Se acerca el final del verano, de los festivales de tinte
estival y, el preludio de la temporada otoño/invierno, acostumbrándonos ya un
poco al frío, lo pone un festival que se celebra “por todo lo alto”. En la plaza
de Pradollano, a más de 2.000 metros de altura. Por quinto año consecutivo y con
bastante buena acogida, el festival es la parte musical de la oferta de ocio
que cada verano ofrece la estación de esquí para compensar que, a estas alturas
de verano, apenas queda nieve en unos cuantos neveros.
Calentando el ambiente con un enorme brasero que sienta
estupendamente con la bajada de temperaturas de la noche, en un entorno
magnífico, con buen sonido y bien organizado a pesar de que el apartado luces y
efectos no se cuida mucho en el festival, este verano nos ha traído a las
cumbres nada menos que a Plastic
Frostick Machine, Fila India y
Corizonas en su primera jornada y a Pájaro
Jack, Los hermanos Dalton y Grupo de
Expertos Solynieve para la segunda velada.
Festival familiar donde los haya, la presencia de jóvenes e incluso
niños suponía una gran oportunidad para disfrutar en directo de grupos que,
normalmente, tienen su campo de actuación en salas impidiendo éstas, por normativa, el acceso a la
cultura musical a los menores.
Sin demasiado retraso en ambas noches, algo más la primera ya que la carretera principal de acceso a la Sierra estuvo cortada por un incendio, el festival lo abrieron los Plastic Frostick Machine con
mucho juego y nos ponían a
bailar e incluso pasar calor a ritmo de su “Playful”. Con un espectáculo en la
línea del grupo, sacando partido a los ritmos más bailables del disco y a la
personalidad en la voz de Ángel Hernández, un vocalista bastante peculiar sobre
los escenarios que se hace, como los buenos grupos, con tantos admiradores como
detractores sabiendo que, si bien el grupo no puede llegar a todos los públicos
sus cada vez más numerosos seguidores lo hacen con fidelidad y mucha admiración
por la banda.
Con un setlist donde no faltaron temas estrella como “Smile”,
“Stand it out”, “Tonight”, “Bye-Bye” o la versión con la que ponen punto final
a una gran parte de sus actuaciones “What is Love”. Buen sonido a pesar de que
el teclado de Daniel Molina apenas era apreciable y muy positivo que, por fin,
un técnico de sonido pusiera la voz de Ángel en el punto justo para escucharle
a él y al resto de instrumentos después de que, en alguno de sus últimos conciertos, el público tuviera que sufrir el desatino técnico que supone ver a
Ángel hacerse polvo cantando sin que se le escuchase fuera. Está claro que este disco, estrenado
en mayo de este año, tiene que dar aún mucho de sí y para ello la banda
aprovecha cada oportunidad para defender un trabajo que ya lo está diciendo
todo por sí mismo.
Tras ellos, los malagueños Fila India, juntos tras una interrupción que no se sabía si iba a
ser un punto final o sólo un punto y aparte en su trayectoria. De manos de Wild Punk vuelven a los escenarios
con su música surf-pop/power pop sin dejar atrás, como carta de
re-presentación, la versión del tema de Rubi y los Casinos "Yo tenía un
novio que tocaba en un conjunto beat" que tan buena acogida tiene entre el
público.
Para cerrar la noche, demostrando lo que es eficiencia y
eficacia a la hora de cambiar instrumentos, sin dilatar el tiempo entre grupos
y haciendo gala de su gran profesionalidad, Corizonas entraban en escena tras una intro
muy acorde con la filosofía del grupo. Terminanda ésta, Rubén Marrón ocupaba su
lugar para empezar a tocar su acústica dando entrada al resto de componentes del grupo, que se metía de lleno en el
tema que abre también el disco “Hey, hey, hey (The news Today)”. A partir de
ahí, un repertorio con capacidad para no bajar el listón en ningún momento,
temas bailables, cantables, con el buen humor y el dinamismo que le imprime
Javier Vielba y una puesta en escena donde no faltan, guiños, coreografías y
risas entre unos componentes a los que se ve disfrutar del momento y bromear
entre ellos y con el público acerca de los propios temas y la relación entre
los propios músicos e incluso sobre el proceso creativo (en el que aún no dejan componer sólo
a Loza para que no acaben como Génesis).
Con no uno, sino varios puntos álgidos en su actuación con
temas como “Run to the River”, “I wanna Believe”, “Hotel Room” o cuando la
gente coreaba versiones (sí, con ellos también se cumple aquello de que la
gente puede asistir impasible a escuchar un complejo disco que la banda ha
tardado meses en sacar a la luz y luego se hacen pedazos en las versiones) como
“Hiedra venenosa”, “Piangi con me”, “Supernaut” de Black Sabbath o la conocidísima “Wish you were here” de Pink Floid que ya formó parte del
repertorio de la gira Dos bandas y un destino y una versión un poco peculiar
de “Shiralee” (Arizona Baby) que provocó miradas cómplices y algunas risas en escena. Un punto
de locura muy interesante siempre de manos de un artista con una capacidad de
creación fuera de lo común, como es Javier Vielba, dando siempre ese extra de
show a cada concierto.
Momentos para bailar sobre el escenario, para compartir la
batería en un binomio Vielba-Loza, para elevarse a las alturas, rezar rodilla a
tierra y dar mucho espectáculo por parte de todos los integrantes de este “experimento”
que tan buenos resultados le ha dado al coctel Coronas/Arizona Baby unos Corizonas en los que escuchamos junto a Javier
Vielba (voz, guitarra, maracas su integral show), y Rubén Marrón (acústica) a Fernando Pardo (guitarra
y chistes), David Krahe (guitarra), Roberto
Lozano (batería), Javier Vacas (bajo y contrabajo), y Yehven Riechkalov a la
trompeta. Como siempre, impecables.
El segundo día, más frío que el anterior si cabe, abría la
noche con suavidad, de menos a más rítmicamente hablando, con unos Pájaro Jack que siguen trayendo ese bien que va y viene y, que con
ellos, siempre vuelve de manos de un grupo que empezó moviéndose en sonidos más
folk y ha evolucionado manteniendo la esencia del mismo. Con “Un frente polar”
que venía muy bien para la ocasión y un “Árbol gris” al que siempre sacan mucho
partido en directo traían una actuación cálida, con matices y la buena interpretación,
siempre correcta y adecuada de una banda que tiene muy buenos intérpretes entre sus filas.
Y, como de este “Vuelve el bien” sólo se ha estrenado la
primera parte esperemos a escuchar la segunda para ver qué giro toman en
próximos trabajos el grupo formado por Jaime Beltrán (voz y guitarra), Mario Fernández
(batería), Mario Rodríguez (bajo), Arturo Muñoz (guitarra), Daniel Guirado
(percusiones).
Los últimos en la noche y en el propio festival, los
Granadinos (con mayúsculas por el granadinísmo intrínseco que contienen todos
los trabajos de este Grupo de Expertos
Sonynieve, quienes se subían al escenario a pocos días de anunciar que Raúl
Bernal (teclados) deja el grupo que queda ahora compuesto por J. –Planetas-
(voz y guitarra), Manu Ferrón (voz y guitarra), Víctor Lapido (guitarra),
Miguel López (bajo) y Antonio Lomas (batería).
La banda, que se encuentra en un buen momento tras sacar su
último disco, hizo un repaso "Claro y meridiano" a su Alegato Meridional (me
hicieron inmensamente feliz tocando "Déjame vivir con alegría", de Vainica Doble), El eje de la
tierra y el reciente Colinas Bermejas. Compartiendo escenario con Pájaro
Jack y con alguna colaboración extra en “El 11 (once)”, que hoy ya es historia
con la puesta en marcha del LAC, e incluso la breve intervención de un
espontáneo al que bajaron con rapidez del escenario dejándonos sin saber cuánto
arte (o desastre) podía aportar al grupo.
Así, con ese recorrido musical por la línea circular que ya
no recorre las calles de la ciudad, el Grupo de Expertos Solynieve ponía el cierre más que cálido y animado a una noche ya muy fría a esas horas, pero llena
del calor de toda la gente que, año tras año, se da cita en las cumbres para
escuchar buena música.
Texto y fotos: María Villa
Texto y fotos: María Villa
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