último de la Fila se tejió una relación desde que me publicaron una foto mía en su tercer disco “Nuevas Mezclas” (PDI, 1897), con entrevistas hechas al fanzine desde el primer disco el año 1985 hasta ser el único fotógrafo que pululaba por camerinos y escenario en el concierto que dieron en la sala Razzmatazz el año 2016. Son muchos años viéndonos las caras en el escenario. 


Sidonie

Lo de fotografiar al público vino a partir de la experiencia de editar el libro “Odio Obedecer”. Fue entonces cuando me di cuenta que tenían más valor las fotos que tiraba a la gente que me rodeaba para acabar la cola de un carrete (las 3 o 4 últimas fotos) que las fotos a los artistas en sí. Eran momentos únicos, algunos con gente que ya no está y con otros me mostraban una estética y una forma de ser propia de una época muy concreta. A partir de aquel año empecé a ampliar el radio de acción y sobre todo fijarme en las expresiones del público, en su reacción y buscando su complicidad. Con el público ha habido de todo, desde escupitajos con fans de Saxon en los 80 o madres histéricas a un concierto de Backstreet Boys en los 90 pegándome porque tapaba a su hijita. Sin embargo, el público más agradecido, el que da más juego y el más honesto siempre ha sido el heavy. Ellos saben cuál es tu tarea y no dudan al levantar los cuernos si te ven con el objetivo cerca. Ha sido todo un placer trabajar en un festival como el RockFest para comprobar el cariño y el respeto que té la hermandad metálica cuando los enfocas con la cámara.


La Pegatina

Alquimia Sonora: Hay un capítulo que se llama el circo del rock and roll, las fotos de los directos más curiosos, pintorescos, de barbarie, y hasta escatológicos, ¿Cómo reaccionas ante situaciones que te encuentras de este tipo? ¿Reaccionas siempre con rapidez y sabes captar el momento en esas ocasiones? 

Xavi Mercadé: Todo se tiene que prever pero también hay que dejar sorprenderte y fascinar cuando alguien decide crear un espectáculo diferente que busque provocar reacciones extremas. Siempre explicaré el caso de Gwar el año 1996. Casi no había información, sólo que eran un grupo de freaks con disfraces monstruosos. Lo que nadie sabía es que durante el concierto había una serie de mutilaciones, luchas y decapitaciones que acababan con los artistas tirando todo tipo de líquidos de colores al público que no llevaba ni una triste capelina o protección. Acabó como una procesión de gente de mil colores saliendo del concierto y la sala Garaje Club con el techo manchado hasta el fin de sus días. 

Alquimia Sonora: Los saltos, una de tus mayores fijaciones, incluso he leído que tienes un libro digital sobre el asunto. ¿Cuáles son tus preferidos? ¿Cómo perfeccionas este tipo de fotos? 

Xavi Mercadé: Se tiene que prever, oler aquel instante de cambio de ritmo, intuir la doblez de las rodillas del guitarrista y disparar en el momento justo. No soy muy amante de usar la ráfaga de la cámara y siempre consigo congelar los saltos en una imagen única. ¿Cómo lo consigo? No encuentro ninguna respuesta lógica a no ser que sea la intuición, aunque también cuenta haber visto la banda varias veces para saber en qué momento y en qué canción pueden dejar de tocar el suelo con los pies. Con grupos como los desaparecidos Txarango, Gertrudis, Delafé o Sopa de Cabra es bastante fácil adivinar en qué momento exacto de una canción se elevarán. 


Txarango

Alquimia Sonora: En el texto de Ignasi Julià habla de tu timidez. ¿La fotografía te ha ayudado a soltar lastre en este sentido? ¿Cómo te sientes al llevar la cámara? ¿Te escondes tras de ella como un refugio? ¿Has avanzado en este sentido? Te pregunto todo esto, porque a mí aún me cuesta ciertas cosas. Por ejemplo, si estoy en la primera fila de mi club preferido y el concierto es álgido, ahí no tengo problema, porque me integro y me lanzo. Pero si he de cubrir un concierto en un teatro, que me tengo que mover y demás, o en algunos conciertos al aire libre, ahí, aunque la gente me conozca, siento un pudor muy grande, me gustaría ser invisible y disparar con total libertad sin pensar que la gente me mira y demás

Xavi Mercadé: La cámara me sirve de máscara para esconder la timidez como decía Ingasi Julià en su texto. Marca cuál es mi papel y cuál es mi tarea durante la parte del concierto que me corresponde. Eso sí, siempre intentando no molestar nunca al público, respetar los espacios y los silencios (he visto a gente disparando en ráfaga en pleno solo de piano en un entorno de silencio absoluto), ser prudente y discreto. Por eso la mayoría de vez vamos de negro o colores oscuros, para intentar ser invisibles. Una vez tomadas estas precauciones hace falta perder el miedo y la vergüenza y hacer tu trabajo pensando casi que eres invisible y que estás allí por una causa concreta: reflejar lo mejor posible lo que pasa en el escenario desde el objetivo de la cámara en cualquier situación. 

Alquimia Sonora: Un apartado a las divas, a las mujeres, con el fin de generar referentes. En cuanto a este tema ¿Cómo has vivido la evolución del papel de la mujer en la música? ¿Y cómo crees que has podido contribuir a dar una visibilidad a ello? 

Xavi Mercadé: Ha sido una evolución constante y lógica. Aunque está en una franca minoría, ahora no nos sorprende ver a mujeres detrás de una mesa de sonido, hacer de road mánager o de pipa encima de un escenario. En las escuelas de música hay una mayoría femenina cursando estudios, es lógico que posteriormente eso se traduzca en mayor presencia en los conciertos.

Más Info:




Billie Elish


Gertrudis


 Sopa de cabra



Patti Smith



Rosalía


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