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martes, enero 27, 2015

Tweedy: Terapia familiar.

Para un tipo tan inquieto como Jeff Tweedy, escritor prolífico, multiinstrumentista, productor y arreglista, acabar aparcando temporalmente a la "banda madre" e iniciar una aventura discográfica en solitario era cuestión de tiempo. El momento ha llegado al fin, pero de la mano de la desgracia: Susan Tweedy, su querida esposa y compañera, lucha contra un linfoma no hodgkin, afección por la que se forman células cancerosas en el sistema linfático, localizado por todo el cuerpo y que forma parte del sistema inmunológico. Enfermedad tratable, pero cuya curación requiere pasar por un penoso proceso, capaz de mellar la felicidad de cualquier familia. Así, las cosas, la exorcización de los demonios familiares por parte de un marido de por sí quebradizo (conocidos son los pasados problemas del cantante de Wilco con la depresión y la adicción a analgésicos, que le llevaron a rehabilitación) y de los dos hijos del matrimonio, Sam y Spencer, tenía que salir a la luz de alguna manera. 

Spencer, que toca la batería, escribe y dirige vídeos para la banda de su padre, lleva algunos años siguiendo sus pasos al frente de su banda, los nada desdeñables The Blisters y no sólo eso, colaboró con el gran hombre en la grabación de un álbum que éste produjo, nada menos que a la gran dama del soul-gospel de Chicago Mavis Staples, en que su padre tocó todos los instrumentos excepto la batería, de la que se encargó su retoño. Así las cosas, la colaboración entre ambos a la hora de hacer frente a este drama familiar surgió de una forma natural: Jeff, como compositor que es, usa la canción como anti-depresivo para sacar a flote los sentimientos de rabia y frustración que le provoca la lucha sin tregua a la que se enfrenta su mujer y toda la familia. Y le salieron muchas, un montón. Había que hacer algo con ellas y la verdad, teniendo un estudio propio, probadas dotes de productor, una banda aparcada por estar sus miembros ocupados en otros proyectos y un hijo que toca más que solventemente la batería, eso era pan comido. 

Promocionado como un "disco en solitario de dos", el debut de Tweedy puede resultar a algunos una jugada promocional por parte de un perro viejo como el músico de Chicago, que intenta vendernos la cabra de "grupo familiar al estilo indie", pero la verdad es que el proyecto respira naturalidad por todos sus poros: el propio Spencer reconoce que no se creía que fuera a hacer un disco con su padre hasta que se sentó a la batería en la primera sesión a las órdenes de un orgulloso progenitor que dice de él: "es realmente competente sin esfuerzo en todos los instrumnentos que coge, sobre todo en la batería". La colaboración entre ambos fluyó de tal manera que, casi sin nadie más involucrado en el proyecto (sólo el gran Scott McAulley a los teclados y las vocalistas Jess Wolfe y Holly Laessing a los coros), lograron en escaso tiempo completar una veintena de composiciones a la que dieron el nombre de "Sukierae" (dBpm, 2014, distribuído en España por PIAS), apelativo con el que se conoce familiarmente a Sue, la mujer y madre de los integrantes de Tweedy.

Este resultado, que si bien adolece de un exceso de minutaje seguramente achacable a la libertad que supone no estar constreñido a los dictados de un grupo como Wilco, con una imagen que mantener, funciona como ejercicio de homenaje sincero y brillante por momentos, a alguien querido. Una manifestación de amor hecha con canciones sencillas, sin florituras, en su mayoría muy bonitas, aunque un tanto dispersas, que se han aprovechado para acudir a la experimentación en más de una ocasión ("Diamond light Pt.1", "Slow love") demostrando la falta de corsé que hubo en las sesiones de grabación. Se nota que papá Tweedy quería probar cosas que no puede hacer bajo el emblema de Wilco. Así, junto a ejercicios de estilo marca de la casa, como el single "Low key" (más pop incluso de lo que se permiten últimamente ser la banda grande), "Summer noon" o "I'll sing it", hay ejercicios de ruidismo rock como el que abre el disco "Please don't let me be  so understood", pequeños escarceos con las cajas de ritmo en "High as hello", tradicionalismo folk en "fake fur coat", preciosismo a ritmo de vals en "Wait for love", rhythm and blues pesado en "World away" y mucho, mucho bajón (tal vez demasiado) en canciones como "Pigeons", "Nobody dies anymore", la magnífica "Where my love" o "Down from above", que inundan el conjunto de ese tono inevitablemente oscuro y desapacible que surge de la motivación de todas estas canciones. El tono general no es amable, que digamos. No estamos ante un manual de auto-ayuda, sino ante toda una exorcización de demonios que como tales salen de su madriguera en forma de melodías que sí, en ocasiones sonríen vagamente, pero en su mayoría lloran con amargura los duros golpes que propinan la vida y el amor. 

"Sukierae" es un trabajo algo escabroso pero notable. Un viaje hacia las entrañas de las relaciones humanas cuando las cosas se ponen duras. Una instantánea en blanco y negro de una situación que cada uno torea como puede y que los Tweedy han decidido promocionar y presentar a lo grande, puesto que la banda de Jeff ha echado momentáneamente el freno que les proporcionan las recopilaciones (caja de rarezas y greatest hits) que han lanzado . Video clips, presentaciones en TV (Letterman incluído), apariciones en toda la prensa imaginable y una gira de conciertos que ya ha terminado su fase americana con bastante éxito y que ahora, en su pequeña escala en Europa (sólo cinco fechas), visita España. Concretamente Madrid y Barcelona, en dos citas que permitirán ver a uno de los músicos con más talento del rock americano de los últimos 30 años hacer directamente lo que le sale del corazón, sin compromisos ni cortapisas, acompañado de una banda que su propio hijo corona con una solvencia a los parches más que competente, tal como queda plasmado en el disco. Por youtube circula el concierto completo que ofrecieron en el Brooklyn Academy of Music de New York, en el que se marcan un magnífico set de repaso de los temas de este lp, junto con clásicos de Wilco y Uncle Tupelo, muchos en versión desnuda por parte de Jeff. En todo caso, es seguro el despliegue de buen hacer y sinceridad sobre un escenario que contemplarán los que tengan la fortuna de asistir a sus citas españolas. 

Tweedy estarán el 2 de febrero en L'Auditori de Barcelona y el 3 en la Riviera de Madrid. 


http://wilcoworld.net/#!/music/sukierae/

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