Alquimia Sonora sigue ofreciéndo lo mejor de la música en directo, en esta ocasión os acerca el concierto que Volador dió en Valencia junto a Somrice. Y es que ahora que se acerca el verano y las vacaciones, ¿qué mejor que disfrutar de una noche musical de calidad? Desde luego lo mejor es ir que no te lo cuenten, pero para todos aquellos rezagados que no pudieron ir y para los que están pensando en ir a alguno de sus bolos, aquí os dejamos detallada cuenta de lo que fue su paso por la sala Matisse.

Los primeros en abrir las casi 2 horas de concierto fueron los locales Somrice. Una formación en la que Guada (voz), Carlos (guitarra), Víctor (bajo), Jorge (teclados) y Antonio (batería) juegan a mezclar y enriquecer el soul, pop, jazz, rock, reggae... desde una sensibilidad propia y lejos de cualquier parecido a las bandas actuales. Y para ello, la personal voz de Guada, llena de fuerza pero capaz de transmitir lo mejor del soul más contemporáneo. Que esto, leído así, puede parecer algo pretencioso, pero en realidad se basa en un principio muy sencillo y que apreciamos nada más comenzar su actuación: la sencillez de su música y el transmitir esas ganas y esa pasión por la música que el propio grupo tiene.

Canciones como "Piénsatelo otra vez" o "Payaso", más movidas, se entremezclaron con temas más tranquilos como "Cuando era más pequeño" o "Sunrise", canciones que podréis escuchar en su página de myspace pero que, desde luego, ganan un 100% en sus versiones en directo. Con el resañable trabajo al teclado de Jorge y con ese sonido cálido a lo Hammond que tanto se acerca a ese soul-pop de club nocturno que es difícil encontrar en la actualidad.

Sin embargo Somrice adolece de ese punto de edonismo y egocentrismo que toda banda debe tener para conseguir llegar algo en la industria musical. Ninguna pose prefijada, nada de distanciamientos de divos, complicidad con un público que, aunque muchos eran conocidos y amigos, consiguió el aplauso de aquellos que no les conocíamos. Una humildad en escena que contrasta con la calidad musical (tanto en las letras como en la música) que desbordaban. Y es que quizás hay que encontrar un término medio entre esos dos aspectos: el misterio distante de la banda y la cercanía con el público. Pero en realidad lo importante era hacer pasárselo bien a los presentes y, qué mejor manera de hacerlo que disfrutando sobre el escenario, guitarra en mano y sintiendo cada frase.

Y frente a esa catarsis a base de ser ellos mismos de Somrice, una banda más cerrada en ese sentido, Volador. Una formación que en directo transmite el mismo halo de misterio que en sus videoclips, a medio camino entre el pop más "arockerado" y el dramatismo épico de sus letras.

Presentaron en tierras valencianas el que es su último trabajo, "El largo viaje", del que podéis revisar (para aquellos que no lo hicieron en su día) la crítica que desde Alquimia Sonora nuestra compañera Lady Kirby hizo tras su lanzamiento hace un par de meses. Un concierto que se abre igual que comienza el disco, con ese ambiente sonoro que nos transporta directamente a un aeropuerto, a ese punto de salida desde el que comenzará un largo viaje. Y en la cabina, los miembros visibles de Volador: Antílope (voz), Draco (guitarra) y Anazul (teclados) acompañados de bajo y batería.

Un viaje que entre un mundo de ensoñaciones, pasiones y desamores los zaragozanos regalaron a todos los presentes con una puesta en escena sencilla pero fuera de lo que estamos acostumbrados en salas más o menos pequeñas: 3 pantallas en las que se proyectaban en todo momento imágenes de sus videoclips o imágenes evocadoras (destacar las escenas del "Metrópolis" de Friz Lang, de la que somos fervientes devotos) que sumaban más dramatismo si cabe a su presencia en el escenario.

Y, como comentábamos antes con Somrice, en esta ocasión Volador no compartió esa complicidad constante y de "tú a tú" con el público. Se mantuvieron en el rol de grupo centrado en su música y absorbidos por ella misma. Y para ello Antílope ya se cuida de ir vestido de un, como suele decirse, riguroso negro y de una entrega dramática a todas sus letras. Por el escenario pasaron las canciones de "El largo viaje", desde "Lejos de la tristeza" o "El último abrazo" (canción que compartieron en el estudio con Shuarma) hasta "El largo viaje", "Una maleta" o "La duda". Canciones, todas ellas, llenas de dramatismo pero a su vez de ternura y cargadas de un bagaje escénico que sin duda nos hacía ver que Volador no es un grupo que simplemente toca. Podéis revisar también la entrevista que publicamos al grupo en nuestra sección de entrevistas.

Antílope y los suyos siguieron el rígido guión que llevaban preparado. Un setlist sin concesiones y con dos bises que no se tuvieron ni que pedir insistiendo desde el público. Era lo que tenían previsto de antemano y lo ejecutaron sin posibilidad de modificación. Y sin dar la sensación de que podrían cambiar esa rigidez. Un directo que varía muy poco del trabajo en estudio en cuanto a sonido o tempo, lejos de poder versionarse, de poder salirse de lo que Volador es.

En definitiva, dos versiones distintas sobre el escenario que comparten una misma característica: el ser buenos músicos y conseguir atrapar al espectador de una forma u otra. Y si después de esta crónica queréis incluso más, no os preocupéis, amiguitos alquimistas... aquí os dejamos un par de vídeos para que podáis juzgar por vosotros mismos: Somrice y su "Piénsatelo otra vez" y Volador con su "Lejos de la tristeza".