SEXY ZEBRAS: DESCARGA DE ADRENALINA Y SUDOR
El trío Sexy
Zebras cerraron 2015 tocando el 19 de diciembre en el Teatro Barceló de Madrid. Ellos mismos admiten que ha sido el mejor año de sus vidas porque se han podido
dedicar por completo a hacer su música. Esto lo han conseguido gracias al
trabajo de muchos años del que están empezando a recoger frutos ahora.
El
concierto estaba enmarcado dentro de la gira de su nuevo disco Hola, Somos los Putos Sexy Zebras, que interpretaron en su totalidad junto con
algunos temas de su anterior trabajo Volvamos
a la Selva.
Desde el
primer guitarrazo, el público estuvo entregado, sobre todo los que ocupaban el
foso, que se pasaron todo el concierto saltando y haciendo pogos. Esto es lo
normal cuando una banda tiene en su repertorio temas tan potentes y energéticos
como Caníbales (tema que abrió el
show), Búfalo Blanco, Salvajes o Santa Fé, un tema inédito que funcionó muy bien en el concierto. La
banda demostró su sobrada capacidad para defender sus propios temas tanto a
nivel instrumental como vocal. Esto último nos llamó más la atención ya que es
lo menos común en bandas de rock puro y duro. Los tres músicos cantaron en
todos los temas, ya fuese de solistas como haciendo coros, ya fuese a pleno
pulmón o en falsetes. Además, en todo momento estuvieron muy bien compenetrados
de forma que no distinguimos a ninguno de ellos desafinando. Esto tiene todavía
más mérito si tenemos en cuenta que los Sexy Zebras se caracterizan por no
parar de correr y saltar por el escenario, y fueron capaces de mantener el tono
vocal pese a este derroche de energía. Mención de honor a su batería Samuel,
que protagonizó uno de los mejores momentos del concierto cantando el tema Hijo de Puta en clave de rap sin
descuidar el ritmo de la batería. Su maestría con su instrumento quedaría
demostrada todavía más cuando protagonizó un frenético solo que fue de lo más
vitoreado del concierto.
La
puesta en escena era muy sobria. Apenas,
un gran cartel con el nombre de la banda. Pero no necesitan más. El espectáculo
visual lo dieron los propios músicos. Gabi (bajista) y Jose (guitarra)
estuvieron todo el rato en movimiento y en varios momentos se tiraron al
público, aunque no siempre con éxito, para tocar sobre los brazos de los que
ocuparon el foso. Esto hizo las delicias de todos sus fans y se convirtió en la
pesadilla de sus “pipas” que hicieron un trabajo encomiable para que con tanto
movimiento, los cables de los instrumentos no saliesen de sus clavijas. Tan
activo fue este trabajo que hasta en algún momento ayudaron a los músicos en
sus cabriolas sobre el escenario.
El
estilo de último disco predominó en el concierto. Canciones de rock directas
cuyo objetivo principal es hacernos botar y gritar. No hubo tregua si quiera
para baladas. Los únicos momentos que nos dieron un pequeño respiro fueron su tema
El Perro Jeffrey cantada entre los
ladridos y aullidos de los músicos y Babilonia,
un tema que como explicaron los músicos trata sobre el “amor verdadero, que es
el único que importa”. Echamos de menos el estilo de algunos temas de su anterior
trabajo como su balada Lobos o la frescura de los ritmos funky y el
sintetizador de Hasta el Amanecer que hubiesen enriquecido los sonidos del
concierto. Sin embargo, pudimos comprobar que la mejor forma de disfrutar este
concierto de Sexy Zebras era desde el foso, formando parte de los pogos y
sudando como lo hacían los músicos sobre el escenario. Si ese público fue capaz
de aguantar la hora y media de concierto a dándolo todo fue porque los músicos
supieron transmitirles la energía necesaria, cosa que consiguieron gracias al
estilo de su último LP.
Jose y
Gabi se comunicaron con el público en algunos momentos entre canciones. Gabi
aprovechó para jalear a las masas con gran éxito a base de gritos, improperios
o frases burlonas como “yo creía que solo os gustaba Izal”, que levantaron más
de una carcajada. José, como contrapartida más vehemente, transmitió la
gratitud de la banda a su equipo técnico, al público y a sus padres. Estos
agradecimientos fueron seguidos por su última canción
El Fugitivo que terminaría con un estruendoso aplauso por un
público que había disfrutado de lo lindo. Su afonía, sus camisetas caladas y
sobre todo, sus caras de felicidad tras el concierto eran testigo de ello. Esperamos
no tardar demasiado en volverlos a ver por Madrid ya que un buen concierto de
rock
de este calibre es la mejor excusa para soltar adrenalina ¡Rock and Roll!
Redacción: Carlos Castaño
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