
Ya entonces me sorprendió su sencillez, su forma de hablar sosegada y cordial y esa mirada que parece que escruta al interlocutor, pero sin juzgarle. Me sorprendió, y aún hoy lo hace siempre que me lo encuentro, en la calle, en conciertos o en otros eventos. No somos grandes amigos, ni siquiera grandes conocidos, pero siempre que le veo me quedo con una agradable impresión de haber debatido con un tipo que es historia viva de la cultura de mi ciudad pero que, sin embargo, no pretende aparentarlo en absoluto y me siento siempre enriquecido, aunque hable con él del tiempo. Al contrario que muchos otros que me he cruzado por el camino, Manolo hace gala de una humildad impecable en cada uno de sus pasos que creo que es la clave para todos sus logros. Divago llevan tanto, tanto, tanto tiempo entre nosotros que nos hemos acostumbrado a su presencia hasta casi pasar inadvertidos, pero si de repente desaparecieran el vacÃo serÃa inabarcable. Esa honestidad y esa manera sencilla de manejar una carrera que sin duda alguna merecerÃa mucha más atención, es lo que les corona como vencedores en el mayor de los retos: la supervivencia. Sobrevivir, hacerlo con la cabeza bien alta, con el nervio y la ilusión intactas, con el corazón en la mano, es algo que muy pocos pueden lograr. Y no se trata de ser los elegidos, se trata de ser sabios.

Para celebrar sus cinco lustros en el mundo de los vivos el grupo ha decidido explotar a lo grande. Está claro que en el mundo discográfico "mainstream", tal como está entendido en este tan estupendo y culto paÃs en el que vivimos, nunca tendrá cabida una propuesta como la suya, por eso ellos hace ya tiempo (concretamente desde su anterior trabajo) que decidieron auto-gestionarse y auto-editarse con la creación de su propio sello, Bonavena Música, en comandita con sus buenos amigos los Radiadores, capitaneados por Raúl Tamarit. Con ello, no logran lujo, pero sà la anhelada independencia que permite hacer las cosas a su manera y en esta ocasión, como hablamos nada menos de unas bodas de plata, han decidido tirar la casa por la ventana y regalarnos, como avanzaba más arriba, tres nuevos lanzamientos: un disco recopilatorio, que responde al hostelero nombre de "Especial de la casa", un documental, llamado igual que uno de sus clásicos: "Los tontos buenos tiempos" y, por si esto fuera poco, un libro, "En tierra de nadie", que ha escrito el periodista Mariano López.
Todo un ejercicio de retrospectiva que permite contemplar en panorámica la larga trayectoria de un grupo tan valenciano como el Miguelete, que se niega al fundido en negro y que aún tiene mucho que decir. En el documental dirigido por Rubén Soler (Cápsulas Musicales), por ejemplo, se traza un emotivo recorrido por su carrera, mezclando imágenes del archivo personal de Manolo, que por lo visto es el más cuidadoso conservador del "museo Divago" y guarda innumerables recuerdos, recortes, archivos de vÃdeo y audio y todo tipo de pormenorizados datos, con entrevistas, entre otros, a los antiguos miembros del grupo. Y también se incluyen sorpresas como la filmación de nuevas grabaciones con invitados de lujo, como Julio Galcerá (Mala Seguida), Victor Ortiz (Huracanes), Isa Terrible (Una Sonrisa Terrible, Desguace Café) o Cisco Fran (la Gran Esperanza Blanca).
El libro "En tierra de nadie" ya ha sido presentado, al igual que el documental, con gran aceptación y repercusión en los medios. Es tal el despliegue de minuciosidad que aporta aquà Mariano López, en colaboración estrecha con Manolo, que merece la pena aproximarse a sus páginas no sólo para ver de cerca la historia del grupo, sino la de toda una época de la cultura Valenciana, en la que ellos han sido protagonistas indiscutibles. Un trabajo de documentación necesario para entender una ciudad a la que muchos criticamos con asiduidad, por lo poco orgullosa que se siente de si misma, pero que guarda secretos poderosos, que son los que cuentan al oÃdo los Divago, entre otros muchos que han sido los suficientemente inteligentes como para seguir su estela.
Y aunque hablemos siempre de Manolo Bertrán como elemento más visible de la estampa del grupo, no hay que olvidar que Doctor Divago es un monstruo de cinco cabezas y que su música es incomprensible si falta alguno de sus elementos. Todos sus miembros son músicos experimentados. Algunos legendarios en la escena, como Antonio Chumillas "Chumi", que toca armónica dando un toque caracterÃstico al sonido, hace coros y diseña las portadas de los discos; o Asensio Ros "Wally", su inquieto baterÃa, que además de en su banda de toda la vida ha tocado en infinidad de proyectos diferentes; y a ellos se unen David Vie, a la guitarra y Edu Cerdá, al bajo, dos tipos que tampoco son nada mancos, completando una banda espléndida que respira en directo su hábitat natural y escupe fuego desde la tarima del escenario a todos los que contemplan boquiabiertos la manifestación sincera de lo que todos sabemos, aunque pocas veces comprobemos, que es el rock and roll: verdad, nervio y tensión. Y esa va a ser la principal baza de esta celebración de aniversario: un directo que en Valencia podremos disfrutar el dÃa 17 de este mes en la sala Wah Wha, en el que sin duda comprobaremos el poderÃo de una banda en plena forma, que además hace ya algún tiempo que no se presenta en su ciudad natal bajo este formato (sà lo ha hecho en formato reducido y acústico y en eléctrico en otras ciudades de la penÃnsula, por ejemplo Madrid hace relativamente poco). Evento que nadie en su sano juicio deberÃa perderse, entre otras cosas porque con la entrada, por un módico precio de 14 euros, se lleva uno además el digipack con recopilatorio y documental. Los Divago están que lo tiran y hay que acompañarles en esa fiesta, como también lo harán varios invitados de lujo, los ya citados Ortiz, Galcerá, Terrible y Cisco Fran, además de un Jesús Ordovás que hará las delicias de los presentes amenizando a los platos la fiesta post-concierto.
Una cita ineludible para ofrendar nuestro respeto a un grupo que ha marcado los surcos por los que todos los que en algún momento hemos querido expresarnos musicalmente en esta ingrata ciudad hemos caminado. Larga vida a ellos.
Brindo por vosotros, doctores!
Publicar un comentario
¡Comparte tu opinión!
Esperamos tu comentario