En su disco predominan canciones
de pop-rock muy sutiles tocadas mayormente con guitarras acústicas. No sabÃamos
qué esperar del directo para una sala como el Ocho y Medio, si se mantendrÃa
este formato o se modificarÃa de cara al concierto. Un jueves por la noche en
la Ocho y Medio buscábamos algo más dinámico que un concierto en acústico para que
nos ayudase a vencer el cansancio de la semana… y tuvimos un poco de todo.
A lo largo de la hora y media que
duró el concierto, pudimos disfrutar de prácticamente todas las canciones de su
disco pero muchas de ellas interpretadas de forma distinta para el directo. Carmen
estuvo acompañada por unos músicos magnÃficos que aportaron frescura a los
temas con unos arreglos que en ocasiones eran muy sutiles pero que a veces
llegaron a tener casi tanto protagonismo como la propia cantante.
Comenzó el concierto con La Mansión de los Espejos y ya desde el
primer momento pudimos comprobar cómo la
voz de Carmen unida al acompañamiento del resto de músicos daba un excelente
resultado. A continuación llegó Me
Parezco con la que pudimos conectar por primera vez con la faceta más
intimista de la cantante que nos supo guiar perfectamente por la canción gracias
a la expresividad de su voz. Pese a que el guitarrista que la acompañaba,
apenas tuvo protagonismo en la canción, supo hacernos vibrar con cada nota que
tocaba. A lo largo del concierto habrÃa muchos más momentos de esta Ãndole y
aunque siempre fueron correctos, algunos de ellos pudieron llegar a aburrir a
los que menos conociesen las canciones.
Nos llamó mucho la atención la
reinterpretación de su tema El
Desconocido ya que el baterÃa tocando los timbales con mazas y las dos
guitarras sonando con moderada fuerza, contribuyeron a otorgar una épica a este
tema que la versión de estudio pedÃa a gritos. Esta combinación nos dejó sin
habla hasta que terminó la canción y la sala entera estallamos en aplausos. Y
no es para menos. Además la propia Carmen la habÃa defendido muy bien
vocalmente usando un registro vocal un
poco distinto al que nos tiene acostumbrados en el resto de su repertorio.
A continuación, la cantante paró
para contarnos la historia de su siguiente canción. Una canción que
escribió cuando se mudó a Madrid y echaba
de menos a sus amigos en su tierra. Una sensación que todos los que hemos sido
adoptados por esta ciudad sentimos en su momento. Esta era la historia tras Nana Noir, uno de los mejores momentos
del concierto. Fuimos arrastrados sin remedio por todos los músicos a la
historia de esta canción pero además, los juegos de luces de la sala,
contribuyeron a crear una atmósfera muy especial. No serÃa la última vez que la
cantante hablase con el público entre canciones y aunque Boza pudo resultar
tÃmida en ocasiones mientras hablaba, lo compensaba con creces en cuanto
empezaba a tocar y a cantar.
Y por supuesto que compensó con su
siguiente canción: La esperada Culpa y
Castigo. Este tema fue alargado de forma que todos pudiésemos corear el estribillo
más veces, algo que fue agradecido por el público que respondió con gusto a
este cambio aunque perdiese el juego de voces tan caracterÃstico del final del
tema en su versión de estudio. Hacia el final del concierto, la cantante se
lanzó a tocar una versión. Ni más ni menos que This Mess We’re In de PJ Harvey que en su versión de estudio está
cantada junto a Thom Yorke de Radiohead ( https://www.youtube.com/watch?v=BTrGowDPjBk).
Pese a que el listón no podÃa estar más alto, la banda salió al paso con nota
enlazándola además, con Las Fieras.
Esta unión no fue casual ya que ambas canciones coinciden tanto en musicalidad
como en sensualidad. Gracias a esto, pudimos ver sobre el escenario la faceta
más visceral de la cantante. Pero ahà no acabaron las sorpresas: En la parte
final del tema, salió al escenario el rapero Rayden y se marcó unos versos. Sin embargo, fue difÃcil entender
sus palabras sobre el resto de los músicos, algo esencial para el rap, y que
desvirtuó un poco la colaboración. Y fue una pena, porque la idea es muy buena.
Antes del bis no faltaron sus conocidos
temas Las Señales y Mi Do Menor que encantaron tanto a fans
como a no tan fans.
La cantante volvió sola al
escenario y armada con su guitarra acústica, nos hizo disfrutar de otra de sus
baladas: Sin Salida. Al final de la
canción se unieron el resto de músicos logrando un cambio de intensidad ausente
en la versión de estudio y que sirvió para ponerle la guinda que le faltaba a
esta canción. Tras esto, subió la intensidad del concierto gracias a su tema Octubre. Esta canción fue la más
aplaudida, cantada y disfrutada de todo el concierto, algo curioso, si tenemos
en cuenta que no es de las canciones más promocionadas del disco. Esto
demuestra que a veces con una canción honesta cala más entre el público que una
buena promoción. Esta canción hubiese sido el final de la actuación pero este
concierto era especial. En él se iba a grabar el videoclip en directo de la
canción Fin que ya habÃa sido tocada
antes. Sin embargo, se puso fin al concierto repitiendo esta canción otra vez
para grabar el videoclip y esta vez se vivió con mucha más fuerza que la
anterior.
En general fue un buen concierto,
la banda se integra con Boza a la perfección y han sabido adaptar la mayorÃa de
los temas al directo de una forma fantástica tanto en las canciones más
intensas como en las baladas más Ãntimas. Sin embargo, hubo ciertos momentos en
los que el ritmo del concierto pudo volverse un poco más pausado de la cuenta
especialmente para los que no conociesen las canciones de antemano. Aunque Boza
ya nos ha conquistado en las pequeñas distancias con conciertos más acústicos
en salas pequeñas, es posible que todavÃa necesite un poco más de rodaje en
salas grandes. Sin embargo, con los grandÃsimos músicos que tiene por
compañeros y con PJ Harvey como referente no dudamos que tarde o temprano
Carmen Boza acabará conquistando todo lo que se le ponga por delante.
Redacción: Carlos Castaño Rodriguez
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