Durante el transcurso de la
charla con el ahora magnĆfico asturiano, uno de los guitarristas y compositores
mĆ”s dotados del rock espaƱol, constatamos lo que ya intuĆamos a travĆ©s de contactos
anteriores en los que el hilo telefónico nos impidió captar todos los matices
de las respuestas: la irreverencia, la sinceridad y la capacidad de sorpresa
permanecen impasibles en su ADN, y solo hace falta dar con sus huesos en el
lugar y momento adecuados para que fluyan en toda su grandeza. Aviso: la
conversación aquà resumida fue mucho mÔs larga, pero por ese mismo privilegio
apuntado y porque uno es un hombre de palabra, debo reservarme otras perlas
para la intimidad. Aun asĆ, estas lĆneas no son aptas para mentes pacatas ni ojos
susceptibles. Bienvenidos al ‘Guateque del hombre lobo’, un mamĆfero lenguaraz
y provocador que intenta, y lo consigue casi siempre, no dejar tĆtere con
cabeza.
Alquimia Sonora: ¿QuĆ© diferencia hay
entre ser ilegal y ser magnĆfico?
Jorge Ilegal: Te cuento: en el mundo de Ilegales no cabĆa algo como lo que
estamos haciendo ahora, que es tocar música de muy distintas épocas, desde
finales de los años 20 hasta principios de los 60. Alguna canción tocÔbamos,
alguna canción ilegal tenĆa que ver con el twist
ese primero, como ‘La fiesta’ o ‘El piloto’ o cosas asĆ, pero el resto no cabĆa
en este momento. Formamos Jorge Ilegal y Los MagnĆficos porque estuvimos
pensando en ello desde hace unos 18, 19 o 20 aƱos, a lo mejor cuando yo tocaba
el bajo estƔbamos ya pensando en esto.
AS: En una Ʃpoca
totalmente diferente, cuando la cultura del bar y de la mĆŗsica en directo
existĆa mayoritariamente. Ahora la tortilla ha dado la vuelta, un concierto
casi se toma como excusa para alternar entre copa y copa.
J. I.: Supongo que hay rock
and roll y se toca actualmente, creo que las cosas son mucho mƔs fƔciles
ahora a cualquier nivel que quieras. La distancia entre un artista y su pĆŗblico
ha disminuido totalmente, internet es un vehĆculo que anula todos los filtros
que tenĆan los medios de comunicación. Antes para comunicarte con alguien
dependĆas de la prensa o de la radio, en estos momentos no es asĆ. Sólo hay que
interesar, tienes que ser algo interesante.
AS: El primer disco de
Jorge Ilegal y Los MagnĆficos, ‘Nuevo rumbo’, recorrĆa palos tradicionalmente
alejados del rock hasta una Ʃpoca cercana a la dƩcada de los 50. En este 'Guateque del hombre lobo' adelantas los estilos en el tiempo y te vas hasta los 60.
J. I.: Jorge Ilegal y Los MagnĆficos en este momento disponen de un
muy buen estudio de grabación, tenemos nuestro propio estudio que se llama La
Casa del Misterio y lo tenemos secuestrado casi todo el tiempo, graba algĆŗn
otro grupo pero es casi exclusivo nuestro. El primer disco tenĆa que ser de
ruptura total, probamos tipos de mĆŗsica que jamĆ”s se habĆan tocado en Ilegales,
y en el segundo ya nos dejamos ir, la cabra tira al monte, yo siempre quise
tocar mĆŗsica de twist y tal y la
grabamos, conseguimos las guitarras adecuadas y todo el equipo para hacerlo,
para conseguir ese sonido que querĆamos.
En ese estudio en el
que os refugiais últimamente también grabais a gente mÔs que interesante, como
el grupo de Isaac GonzƔlez, entre otros, que ha estado tocando con Los Ciclones
y acompaƱando a TetƩ Delgado en directo.
J. I.: Tenemos un muy buen estudio con las cosas que tiene que
tener un estudio, porque la gente se gasta el dinero generalmente en ponerlo
muy bonito. En vez de gastƔrselo en tener una buena sala y que grabes bien en
ello se lo gasta en un montón de software
y de cosas para arreglar lo que ya estĆ” mal grabado. Nosotros llevamos muchos
años y como gané un pastón con Ilegales, que no estuvo mal, pues cogà una gran
parte de la pasta y me compré un montón de guitarras que ya podrÔ probar Isaac
y mƔs gente. Hoy le dejƩ al otro guitarra que toca una Harmony del aƱo 46, muy
guapa, pero tengo guitarras mucho mejores, que nadie se preocupe. Por eso de
Los MagnĆficos sale un disco al aƱo, cuido mucho el proceso de fabricación.
AS: Los trajes contribuyen
a esa atmósfera que buscais, y seguĆs imponiendo respeto con ellos.
J. I.: SĆ, cada noche espero que los trajes estĆ©n un poco arrugados
despuĆ©s de la noche anterior. Eso de ir trajeado a lo… bueno, no quiero dar
nombres, pero si vas a ir de traje, gƔstate la pasta. Yo llevo un traje a
medida, por favor, no voy como un paleto de domingo. No creo que impongamos
respeto, la verdad, los llevamos por ambientar un poco la historia, porque es
tan de ruptura con lo que hacĆamos con Ilegales que es como hacer algo nuevo,
por darle ambiente de alguna manera.
AS: Justo lo que requiere
la ocasión. Antes hablabas de guarachas, boleros y joropos, ¿ahora es solo el twist lo que te ocupa?
J. I.: Esto es solo twist
y rock, el siguiente probablemente vaya en otra dirección. Se trata de que hay
dos tipos de mĆŗsica: la buena y la mala, y vamos a por la buena. Me lo puedo
permitir porque pago muy bien a los mĆŗsicos, asĆ que toco con los mejores. Ya
desde muy pequeño empecé a tocar como profesional, llevo tocando con músicos
buenos muchos aƱos y no entro en ninguna jaula que supone tocar con unos tĆos
con flequillo por ejemplo, no pertenezco a nada parecido, y eso te dota de una
libertad que te permite acceder a muchos tipos de mĆŗsica diferentes y eres
consciente de quiƩn toca bien y quiƩn toca mal. Me viene cualquier tipo al que
a lo mejor el lĆder de no sĆ© quĆ© grupo muy de moda le parece un mĆŗsico de la
hostia, pues a mĆ me parece una mierda pinchada en un palo y le digo: “te voy a meter tu instrumento por el culo,
hijo de la gran puta”. Son casi ridĆculos y es muy triste, asĆ no puedes
crecer. Cuando cualquier planta cae en mal sitio crece mal, y yo he tenido la
fortuna de caer en muy buen sitio y ademÔs soy un poco mÔs móvil que las
plantas.
AS: Sin dar nombres,
todos estamos pensando (parcialmente, que ha habido y hay bandas muy valiosas)
en cierta hornada de los 90 perteneciente al mal llamado muchas veces pop
independiente.
J. I.: Hombre, que la hornada de los años 90 salió mal es algo que
ya nadie duda, nadie se plantea que no sea asĆ. ¿Por quĆ© no voy a decirlo?
Puedes apuntar la lista completa de grupos de los 90: “hola, sois unos mierdas”, y probablemente tambiĆ©n podrĆa decirles “no tenĆais que haber nacido”.
AS: ¿Hablamos solo en
tƩrminos nacionales o en Estados Unidos, por ejemplo, la cosa cambia?
J. I.: En Estados Unidos hicimos un concierto en Nueva York en un
teatro donde habĆa otros nueve grupos y uno de ellos era por lo menos
divertido, no recuerdo ahora su nombre. Pero habĆa muchos grupos pretenciosos,
sobre todo el argentino que era el mƔs pretencioso, se excedieron del tiempo y
les echaron todo el equipo a un callejón. Los callejones en Estados Unidos lo
son realmente, los que veis en las pelĆculas son asĆ, ese humo que veis por las
calles que sale del subsuelo no es un efecto cinematogrƔfico, es verdad.
AS: Aparte de la
experiencia norteamericana, ¿quĆ© tal el pequeƱo tour mexicano?
J. I.: MĆ©xico me interesa mucho, es un paĆs acojonante, tĆo, es la
hostia. MĆ©xico estĆ” muy bien. ¿Sabes quĆ© pasó? Fuimos a MĆ©xico D. F. y cogimos
una borrachera de la virgen, de lo peor, hubo tĆos en el concierto que acabaron
fatal. El mismo empresario que tenĆa el local, que era como para unas 4.000 y
pico personas, acabó vendiendo las entradas mucho mÔs caras, porque allà si hay
mucha gente no hace falta reventa, ellos ya suben el precio allĆ mismo, tĆo.
Pillamos una borrachera del copón y acabĆ© en la Plaza del Ćngel con una niƱata,
subió a la habitación y le dije “voy a
llamar a tu novio”, y conseguĆ contactar con su novio, quedĆ© con Ć©l en la
misma plaza y se la devolvĆ. Llegó un peludo hippioso y pensĆ© “a tomar por el culo, que te folle SatanĆ”s”,
asĆ que por la maƱana, que ya era por la tarde, salimos y habĆa varios carteles
pegados anunciando en el mismo local tres orquestas de estas de once tĆos. “Hostia, lo que nos hubiese gustado verlas,
lo que nos perdimos” y tal, y unos pasos mĆ”s allĆ” en la misma calle habĆa
otra justo a la puerta del local. Nos fuimos para allĆ” y era como estar otra
vez en 1952 o algo asĆ, un viaje en el tiempo. Los mexicanos saben divertirse,
habĆa gente de ochenta y pico aƱos bailando, viejas y jóvenes, de todo, tĆo, pero
joder, yo tenĆa una resaca del copón y habĆa camareros muy bien vestidos: “Por favor, un refresco de naranja” , y
los tĆos te ponen como un jarabe blanco, zumo de naranja y agua de sal, un
refresco de los de verdad. Y una orquesta tocando mambos, cha-cha-chĆ”s… pero
con una caƱa que estaba todo el mundo bailando. El baterĆa, el muy hortera,
pidió una cerveza, una Indio de esas, bueno, que estaba bien para combatir el
malestar y a la tercer canción ya se acabó, habĆamos llegado tarde pero lo
habĆamos oĆdo. Pero vemos que la gente sube por una escalera lateral, todo el
mundo, y arriba habĆa otra orquesta igual, de puta madre, ademĆ”s con unas tĆas
buenĆsimas pero no sabĆamos bailar ni mambo ni nada, tĆo, somos unos ineptos, y
allĆ si llegas sin saber bailar no vas a follar, ¡me cago en la puta!
AS: ¿Significa toda esta
aventura el fin definitivo de Ilegales?
J. I.: De momento sĆ, o definitivamente sĆ. En este momento tengo
57 aƱos y es poco probable volver con sesenta y pico, aunque ahora tocamos
alguna canción de Ilegales porque son canciones twist. El rollo retro siempre estuvo en Ilegales, toda esa historia
siempre estuvo desde antes del primer disco. ‘La fiesta’, por ejemplo, es una
canción que es como una especie de twist lento,
y en este momento es lo que me interesa, tĆo. DespuĆ©s me interesarĆ” el tango,
luego las guarachas otra vez.
MƔs info:
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