Y, según ha reconocido, muy duramente y no puede parar de darles según los tiene delante.
Es normal, la vida de los cantantes es muy dura. Todo el día de giras recorriendo el planeta entero con todo pagado, viviendo en grandes y lujosos hoteles de 5 estrellas con todo lo que puedan desear y complaciendo sus más íntimos caprichos, con sueldos estratosféricos y colecciones de cochazos a cascoporro, con miles y millones de fanes y fanas siguiéndoles haya donde vayan deseándoles carnalmente las 24 horas, grabando discos y componiendo canciones que llegarán a ser exitazos mundiales por los que serán reconocidos de por vida... Con todo esa tensión acumulada, me vais a perdonar, pero yo comprendo a Slash y que se desahogue dándole a los pájaros su merecido, así que lo disculpo totalmente.
A nosotros nos pasa igual, los redactores de Alquimia Sonora. Digo lo de la fama y las fanes en celo por nuestros cuerpos, no lo de pegarle a los pájaros. Bueno, menos Amalia Yusta, que es de lo peor esa chica.
Así, tal y como ha reconocido hace poco para una entrevista de la revista FHM el ex guitarrista de Guns N´ Roses, desde que le regalaron un iPad no para de meterle caña a los pajaritos del famoso juego "Angry Birds" donde, lanzando a estos animales con un tirachinas, tienes que eliminar a unos extraños cerdos verdes derribando construcciones encima de ellos.
Sí, "Angry Birds"... ¿o de qué pensábais que estábamos hablando, almas cándidas? Que Slash es un santo, no pega a dulces pájaros en sus nidos. Él sólo pega a señoras mayores que cruzan los pasos de cebra con mucha lentitud y a los delfines del Faunia... Creo.
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