Katy Perry, my favourite diva

Básicamente este artículo será un greatest hits de excentricidades de Katy Perry, pa qué complicarnos más con el juego que está dando ¿no?

Y es que la moza, desde hace un tiempo, está reclamando cada vez más y más atenciones especiales durante sus giras. A saber:

A las cositas ya acostumbradas por la mayoría (léase "don hotelero, pínteme las habitaciones de verde chillón, pa que vaya a juego con la paginaca esa de Alquimia Sonora, S´il vous plait"), se le unen exigencias como frigoríficos con puerta de vidrio con hortensias blancas y moradas o rosas, que su camerino sólo puede ser decorado en tonos beige y rosados y, lo último, que sus chóferes tienen prohibido dirigirle la palabra, pedirle autógrafos y (aquí viene lo mejor) hasta mirarla por el retrovisor...

De no cumplirlo, serán inmediatamente despedidos y puestos de patitas en la calle.

Eso, Perry, pídeselo a un taxista de Madrid cuando te empiece a soltar la chapa de turno y luego vas... y la cascas.

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2 Comentarios

  1. Nada, que le pongan chóferes ciegos, sordos y mudos. Eso sí, que se haga un buen seguro de vida y lleve bien apretadito el cinturón de seguridad. XDDDDD

    Soy Airam, por cierto. Que me he quedado sin PC y estoy con el portátil de Chiky y no tengo ganas de abrir mi sesión para que salga mi cuenta y no la de ella.

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  2. JAjajaja! Ok, apuntado en la agenda (bloquear a todos los anónimos, no vaya a escribir Airam otra vez...)

    ¡Un abrazo!

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