Llegar a la Galileo, y encontrar la sala hasta la bandera, se ha convertido en habitual en mis visitas a esta mÃtica de Madrid. Como puedo me lanzo a una mesa y me acomodo a esperar a que lleguen Las Migas. El concierto está previsto para las 21:15, pero son ya menos veinte y aún sigue entrando gente. Por fin, a las diez, y con una sala ya acomodada, salen a escena las cuatro estrellas de la noche, Isabel y Marta a las guitarras, Lisa al violÃn y una genial Alba, como voz cantante del cuarteto. Esta noche cuentan con el apoyo del percusionista Manuel Masaedo.
La primera de la noche, Con toda palabra, una versión del tema de la compositora canadiense Lhasa de Sela. Alba se presenta, da las buenas noches y aprovecha para recordar que han venido a presentar su último trabajo, Nosotras Somos. La segunda del disco llega en segundo lugar, Caminito de tus brazos. Y, asà sucesivamente, seguimos con el disco por este orden. Dime que sÃ, o lo que es lo mismo, una adaptación de uno de los poemas de Rafael Alberti. Pero no es el único escritor que, de algún modo, está esta noche. El regreso, de Federico GarcÃa Lorca, aparece bajo el tÃtulo Fuera de la mar, del primer disco de Las Migas.
San ValentÃn se nos adelanta con "una canción para enamorados", que la cantante aprovecha para dedicar a una pareja de amigos que han venido a disfrutar de la velada. Esta vez, Alba Carmona y Marta Robles, en un mano a mano.

Y, seguimos con la presentación de Nosotras Somos y con Larga Vida al Loco. "Hemos llegado al final", dicen las jóvenes una hora después de los aplausos del principio. "Ha sido una velada preciosa, de verdad. Gracias por haber venido". A mi me mueve el aire marca la falsa despedida.
Entramos en los bises. El escenario se vuelve a llenar y Alba confiesa que se han encontrado con un par de problemas y que no saben muy bien cómo se van a enfrentar a esta segunda parte de concierto. El primero de ellos es una moqueta en el escenario sobre el que venÃa dispuesta a zapatear. El segundo, un micrófono de diadema, inexistente, con el que cantar mientras baila. Las dos opciones son, no hacer esa parte del show, a lo que el público responde con un tajante no, o hacer un experimento y que sea lo que Dios quiera. Como es evidente, la de tirar la casa por la ventana es la elección de los asistentes.
"Va a ser la primera vez que vamos a bailar en moqueta. Asà que, grabar lo que queráis y hacer lo que queráis", dice Marta. Alba, ni corta ni perezosa, se arranca por bulerÃas, sin micrófono de ningún tipo. "¡Otra, otra!", grita el público, que parece encantado con el experimento. Las Migas se rinden a la petición y ponen la guinda al pastel con otro tema adaptado, La Negra Tomasa.
Los asistentes han disfrutado del estilo personal de Las Migas y ellas han estado felices de encontrar una sala tan llena y a un público asà de entregado. Los que estaban de pie han aprovechado para bailar y los más flamencos se han atrevido a acompañar las canciones con palmas. HacÃa tiempo que no me dejaba caer por algún concierto de este estilo musical y he de decir que me ha gustado mucho. Ha sido emocionante escuchar la voz un poco rasgada de Alba y ver como defienden estas cuatro jóvenes este género. Por los comentarios que he oÃdo, según salÃa de la sala, el resto de asistentes se sumaban a mis pensamientos. ¡Enhorabuena cuarteto!
Me vais a perdonar, una vez más, por no haber podido llevar cámara de fotos y no tener cosecha propia. San Google Imágenes, confÃo en ti.
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