Hay lugares que son música en sí mismos. Como pequeñas cajas estancas con paredes impregnadas de arte y emoción, con un escenario donde han actuado muchos grandes artistas que han pasado o son de Granada. La Tertulia es precisamente eso, un lugar donde la música y los músicos se reciben con el respeto y la admiración que merecen, lo cual, en estos tiempos de postureo, es un verdadero lujo.
El viernes fue Vicente Navarro, acompañado a la guitarra de Rubens Allan, el encargado de oficiar una especie de solemne liturgia laica en la que el público se mantuvo en un respetuoso silencio que propició el lucimiento del madrileño de raíces manchegas que se presentó en Granada en un formato completamente acústico, ideal para desgranar sus temas con toda la profundidad y el sentimiento que se puede transmitir a través de unas letras tan sinceramente apasionadas como son las de este artista.
Sobrecogidos por el intenso comienzo, con “José” perteneciente al disco que venía presentando “LAS MANOS”, un disco que publicó en 2022 y que aún no se había presentado en nuestra ciudad. A partir de ahí, todo fue dejarse llevar entre las expresivas manos de Vicente Navarro, que no sólo canta, sino que expresa con todo su cuerpo todos los sentimientos que se desbordan en cada uno de los temas y las diestras manos de Rubens Allan a la guitarra, no sólo acompañando, sino entrelazándose con las propias canciones, dándoles alas y apoyo. Un tándem perfecto con capacidad de llegar y emocionar, haciendo al público arrancarse en largos aplausos que parecían no tener final entre tema y tema.
Especialmente intensa su forma de recitar al comienzo de “Los dientes”, que sonó como un desgarro o un grito a la injusticia encerrado en la letra de un tema cargado de dolor y rabia. Impresionante también su “S€r€nata”, canción que Vicente Navarro presentó al Benidorm Fest 2024 y que está producida por Manuel Cabezalí (Havalina), con un contenido que invita a la reflexión en un tema que pretendía hablar de los problemas económicos de la generación millenial y que finalmente se ha convertido en una reflexión sobre los desafíos contemporáneos que afectan a toda la sociedad, pasada y actual. A priori, parecía complicado llevar este tema al formato acústico, pero hay que comentar que fue uno de los mejor recibidos, con un sonido espectacular.
En la parte central de su intimista concierto, con “El llanto” y su sonido en el que se fusiona lo tradicional y lo contemporáneo mezclando con guitarras inspiradas en el folclore andino para conseguir una pista imprescindible para entender la propuesta de este artista que se mueve entre la tradición y la música urbana consiguiendo una fusión equilibrada que no sólo actualiza sonidos de siempre, sino que le da empaque a los más modernos.
Una actuación que se movió entre los dos trabajos de Vicente Navarro, el ya mencionado “LAS MANOS” y su primer larga duración “CASI TIERRA” (2019) a través de dieciséis temas permitieron elaborar un show que empezó intenso y terminó con una intensidad sublimada, de más a más y mejor, porque en ningún momentos hubo bajada en la conexión con el público, impresioando con la voz melódica y de amplio registro de Vicente. Un hombre de pocas palabras pero mucha expresividad, capaz de cantar con todo el cuerpo.
Una experiencia que nos dejó a todos con ganas de más, a pesar de haber disfrutado del espectáculo durante casi hora y media en la quietud y la intimidad de este lugar tan especial donde esperamos volver a verle pronto de nuevo.
Crónica y foto: María Villa
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