Niños Mutantes (Sons al Botànic, 11/08/2023)

 


Niños Mutantes en Sons al Botànic; un encuentro íntimo y sincero con su público en la plaza de Los Magnolios del Jardí Boàtnic de la Universitat de València. 

Volver a lugares de los que te habías alejado hace mucho tiempo para escuchar a una de tus bandas indies favoritas de siempre, era una de las cosas qué hacer en otra semana infernal de agosto en la ciudad. Aún sabiendo que la humedad iba a ser la gran protagonista, nos adentramos en el Jardí Botànic de la Universitat de València, una vez más, para disfrutar de los granadinos Niños Mutantes dentro de uno de los ciclos más bonitos y longevos (juraría que es el ciclo más prolongado en el tiempo) de la ciudad. Cuidar la música en directo debería ser una máxima siempre dentro de la industria musical, bien sabemos, que, en muchas ocasiones, esto se diluye primando solos los números, los influencers, la fiesta, y parafernalias varias sobre el escenario (la pirotécnica y el confeti mola, pero cuándo se usa en exceso, se desvirtúa), olvidando el buen trato a los músicos, y a sus equipos. Lo recordaba Juan Alberto, casi al principio del concierto (si mal no recuerdo), sin poner en duda los festivales (la elegancia le caracteriza), pero sí, valorando propuestas como la de Sons al Botànic, agradeciendo a la Universitat de València, y por ende, a los organizadores del ciclo (Andsons Producciones y Salarinas), cómo espacios dónde proyectar su música de formas más directa, íntima, sincera y con una mayor conexión con ese público que le viene siendo tan fiel desde hace ¿Casi treinta años ya? 

El paso acelerado del tiempo es una realidad; pero el viernes se hizo mucho más latente en mí vida, porque de camino al concierto, con algunas cervezas en el cuerpo, mí mente se remontaba a aquella primera vez que vi a Niños Mutantes en directo. No sé, imagino que sería ya hace más de dos décadas, que iba con mí grupo de amigos, que habíamos bebido, que era verano, que eran las fiestas de un pueblo (Meliana, quizás), y que nos plantamos en primera fila, y yo, sin haberlos escuchado nunca, empecé a cantar sus canciones, brotando del interior, y conectando con su música en una noche repleta de felicidad y baile. A partir de ahí, poco a poco, ya se fueron viniendo sus discos a casa, para ser parte de mí particular colección (ecléctica y sin pretensiones). Sobre todo, recuerdo con gran cariño ése preciso pack de “Una colección de singles”, y de cómo sonó en el reproductor de mí primer coche. 

Hacía casi seis años que no me reencontraba con su universo sonoro, dispersa y sin todo el tiempo del mundo, les había perdido un poco las pista. Por eso, la cita del pasado viernes era una oportunidad de remediar esa larga distancia, para acortarla en uno directo de proximidad con un público respetuoso (salvo en una cosa que no mencionaremos por ser también muy elegantes). Una noche que también me hacía volver a sentir esos cosquilleos en el estómago que sentía al principio de escribir sobre música en Alquimia Sonora. Lo bonito de los principios, la gente que he ido conociendo, darte cuenta de las realidades de las que te querías alejar, saber qué caminos no querías coger, y muchos sentimientos más. A pesar de ser siempre diferentes y esquivos con la vía más cómoda y más concurrida, pensamos que no nos ha ido tan mal. Por eso, nos gusta recordar, que al menos en una década (2012-2022), hemos sido importantes para la música en València, dando voz y poniendo su imagen, creciendo a cada paso y, finalmente, saltando a otras latitudes. “Los alquimistas siempre han tenido la llave del cambio y la transformación, así os necesitamos”, nos decía Juan Alberto en una entrevista dónde repasamos su carrera hasta la fecha con profundidad, y que podéis leer aquí

En formato dúo, salieron Juan Alberto y Andrés, uno con su guitarra y pedalera infinita, el otro con sus guitarras acústicas, una pandereta, y su voz tan suave, melódica e inconfundible, y en medio, un timbal que era aporreado con fuerza en algunos momentos. “Florecer” abrió la noche, que venía tal cómo nos explicó Juan Alberto cómo un guante para el espació dónde nos encontrábamos, mientras los magnolios quedaban enmudecidos ante un arranque tan impresionable. El plano emocional podríamos decir que no flaqueó en ningún momento, y el humor, tampoco, porque para algo son de Granada, y Andrés, según su compinche, es una persona excepcional con la que no es capaz de hacer la vuelta al mundo sin parar de reír. Se pasearon también una buena representación de su último trabajo “Cuchillos y Diamantes”, una vuelta de tuerca, y otro giro inesperado en su universo, dónde experimentan con el postpunk, la electrónica o la psicodelia folk y canalizan su existencia de manera catártica, y sobresaliente. 

“No has venido a sufrir” idónea para cantarla a plena pulmón junto a tus amigos y hacerla servir cómo esa autoayuda tan necesaria que se esconde en las canciones. O, “16”, que nos ayuda a comprender que, aunque pasen los años, la juventud siempre seguirá vigente, y nos conducirá a aquellos maravillosos años, durante el resto de nuestra vida (guiño a los Mutantes, algunos ya padres o quizá abuelos). Recordaron al resto de la banda, y aunque el formato eléctrico y al completo, siempre enfatiza más, desplegaron la intensidad de sus canciones de forma solvente. Hubo momentos coreables y de comunión como en “Todo va a cambiar” o el cierre con “Buena Suerte”, desprendiéndose de la guitarra y sólo lanzando su voz, haciéndola circular en bucle, bailando y lanzando sus últimas miradas a los presentes. Y tiempo para sus canciones de siempre como “Errante” o “Las noches de insomnio”, que nos erizaron la piel y nos hicieron flotar en el ambiente. Una noche especial que nos hizo constatar una vez más que Niños Mutantes nunca se doblegan, y han marcado su camino con libertad y personalidad, sin prisas, ni tiempos, pero siempre con la cabeza alta y mirada firme. Juan Alberto, nos recordaba, que la música es lo más importante para ellos, y que la gente fuera a escucharlos, les hacía muy felices. Cuándo la música dejó de sonar, ya nada era igual.   


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