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jueves, marzo 30, 2017

Glen Hansard – La Rambleta (Valencia 29-03-17)

La cita con los Ineludibles Alhambra se salda con un superávit de emociones incontrolables 

Sonrisa cómplice imposible de reprimir al ver el tambor de marcha del National Theatre y ese “Mission-Save-a-Soul” sobre el escenario (y toda la regresión a la época de “The Commitments” por la propia historia de ese instrumento). Ráfaga de cotidianeidad mancillada con una sensación de comodidad al entrar al salón de Glen Hansard en La Rambleta de Valencia este pasado miércoles. Tener la sensación de que estamos invadiendo un espacio que en realidad el propio Hansard ya nos ha obligado a compartir. Porque ese salón figurado no es más que el propio salón en el que habitan las historias comunes, esas que acaban viendo florecer lazos invisibles entre el escenario y los asistentes. Minutos antes de que comenzara el concierto esa sensación iba cobrando más y más presencia en esa anticipación nerviosa que siempre generan los futuros inmediatos. 

Pero tendremos que rebobinar un poco e ir al inicio de la noche… Silvia Rábade y Carlos Tajes conforman Escuchando Elefantes, la banda que ha acompañado a Hansard en sus conciertos por la Península. Y no es la primera vez que se las han visto en directo con el irlandés, ya que además de telonearle en otras visitas, han formado parte de un festival que el irlandés impulsa en Dublín, concretamente en Grafton Street… ¿os da la ubicación pistas?. La calle protagonista de “Once”, la propia en la que Hansard se dejó las yemas tocando. Escuchando Elefantes sabe perfectamente lo significa ser un músico callejero, cambiando también Dublín por Lugo, por ejemplo. “Hope” es su último trabajo, una evolución al sonido más folk en el que militaban. Más eléctricos y compartiendo guitarra y batería indistintamente. De ahí “Anyway” o “The Fight”. Menos folk en cuanto a sonido pero manteniendo la fuerza compositiva que se deja ver en “Show & Tell”. Complicidad entre los dos músicos que consiguieron casi lo imposible: que el público preste atención y disfrute con la banda que abría la noche. 

Glen Hansard en solitario frente a cada uno de los presentes. Como un irreverente reto al que todos debíamos enfrentarnos en ese repaso emocional a iras, amores y cicatrices. Un despliegue de guitarras ajadas (incluyendo eso sí a la guitarra protagonista de "Once") que combinaría con el piano, y ese español aprendido a trompicones con el que fue regando su concierto. Así es como comienza a ganarse al público más reticente, con sus historias, con sus anécdotas, con ese halo de autenticidad que siempre le rodea. La intimidad sugerida desde el escenario que acabará convirtiéndose en la intimidad con la que nos sentimos cómodos en nuestra nudez emocional. Alguna mejilla sonrojada entre el público desvelaba esa conjunción instantánea que se estaba viviendo en La Rambleta. Rubores a sotto voce que acabaron tomado a grito desnudo gran parte del repertorio del irlandés. 

Y es que Glen Hansard es el resorte que consigue que todo se tambalee a nuestros pies. Sus composiciones van muy dirigidas a zarandear todo aquello a lo que se dirija. En primera persona del singular. Mucho más crudo que a través de sus discos. Crudo, directo y convirtiendo sus canciones en armas acústicas que apelaron al alzamiento interior de todos nuestros demonios. Nada de exorcizar, sino batallar contra nuestras propias sombras. 

Un paseo guiado por sus trabajos anteriores, desde el “Love don’t leave me waiting” o “Bird of sorrow” (de “Rhythm and Repose”) al “Her Mercy” o “My Little ruin” de “Didn’t he ramble” pasando por temas de la banda sonora de “Once” como “When your mind’s made up” o ese “Fallilng slowly” que sentenció a los presentes. Estribillos que sonaban a escondidas entre parte del público, ojos vidriosos que reflejaban la imagen de Glen Hansard sobre el escenario, y esa sensación de querer permanecer eternamente en una canción porque ha sobrepasado los límites de la razón.

"Bird of Sorrow" sonó con la misma brutalidad que el tema original pero al piano. Desprovisto de la línea melódica de los violines o de la percusión, la sangrante entrega de Glen Hansard expuesta en ese mantra “…I’m not leaving I’m hangin’ on…”. Un esquema compositivo que se repite en el repertorio del músico: presentación introductoria in crescendo hasta llegar a un nudo en el que consigue estallar en igual medida lirismo y melodía, para acabar en ese remanso en el que sigue resonando la canción. Y por el camino, entre inicio y final, un Hansard abierto en canal, entregado en todo momento y fuera de sí mismo. Solo cuando la contención emocional se deja a un lado es cuando suceden estos momentos, estas noches, estos conciertos. 

Ese guiño en cuanto a composición a otro irlandés, a Van Morrison con el “Her Mercy” iba anunciando el tiempo de descuento, que llegaría con un Glen Hansard subido a la caja que contenía la pedalera de sus guitarras. Llegó uno de los temas todavía albergábamos la esperanza de oir en directo. Esa plegaria sangrante que es “Say it to me now” y que en apenas 3 minutos destila la mejor esencia del Hansard sin medida. “…’Cause this is what you’ve waited for, a chance to even up the score. And as these shadows fallo n me I will somehow…”

Entre tema y tema, las historias del buen contador de anécdotas. La historia de cuando llamó a su madre hace unos días para felicitarla por el Día de la Madre y a la que dedicó “Bird of Sorrow”; la historia de cómo su padre entró en contacto con el socialismo o aquella otra de cómo aprender a beber bien con “McCormack's Wall”, el momento Irish de la noche. Un recuerdo a Woody Guthrie con ese “Vigilante man” y la pregunta que lanza al propio Donald Trump con la construcción del muro en México o ese “Way back in the way back when” que incluye en “A season on the line” con el que recuerda a todos los desplazados que deben dejar sus hogares por la causa que sea. El final acabó lejos de egos artísticos y mirando a los ojos de Leonard Cohen con ese “Passing through” y con los presentes cantando “…tell the people that you saw me passing through…”. 

De cuando la música va más allá de una bonita melodía, de un ritmo bailable o del último hit de la temporada. De cuando los músicos se olvidan de esconder su “yo” y dejan de refugiarse detrás de sus instrumentos musicales. De cuando la praxis artística verdaderamente está anclada a la vida, a sus sensaciones, a sus fracasos y sus sonrisas. Y cuando todo esto pasa, cuando un músico como Glen Hansard se convierte él mismo en parte de cada composición, es cuando todo comienza a tener sentido y a fluir a base de esos puntos comunes que dejamos compartan vivencias. 

  
Glen Hansard: “Winning Streak” (2015) 

 Glen Hansard en La Rambleta de Valencia
 
 Glen Hansard en La Rambleta de Valencia

 Glen Hansard en La Rambleta de Valencia

 Glen Hansard en La Rambleta de Valencia

Próximos conciertos Glen Hansard: 
31 marzo – Sala Acapulco Club (Gijón)
01 abril – Teatro Jofre (Ferrol)

Más info: 
http://glenhansardmusic.com/ 
http://www.escuchandoelefantes.com/ 
http://www.larambleta.com/ 
http://www.tranquilomusica.com/ 

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