We
Singing Colors cogían un vuelo
desde Bucarest el jueves pasado para ofrecernos dos conciertos en
Valencia y Castellón. Tanto en el Espai Octubre Concerts como en el
Centro Cultural la Marina, el cuarteto rumano estuvo muy bien
acompañado por Sara Ledesma, cantautora castellonense ex miembro de
LopLop, que supo abrir y cerrar los conciertos de forma brillante
junto al combo invitado. Intentamos resumirte esta tarde de folk
aquilatado y pop resplandeciente.
La
organización del concierto corría de la mano de Play
Producciones en
el caso de la capital del Turia y de Metrònom
y
Castellón Escena
Música Independiente
en el caso de la capital de la Plana.
Cuando
hace meses Nando,
alma mater del encuentro, me dio a conocer a We Singing
Colors y me habló de las
posibilidades de traerlos de gira en seguida le animé en el empeño.
Una escucha a su primer álbum, “Made of wool, made of
heavy metal” en su bandcamp y el visionado de varias decenas de sus increíbles vídeos en youtube me confirmaron
en la excelente oportunidad que sería ver sobre el escenario a Roxana
Niculae (voz, teclados y
melódica) y a Andrei Hategan (voz,
guitarra acústica). Y con más motivo si venían acompañados de su
sección rítmica: Narcis Axinte
al bajo y Vlad Ionescu a
la batería.
La
idea se materializó el pasado fin de semana, tocando viernes en
Valencia y a la jornada siguiente en Castellón, donde aún dieron un
concierto matutino sorpresa en la sala Veneno Stereo
dentro del ciclo Acústics Galera.
En el caso del Colors Concert,
como se denominó a la cita castellonense, Sara Ledesma
estuvo acompañada por Rock&2,
dúo compuesto por Lole Veses
al violín y Fran Rodríguez a
la guitarra acústica. Sobre el escenario del Espai Octubre Concerts, Sara Ledesma actuó en solitario alternando guitarra y ukelele.
El
repertorio de Sara Ledesma
está compuesto en su mayoría por canciones de su antigua banda,
LopLop con los que
registró un magnífico álbum homónimo de indie-pop, versiones y
nuevos temas propios. Tras el titubeo inicial con las
interpretaciones de “Love Astronaut”
y “Control”, Sara
se afirmó sobre el escenario con “Today”,
abandonando el nerviosismo inicial ante una sala con un aforo
reducido pero considerable y dejando constancia de sus increíbles
dotes vocales. Su formación autodidacta, tanto con la guitarra como
con el ukelele, no son obstáculo para su propuesta musical rezume
seguridad y elegancia. Tras “Don't Regret”,
Sara cogió el ukele por primera vez para soltarse con “Wrong”.
Ésta y “No flowers”
fueron las dos canciones en las que Sara se sirvió de las cuatro
cuerdas, afirmando al finalizar la interpretación de esta última
que con el ukelele le salía su “lado más salvaje”. Damos fe de
que así es, Sara sabe darle otra lectura a un instrumento que se
estaba convirtiendo en uno “odioso paradigma de cantautora ñoña”. Tras
“Task” y despedirse con
la apropiada “Goodbye”,
Sara cedía el escenario a We Singing Colors
no sin antes anunciar que al final del set interpretaría un tema con
ellos.
Tras
“A country called surfia”
el cuarteto echaba mano de la canción perfecta para caldear el
ambiente de la sala y para presentarse a los que no sabían muy bien
por donde navega la banda del Este. “Good days, bad
days” es un ramalazo de pop
fresco y optimista que encuentra su fuerte en esos silbidos
característicos de su melodía y en el estribillo que cantan a dúo
Roxane y
Andrei. Si hay algo que hace
que las canciones funcionen, tanto en registro físico como sobre el
escenario, es la extraordinaria química que se establece entre las
voces de los dos protagonistas, momentos que viviríamos con “All
the people”, “Bridal
hands” o “Follow
your heart”.
Roxane,
anunciaba “Say you're mine”
como su “mejor canción de amor”. No es de extrañar puesto que
aún sin tener sobre el escenario el saxofón que dirige la melodía
principal del tema, el cuarteto consiguió emocionar con esta balada
que parece sacada de finales de los años cincuenta y que muy bien
podría figurar en la banda sonora de Grease.
Uno de los mejores momentos del concierto fue “Far, far,
far”, canción que se
sostiene sobre el riff de guitarra de Andrei y que es de las mejores
y más conocidas que contiene su álbum “Made of wool,
made of heavy metal”, del que
apenas rescataron tres canciones para el set. Y si hay una canción
que no puede faltar de ese disco y en ningún concierto de la banda
rumana es “Cântec de seará”.
“Cântec
de seará” es el único tema de su repertorio cantado en rumano
y también su canción más larga. Cinco minutos que en el fascinante
videclip relatan una morbosa a la vez que cautivadora historia de
pareja y que musicalmente es, de lejos, su mejor creación. Uno de
los momentos más emocionantes de la noche. Tras finalizar con “Out
of the city”, invitaron a subir al escenario a Sara Ledesma
quien con su ukelele se unió al cuarteto para interpretar un
tema de ella misma, “Travel in the night” y poner punto
final a una velada muy especial en la que nuestras expectativas
quedaron colmadas.
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