“Mapas” es el segundo trabajo Vetusta Morla tras el alabado “Un día en el mundo” (2008). Un paso hacia delante en el que rompen con sus propios paisajes sonoros y que han vuelto a autoproducir. De momento “Mapas” sólo está disponible en modo escucha en su página web. En breve podrá adquirirse tanto en soporte digital como físico. Una rebeldía ante la industria discográfica a la que ya nos tenían acostumbrados.

Los Vetusta han fraguado este trabajo durante un año a medio camino entre Guipúzcoa y Madrid, combinando técnicas analógicas y digitales y repitiendo la producción de Manuel Colmenero y Javibu Carretero. Un efecto que se destila en las 12 canciones que forman esos mapas ya que han intentado grabar, en la medida de lo posible, siempre juntos.

La búsqueda de lo orgánico en su música, sin duda, a través de tonalidades grises y menos luminosas que en su trabajo interior. Quizás ese sea el gran salto con respecto a aquel día que pasaron en el mundo. Menos concesiones a la claridad sonora y más introspección musical. Pucho (voz), David “el indio” (batería), Álvaro B. Baglietto (bajo), Jorge González (percusión), Guillermo Galván (guitarra) y Juan Manuel Latorre (teclados) han diseñado, como comentan, estos “mapas de lo que somos, trazos de nuestras conquistas” a base de canciones llenas de momentos épicos en los que se entremezclan aires cálidos y psicodélicos. Un disco, pues, épico, triunfal y altivo en el que coros lejanos y redobles rígidos marcan el paso a cada track.

Y si hablamos de lo heroico, de lo musicalmente épico, el trabajo se abre con “Los días raros” (tendrá videoclip, aunque no será el single del disco). Un inicio que atrapa y que comienza a marcar el camino a seguir a través de los mapas humanos y que se convierte en el preludio de grandes momentos como “El hombre del saco”, una de las canciones más potentes del álbum en la que la percusión y las guitarras se acentúan más –si cabe- (atención a líneas como “ya cayó el dictador, eso dice la radio”, que nos llevan a mirar directamente a los conflictos actuales), o “Maldita dulzura”, con ecos del corrido mexicano y que nos escupe bocanadas de arena “bunburianas” en las heridas.

Destacar personalmente dos temas más. “Cenas ajenas”, que aunque no tenga nada que ver nos remite al “Cuestiones de familia” de los Love of Lesbian (por esa cena familiar), y “Canción envuelta”, el tema más preciosista del trabajo, con una sensibilidad que nos lleva a aquella colaboración que hicieron para el disco “Supernanas” con la canción “Los ríos de Alice”. Un track que quizás podría funcionar, al igual que hicieron para “Supernanas”, instrumentalmente.

Un trabajo que rompe en muchos aspectos con su anterior disco. Un trabajo con el que Vestusta Morla se reinventa y en el que vuelven a diseñar un universo sonoro personal y enigmático. Un recomendable trabajo que desde Alquimia Sonora valoramos con un notable alto y del que de momento os dejamos el teaser.