Siempre que apostemos por Ramón Rodríguez y los suyos saldremos ganando. Es lo fácil y lo que todos esperamos. Pero si además se cuelan en letra pequeña Me and the Bees, la noche termina por cuadrar el círculo. Una partida en la que todos mostraron sus cartas sin trucos, sin engaños y olvidándose de los ases bajo la manga en forma de “bises”. Un guión que todos los presentes podían tener más o menos aprendido pero que sobre el escenario, instrumentos en mano y guitarras afinadas, ambos grupos miraron y desafiaron. Me and the Bees y The New Raemon dieron un giro en la Sala Wah Wah de Valencia a la rigidez que a veces lleva implícito un concierto: los primeros se lanzaron a disfrutar con la música y los segundos decidieron dar una clase de reconstrucción emocional desde la sinceridad. Otra de las fiestas Vinilo Valencia a las que ya estamos habituados por estas tierras y por las que últimamente han pasado grupos como La Habitación Roja, Los Radiadores, Mujeres o Las Robertas.
El grupo barcelonés Me and the Bees aterrizó con el saberse teloneros y lo que ello implica. Un público que tardó en entrar en calor, no porque bajo los focos de la sala no se estuviera cocinando a fuego lento, sino más bien por la climatología externa. Eli (guitarra), Vero (batería), Carlotto (guitarra) y Esther (voz) capitaneando la banda desgranaron cada una de las mini-perlas de “Fuerza Bien” (La Castanya, 2010), un trabajo en el que se mezclan a partes iguales pop, folk y algo de ese rock de “chicas” americano de los '90.
Objetivamente debemos decir que en directo son imperfectos, que en ocasiones las guitarras y la batería parece que esté en canciones distintas, y que a veces la impostación forzada de la voz de Esther llega a rozar el límite de lo razonable. Con algún que otro error a la hora de seguir el setlist prefijado, o relegando a Eli a que tocara el teclado en uno de los temas desde el escalón del escenario... Llamémoslos imperfecciones o quizás errores que le restan brillantez a una propuesta tan clara como la de estos chicos.
Sin embargo el lado subjetivo de la percepción nos dice lo contrario. Que se trató de un concierto de amigos pasándoselo bien, bromeando sobre sus propios fallos, con los amigos que habían decidido verles en concierto en la ciudad del Turia, o compartiendo un aire cómplice con el resto de (desconocidos) asistentes. Una frescura que ganó terreno a medida que se sucedían las canciones y que demostró que lo importante no es sonar perfectos, sino transmitir eso mismo. Complicidades varias entre los miembros del grupo que llevaron a Esther a compartir labores de drummer junto a Vero al más puro estilo Molly Neuman (Bratmobile).
Un extenso repaso por su “Fuerza Bien” a través de canciones como “Don't come back”, “Cowboy”, “After all your Cancers”, “Thank you so much” o “Patente” sin olvidar las indispensables “Now alone come on”, “Tibidabo”, “The bags”, “Aaahhh!” o “It could be real”. Bien es cierto que con canciones que prácticamente no superan los 3 minutos es factible poder presentar un setlist más amplio para lo que es el tiempo de un telonero, pero se agradece que el repertorio no se limitara a sus 5 o 6 temas más sonados, como suele suceder.
Como hemos comentado anteriormente, el estilo de Me and the Bees no puede subscribirse a un estilo en concreto porque rebota de los dejes del pop más vitalista de “Now alone come on” al folk más tradicional de “Patente” para acabar en el soft-punk de “Pamplinas”. Algo que no se queda solo en la producción de su “Fuerza Bien”, sino que se escenifica sobre el escenario. Temas tocados con la tonalidad que da no usar púa y entregarse a los arpegios con las cuerdas, o pasajes que desde la batería Vero convertía en ecos del Riot Grrrl! y que nos devolvían a los sonidos de Bikini Kill, Bratomobile o Partyline. Un prometedor preámbulo de lo que nos esperaría después de mano de otros barceloneses, The New Raemon.
Los de Ramón Rodríguez (voz) no eran otros que Pablo (guitarra), Marc (teclados), Luís (bajo), Víctor (batería), Sara (violín), algunos compañeros de batallas con Madee, grupo que también quiso despedirse de los escenarios en la misma sala a la que regresaban, ahora sí, como The New Raemon. Ese elemento “diferenciador” del violín sin duda llegaba de la mano de “Libre asociación”, último trabajo de esta formación que no monopolizó todo su show. El paso por trabajos anteriores como “A propósito de Garfunkel” (2008), “La dimensión desconocida” (2009) o “Epés reunidos” (2010) nos dejó con algunos de los temas más emocionales de su trayectoria. Una concesión a un público, aquí sí, más entregado a las canciones y a las letras... y a la charla con los acompañantes...
El público valenciano no se ha caracterizado nunca por mostrar un respeto exquisito en conciertos y derivados, quizás guiados por el espíritu fallero. No en vano en uno de los momentos más íntimos del paso de The New Raemon por la Sala Wah Wah se tuvo que pedir silencio desde el escenario en un role-play improvisado en el que Ramón se convertía en profesor y el público en los alumnos adolescentes con incontinencia verbal.
Temas de sus últimos trabajos editados se sucedían en modo aleatorio. Desde “La cafetera”, ese “El fin de la resistencia” con palmas incluídas, “Hundir la flota” o “El saben aquel que diu” del LP “A propósito de Garfunkel”, a “Sucedáneos” pasando por los últimos temas, “Lo bello y lo bestia”, “Consciente hiperconsciente”, “Kill Raemon”, “Soñar la muerte” o “El refugio de Supermán” entre otros. Destacar dos momentos como la versión a voz y guitarra (también sin púa) de “Te debo un baile” (versión de un tema de Nueva Vulcano) y la siempre espectacular “Tú Garfunkel”, en dos tiempos: el del disfraz de cantautor de Ramón y el del momento glorioso con toda la banda sobre el escenario. Aunque debemos reconocer que este tema siempre ha sido uno de nuestros favoritos con o sin comida china de por medio.
Y si con Me and the Bees hablábamos de su tranquilidad bajo los focos, de esa reunión de amigos, Ramón y los suyos consiguieron encontrar el punto medio entre su sonido más depurado y el aire distanciador que cualquier grupo “consagrado” emana y el sentirse bien para poder hacer lo que se desea. The New Raemon se saltó el guión no escrito marcado en la escaleta de todo concierto anunciando que no harían el paripé de despedirse, esperar que el público pida más y volver a entrar en escena... ¿Romper las reglas... y por qué no? Así, el punto de inflexión lo marcó la ya mencionada “Tú Garfunkel!”, sin necesidad de esperas y olvidándose de ese baño de insistencia que siempre hincha el ego de los artistas. Pero The New Reamon no necesitan nada de eso... y así lo demostraron.
Una noche de la que rescatamos las sensaciones emanadas de cada uno de los temas de The New Raemon, algunos escalofríos no climatológicos y otras devociones diversas que encontramos dispersas por toda la sala al acabar el concierto. Y para ilustrar esta crónica, qué mejor que dejaros con uno de los temas mayúsculos de esta formación, porque “...la próxima vez que levantes las cejas...” ya sabemos a quién...
Ramón Rodríguez
"El fin de la resistencia", The New Raemon
Sara al violín
Me and the Bees
Vero a la batería
Eli a la guitarra
Me and the Bees: Carlotto, Esther, Eli y Vero
Esther (voz)
"El fin de la resistencia", The New Raemon
Sara al violín
Me and the Bees
Vero a la batería
Eli a la guitarra
Me and the Bees: Carlotto, Esther, Eli y Vero
Esther (voz)
“Te debo un baile” (Rafa de los Arcos, 2010)
Próximos conciertos de The New Raemon:
11 noviembre – Mataró (Sala Privat)
12 noviembre – Murcia (Sala Auditorio)
17 noviembre – Vigo (La Fábrica de Chocolate)
18 noviembre – Pontevedra (Sala Karma)
19 noviembre – A Coruña (Le Club)
24 noviembre – Zaragoza (La casa del Loco)
26 noviembre – Vitoria (Jimmy Jazz)
14 diciembre – Sevilla (Teatro Central)
15 diciembre – Málaga (La Caja Blanca)
16 diciembre – Granada (Teatro Caja Granada)
17 diciembre – Alicante (Sala Stereo)
12 enero 2012 – Bilbao (Antzokia)
13 enero 2012 – Barcelona (Apolo)
Más info:
http://www.wahwahclub.com/
http://www.thenewraemon.com/
http://www.myspace.com/meandthesebees
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