The Ting Tings - Sounds from Nowheresville. Columbia, 2012.
Hay casos de grupos que impactan nada más publicar su debut
y están en boca de todo el mundo, a veces de forma injustificada, y hay otros
que necesitan tres o cuatro discos para llegar al gran público y unificar
palabras de alabanza respecto a su trabajo. El dúo británico The Ting Tings
abrumó a propios y extraños con un temazo rompepistas, y no por adscribirse al
“chunda chunda” habitual en este campo, titulado ‘That’s not my name’, que nos
dejó boquiabiertos y leyendo reseñas varias en las que se los calificaba como
el nuevo hype del pop europeo, una
etiqueta que después de escuchar este segundo álbum casi se ha convertido en un
lastre del que urgentemente deberían deshacerse. Y a las pruebas sonoras me
remito.
Para empezar, uno de los temas que podrían servirles de
emblema estilístico es ‘Hang it up’, con rapeado incluido, pero tiene el
problema de que se parece demasiado al citado hit, con lo cual la mayoría de los que se acerquen ahora a su
sonido pueden despistarse fácilmente. Menos mal que luego la voz de Katie White cobra agresividad y aplomo en otros momentos, como ya anticipaba en ese tema
que todos intuíamos que adelantaría el disco, el magnífico ‘Hands’ que
finalmente se ha quedado fuera de la selección (los fans deben conservarlo como
“ese tema aislado que no aparece en ningún disco oficial”) y se envuelven en
vientos y violines como en ‘In your life’, un tema más pop de lo que parece en
un principio. También hay coros que tonifican la escucha de un trabajo que baja
el listón por momentos a base de descender al mainstream más endeble con innecesarias concesiones al rock
adolescente como las de ‘Help’ o ‘Day to day’, donde no sabemos muy bien qué
camino quieren tomar.
En el lado bueno, hay que concederles el beneficio de la
duda cuando se ponen “zeppelinianos”
en ‘Hit me down Sonny’ (¡menuda guitarra a lo Jimmy Page!), en la que hasta
suenan campanas, o cuando sacan su vena skatalítica
en ‘Soul killing’. Sólo por este par de descargas nos hacen pensar que aún les
quedan balas de alto calibre en la recámara. Claro que al escuchar ‘Silence’,
su conexión con una banda a la que también deberíamos prestar más atención, los
intrigantes Yeah Yeah Yeahs, casi nos parece estar pinchando otra vez el mismo
disco, aquel con el que vendieron dos millones de copias y que titularon ‘We
started nothing’ (¿de verdad no comenzaron nada importante?). Ahora han
intentado demostrar que saben hacer más cosas, que no son el típico one-hit wonder y han dotado a cada una
de estas canciones, irregulares en demasiadas ocasiones, de vida y estilo
propio, como si diera la impresión de que se han quedado a medias en su intento
por hacer algo diferente. A lo largo de los diez temas, que en la recta final
pueden resultar monótonos para los que no comulgaran demasiado con su forma de
componer, se aprecia menos solidez pero más apertura de miras. Y no sólo es una
cuestión de actitud sino también, evidentemente, de arreglos, porque dentro de
su uniformidad hay espacio para reforzar la sección rítmica (‘Guggenheim’),
subir el volumen de las guitarras (‘Give it back’) y hasta para recuperar
sintetizadores ochenteros a la manera del gran Giorgio Moroder (‘One by one’).
Antes de publicar el disco, parte del cual ha sido grabado
en nuestro país, Jules de Martino, la mitad masculina del dúo, comentaba en twitter que la temática rondaría en
torno a los patines, la playa, espadas samuráis y el kung-fu, tal vez anunciando a los que les descubran ahora un
híbrido emocionante a ratos de hip-hop, pop independiente y rock and roll
directo en cuyos créditos finalmente, ya que al principio había sido anunciada
su colaboración, no aparecen ni Rihanna ni Jay-Z. No sé muy bien qué pintarían
en medio de estas canciones, pero también sigo sin entender qué hacía el marido
de Beyoncé tocando con U2 y, sin embargo, hay gente que dice que la cosa
funcionó (en este vídeo teneis la dudosa prueba). Habrá que seguir visitando esta peculiar
Nowheresville para cogerle la medida al traje cortado por The Ting Tings.
1 Comentarios
Como tú dices, de los pocos grupos que nos sorprenden a la "primera escucha".
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