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domingo, julio 29, 2012

Bbk Live The Cure + Snow Patrol, Bilbao ( 12/07/2012)



"Madre mía la que ha caído", como diría cierto "imitador" del señor Smith . La jornada del jueves del Bilbao BBK Live se convirtió en la más polémica del festival, tras un incidente técnico antes de salir al escenario la banda The Cure, que provocó más de una hora de retraso en el inicio de un directo previsto para las 23.30 de la noche. Eso sí, el festival batió en esta edición récord de asistencia, con más de 100.000 personas, pero empecemos desde el principio.

El acceso al recinto del festival tiene sus complicaciones, ya que como quieras ir caminando ya puedes ir concienciándote en salir mínimo una hora antes del centro de Bilbao . Gracias que la  organización del festival puso a disposición del público autobuses gratuitos ininterrumpidos durante 24 horas para acceder al recinto ( con caminata cuesta arriba de unos diez o quince minutos añadida). También había la opción de coger un taxi, pero ya sabemos que el bolsillo de los asistentes estaba ya un poco resentido a esas alturas( 55 euros + gastos  la entrada de día  y 105+ gastos el bono por los tres días del festival, eso sí, acampada incluida).

Una vez arriba, noté cierto caos a la hora de validar la entrada para acceder al interior del recinto, al menos en mi experiencia personal, ya que tuve que ir rotando por el personal staff del festival hasta conseguir que uno de ellos aprobase mi entrada. También había bastantes personas algo desorientadas que no sabían a qué ventanilla o puesto dirigirse para validar su ticket ( a priori todo estaba indicado , pero una vez allí te rotaban de un lado a otro y al final ya no sabías a dónde dirigirte para poder entrar de una vez por todas).

 Otra de las cosas que debo criticar del festival es el sistema cambio de moneda para poder pagar las consumiciones. En esta ocasión no eran insulsos tickets de papel como en otros festivales, sino que cada euro era una imitación de púa de bandas diferentes, no necesariamente presentes en el festival ( yo me hice con Alice in Chains, Coldplay y The Chemical Brothers entre otros) , lo que provocaba que los frikis melómanos como yo nos planteásemos quedarnos con alguna de ellas de recuerdo en vez de cambiarlas por consumiciones. Además de las púas también había billetes de grupos, muy bien diseñados, pero no dolía tanto cambiarlos.

 Los puestos de merchandising no estaban nada mal, empezando por el propio Last Tour International, que vendía las camisetas de los grupos presentes en el festival por 15 euros ( un precio más que razonable comparándolo otros puestos de merchandising oficial en festivales, donde una camiseta no baja de 25). En los puestos de merchandising no oficial también podías encontrar cosas interesantes, desde vinilos de los Rolling Stones hasta sudaderas de Guns and Roses, y todo por precios bastante asequibles.
No se puede hablar tan bien de los baños públicos, que dejaron bastante que desear, tanto por su ubicación ( no tenían una zona habilitada exclusivamente , como en la mayor parte de festivales, sino que estaban desperdigados por todas las zonas del festival, lo cual estaría bien si no fuera por su falta de "privacidad" en el caso de los baños masculinos, como por la falta de limpieza en los femeninos).

Pero vayamos a lo realmente importante, que son los directos. Tres eran los escenarios con los que contaba el BBK ( más la carpa Vodafone, la cual no pisé al escuchar ya de lejos a las chicas de Elbis Rever desafinando más que Ramoncín versionando a Nirvana, por no hablar de su horrorosa indumentaria).
A mi llegada el escenario dos estaba vacío y en el uno terminaba ya el directo de los británicos Band of Skulls, que tocaron apenas cincuenta minutos, y de los que he de decir que de lo poco que tuve ocasión de ver, me llevé la impresión de estar escuchando a una banda a tener en cuenta, con un rock sureño potente que bien merecía su puesto en el escenario uno, el público respondía bien y ellos sonaban mejor.

Se acercaba la hora de Young Guns en el escenario dos, y ahí mi gran complicación de la noche, ya que mi intención era presenciar su directo, ya que es una banda que he descubierto últimamente y me apetecía escuchar, pero lamentablemente su hora de actuación se solapaba con la de Snow Patrol en el escenario uno, y esto unido al retraso de más de veinte minutos de Young Guns, hizo que sólo pudiera escuchar sus dos primeros temas. Hicieron acto de presencia pasadas las 21.30, cargados hasta arriba de energía y con ganas de romper el escenario comenzaban con "I was born, I have lived, I will surely die" tema que abre su ultimo trabajo de estudio, "Bones", y en el que Gustav Wood, vocalista, se dejaba la piel e intentaba animar a un público limitado ( no olvidemos que Snow Patrol estaban a pocos minutos de empezar, y hay  que reconocer que es difícil conseguir en un festival de estas características que el público escoja escuchar tu directo, siendo una banda que en nuestro país no termina de arrancar, frente al de un grupo de fama mundial segundos cabezas de cartel de la jornada).  
Una pena que la calidad del sonido no acompañase la actitud del grupo sobre el escenario. "Dearly Departed" fue el segundo tema ( también segundo tema de su último álbum), y dejó bastante que desear respecto al sonido del álbum, así que aproveché el final del tema para trasladarme al escenario uno donde Snow Patrol estaban a segundos de aparecer.
Los escoceses se subían al escenario con el acertadísimo "Hands Open", single de su cuarto álbum "Eyes Open", que junto a "You´re all I have" consiguió catapultarlos en 2006 al número uno de ventas en Reino Unido e  Irlanda.
La incofundible voz de Gary Lightbody sonaba impecable, el público respondía y Snow Patrol prometían una noche emocionante que al final terminó quedándose solo en una buena actuación. Uno de los grandes errores, a mi parecer, en la actuación de Snow Patrol no fue solo la falta de garra y fuerza sino también las videocreaciones proyectadas en las pantallas. No olvidemos que en un festival de estas dimensiones (aunque no sea el Rock in Rio) la gente que se queda atrás también quiere disfrutar de los directos y ver a sus componentes, para eso están las pantallas gigantes y la realización en directo, que ayudan al público más alejado a no perderse lo que está pasando sobre el escenario. 

Pero Snow Patrol en todas y cada una de sus canciones proyectaron videocreaciones, las cuales ni siquiera eran llamativas o sorprendentes , y que habrían estado bien durante dos o tres temas, pero no durante toda la actuación. Habría estado bien en todo caso proyectar en la pantalla trasera del escenario las videocreaciones y en las pantallas laterales la realización en directo del concierto, pero no pudo ser así.
"Take back the city" y "Crack the shutters", de su disco "A hundred million suns" fueron los siguientes temas en sonar, contenidos y correctos, pero quizás algo faltos de chispa. Gracias que llegaría "In the end" tema de su último disco "Fallen empires", en el que los escoceses ya transmitían energía y el público comenzaba de  nuevo a animarse y saltar. El momento íntimo de la noche, terreno que sabe ganarse muy bien Snow Patrol,  llegaría con "New York" y el tema estrella, "Chasing cars", que sonó limpio, dulce y sentido, punto álgido de un directo que pasaba ya su ecuador y que empezaba a subir de intensidad lamentablemente en vísperas de su final.

"Called out in the dark" segundo tema de "Fallen empires", abría el momento más vivo y electrónico  de la noche y  precedió a "Fallen empires" , uno de mis temas favoritos de la banda. Hay que decir que a Snow Patrol le pasa un poco lo que a Coldplay, suenan prácticamente idénticos a sus grabaciones de estudio, lo que está muy bien por una parte pero puede resultar aburrida por otra. Eso sí, la calidad instrumental y de sonido es irrefutable.

La actuación llegaba a su final con "Just say yes", de su álbum "Up to Now", un tema electrónico-colorista y Snow Patrol desaparecían del escenario para no volver.
Durante su actuación Gary se dirigió al público apenas para saludar y despedirse, y la actuación supo a poco. Once temas y ningún bis para los segundos cabezas de cartel en un festival en el que pagas más de sesenta euros por día es insuficiente. En su setlist faltaron canciones, nos quedamos sin disfrutar de temas como "You´re all I have" o  "The lightning strike", aunque Snow Patrol no defraudaron a sus seguidores.


El momento estelar había llegado. Eran las once de la noche y fataban apenas unos minutos para que The Cure hiciese acto de presencia en el escenario 1. Pero el tiempo transcurría  y la banda no daba señales de vida. El público comenzaba a ponerse nervioso y alrededor de las 00.15 de la noche ya comenzaban los primeros silbidos y abucheos, lo que provocó que un miembro del equipo técnico saliera al escenario a pedir paciencia a la gente explicando que el retraso estaba siendo provocado por un problema técnico ( al parecer en algún cable del teclado de Roger O´Donnell), lo que provocó que el público, lejos de calmarse, comenzase a pitar más , y pocos minutos después de las disculpas del miembro del equipo técnico vimos aparecer al señor Robert Smith en el escenario, solo, y dirigiéndose al micro, se disculpó esforzándose en hablar castellano para su público "buenas noches ... problema técnica... 2 minutos". Este gesto ya de por sí le honró, habría que ver cuántos líderes de bandas a estos niveles saldrían a disculparse así ante el público en vez de quedarse en el backstage esperando. Robert Smith se llevó un merecidísimo aplauso, pero todavía nos esperaba una sorpresa más del señor Smith. Un cuarto de hora después de sus disculpas y ante una situación que no terminaba de arreglarse,  Robert salió al escenario y, acompañado únicamente de su guitarra acústica y con un "Mientras lo arreglan, os cantaré algo", comenzaba a tocar los primeros acordes de "Three imaginary boys", temazo del álbum debut de la banda al cual daba título en 1979. "Fire in Cairo"fue la víspera de un "Boys don´t cry" pausado, sentido,  sublime. Presenciar a Robert Smith tocando en acústico tres temas de este nivel y al nivel al que estuvo es un privilegio muy envidiable. Robert estuvo brillante y consiguió conectar con el público desde el primer instante. Pero aún le quedaba mucha noche por brillar.


Como bien explicó, para seguir tocando necesitaba al resto de la banda, una banda que no tardaría mucho más en salir, apenas unos minutos, y que estrenaría el escenario con "Open" del insuperable álbum "Wish", y que consiguió sumirnos en esa atmósfera "os-Cureana" tan anhelada por todos sus seguidores. "High" ( primer single de "Wish") ponía el contrapunto colorista y nos regalaba a un Robert dulce, con esa voz tan personal e inconfundible que permanece intacta al paso de los años y a un divertido Simon Gallup saltando y animando al público.

Con un flashforward The Cure nos transportaban al 2004 y a su álbum homónimo con "The end of the world" ( no os perdáis el genial videoclip del tema) en el que Robert se enfundaba en su polémica guitarra portadora del lema " 2012. Ciudadanos. No súbditos" y viajaba junto a nosotros por atmósferas  claroscuras, melancólicas, que con "Lovesong" y un Robert más nostálgico que nunca teñían de gris  el recinto del BBK. Llegaría el turno del gran "The head on the door" con "Push" ( y cómo echamos de menos a Boris Williams a la batería, sin menospreciar en absoluto la valía de Jason Cooper) y el vivaz "Inbetween days" ( single estrella del LP en los ochenta).


"Just like heaven" se coronó como uno de los momentos estrellas de la noche, con un público completamente entregado a los británicos que saltaba y coreaba la canción con una alegría desbordante.  "From the edge of the deep green sea" nos alejaba de nuevo a "Wish" y el tinte sombrío de la banda afloraba de nuevo en un tema redondo, con una perfecta instrumentación en la que cabe destacar a Revees Gabrels ( incorporado como nuevo guitarrista en esta gira, aunque ya había colaborado con Smith en un proyecto anterior).
"Want", primer track del "tormentoso" álbum  "Wild Mood Swings" (en el que se incorporó por primera vez Cooper) continuaba la senda oscura de la parte media del directo de la banda, que daría un respiro con  el afamado "Pictures of you" y volvería con la pegadiza "Lullaby", del discazo " Disintegration" ( clímax musical de la banda) , tema cuya sencillez instrumental lejos de resultar pobre se convierte en extraordinaria ( no os perdáis tampoco su videoclip, premiado en los Brit Awards de 1990 como mejor video).


El divertido  y ochentero "The Caterpillar" precedía a uno de mis temas favoritos de la banda,"A Forest", llevábamos dos horas de concierto y todavía teníamos ganas de más ( si bien he de decir que el setlist fue un regalo para los fans más cercanos para el público del festival pudo haber resultado algo aburrido al hacer tantas concesiones a sus álbumes menos exitosos).


El recorrido de la noche pasaba ya por "The Top", álbum que supuso un cambio en el sonido dark wave de la banda hacia un pop más jovial ( mal considerado por la crítica y por el propio Robert Smith"),  y sonaba  "Bananafishbones" y "Shake dog shake" , para continuar con el grandísimo "The hungry ghost" de su último álbum de estudio "4:13 dream" ( única concesión al álbum en todo el concierto), en la que Robert cambiaba la melodía con todos los agudos de fin e inicio de frase convertidos ahora en graves.
El final se acercaba con la deprimente "One hundred years" del álbum más oscuro de la banda,  "Pornography" y "End", track que pone punto y final a "Wish", y que ponía punto y final al directo a espera de los bises, en los que The Cure nos regaló nada más y nada menos que diez canciones, entre las cuales pudimos disfrutar de las maravillosas "The Lovecats", "Just one kiss", "Let´s go to bed" y, como no, "Friday I´m in love", que provocó que una marea de gente que ya comenzaba a escuchar en el escenario 2 el inicio del concierto de Bloc Party corriese hacia el escenario 1  para poder escuchar en directo uno de los temas más famosos de la banda.


 Los previamente accidentados teclados de O´Donell comenzaban a  regalarnos los primeros acordes de "Close to me" entre el humo y las luces amarillas y azules que atmosferizaban el escenario, Robert Smith nos dejó claro que su voz permanece intacta, y que The Cure son una banda con cuerda para rato ( aunque siempre nos tenga con el corazón en vilo con los rumores de disolución).


Como colofón final de una actuación brillante, la festiva "Why can´t I be you?" en la que todos bailamos y disfrutamos,  y la increíble, ahora sí con la banda al completo, "Boys don´t cry". Un final extraordinario para un setlist de lujo, en el que siempre se extrañan temas como "Apart", "The last day of summer",  "A letter to Elise" o "Underneath the stars", pero amigos, no nos podemos quejar ante tres horazas de concierto con casi cuarenta canciones, un recorrido histórico por toda la discografía del grupo y con un Robert Smith cercano, que demostró su profesionalidad y su inagotable talento junto a una banda sobresaliente. Quizás para la próxima los británicos nos permitan disfrutar de esos temas que se quedaron en el cajón.


Hasta entonces,nos quedamos con uno de los momentos estelares del festival, que nos hizo a todos soñar .... Just like heaven. Disfrutadlo:







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