Érase una vez una cantante de Barbados (que no barbuda) que iba de niña guay, de rebelde con causa, de chica dura del barrio ante la que todos debían de temblar y no precisamente por su despampanantes curvas.

La chavala tuvo un idilio amoroso-afectivo-sexual-que-te-cagas con un tal Chirs Brown, actor y cantante de virginia que resultó ser un cabr maltratador que tuvo que ser denunciado por unos siempre supuestos golpes que propinó a la tal Rihanna.

Entonces ella, que tenía un estilista muy chachi-guay se puso el pelo de color rojo y el alma en modo agresivo-pasivo para que, además de ser noticia por su música, que es para lo que se había mudado a EEUU en principio, saltase también a los medios por temas de índole más personal como es el caso que nos ocupa en estos momentos.

Aquí nuestra amiga se ha unido a la moda esta tan "fachion" del Instagram, el programa que te permite hacer tunning con tus fotografías antes de subirlas a la red y, hace escasos días, se permitió el vacile de subir la foto que acompaña estas líneas... ¿y qué es lo que se cuenta del tema? Pues lo que buscaba, provocar y salir en todos los medios de comunicación por la calva. Perdón, por la cara.

RiRi es mona pero es bajita. Por eso, estando en un concierto donde toda la gente está dando saltos y es más alta que tú, la única solución para ver el escenario es que tu guardaespaldas (que es ese señor sin pelo que está debajo de ella) te aupe a hombros haciéndote así rememorar tu infancia cuando jugabas con tus padres o tu hermano mayor.

El problema es que el concierto sea un rollo repollo. De ser así, se permiten varias soluciones para amenizar al fiesta:

1.- Escupir a los demas desde tu posición privilegiada de señora de 2 metros cuarenta.

2.- Echarte una partida de Risk con los coleguis.

3.- Sacar tus petates de drogaína y prepararte unos tiritos.

Lo primero está mal visto. Si todos los señores altos del mundo nos escupiesen a los bajitos esto sería el acabose, dónde vamos a ir a parar, y más si eres un cantante famoso de ciudad con nombre curioso.

Lo segundo es complicado. Con que al Risk se te apunten 3 amigos, ya seríais 4 personas cada uno con sus ejércitos enteros y, aunque en un principio parezca que no, colocar en plano el tablero en la cabeza de un señor con alopecia es harto complicado.

Y lo tercero sí que se puede hacer, sí, si no fuese porque SERIA COMPLETAMENTE ESTUPIDO POR PARTE DE UN FAMOSO PUBLICAR DE MANERA CONSCIENTE UNA FOTO PONIÉNDOSE A TONO.

Eso sí, los medios y los fans en vez de pensar en la jugada, directamente han arremetido poniendo a Rihanna de vuelta y media a lo que ella la única respuesta que ha dado en su Twitter ha sido: "Estoy loca y no pretendo nada más".

Ahora la duda me asalta. Esto será para darse autobombo y que se hable más de ella... ¿o será la nueva accionista de Instagram, ein? Y lo que es aún más importante ¿de verdad que me vas tan choni llevándome unas uñas así, Rihanna, chata?