En la anterior reseña mencionamos que 091 se despidieron recordándonos, por supuesto, que “La vida, qué mala es”, aunque allÃ, con ellos, durante ese tiempo, fue menos mala la maniobra Final tenÃa nuevas sorpresas en la manga.
La noche del 17 de Diciembre vibramos y apreciamos el final soñado quemando las suelas con “Fuego en mi oficina” (indescriptible y elegantÃsima con los coros de Jacinto y compañÃa) después del último bis con “como acaban los sueños” y “la vida que mala es” últimas notas para reencontrarnos y disfrutar de las canciones que volvieron al guerrear por ellas, pedirlas, esperar, y que ahora tienen ese halo eterno que las convierte en clásicas, atemporales, eternas, durante las distintas generaciones, como si el tiempo se detuviese en ese momento.
Musicalmente igual de contundente, Tacho llevando hasta el final los latidos en cada canción y arrancando con garra y la lógica que le caracteriza . No me puede gustar más como suenan “esperar la lluvia” y “baile de la desesperación” o "la calle del viento" quizás mis favoritas junto a “como acaban los sueños” una preciosidad con ese final donde V. Lapido destaca tanto y que podrÃamos escuchar miles de veces. Si tuviese que decir algo que menos me gustara quizás dirÃa que no encontré esa sincronización de “en la calle” tan atractiva como en el último concierto de Maracena.
En toda la noche solo han sido excluidas “mi sombra y yo” y “debajo de las piedras”. Nunca antes podrÃamos imaginar que ahora 091 y su sombra descansan en paz entre nuestro nichos de recuerdos. Además de “todo comienza a girar” (Durante algún concierto vi en youtube que incluyeron durante las fechas entre los conciertos en la Alhambra) y fue la única canción que me faltó por escuchar de la gira pues creo que durarÃa hasta casi al final. También faltó “nadie encuentra lo que busca” que está en el disco en directo.
Han ido incluyendo para la maniobra final “fuego en mi oficina”, “el deseo y el fuego” y la inédita “Venus” solicitada desde Logroño y presentada en la Riviera que según vimos en videos durante gran parte de concierto sin gafas de sol. Apreciación puntual que vimos también desde Motril, demoledor concierto amplificadÃsimo que nos voló la cabeza durante dÃas dando vueltas pero que a su vez tantos decibelios y sin lluvia, que parecÃa contenida para el anterior en la plaza de toros ante diez mil personas durante dos dÃas. Y si en Motril fue aquella canción de "un cielo color vino", los festivales de verano también esa canción “oculta” de ese momento de quitarse las gafas fue "la noche que la luna salió tarde", a parte aprecié una sensible sacudida de oÃdos en "sigue estando Dios de nuestro lado" por parte de J.I. Lapido al principio de la canción.
Y es que las despedidas son amargas y de hecho son demasiadas, aunque cuando las haces en casa duelen un poco menos y dan más calor. El año pasado dijimos adiós a Los Niños del Brasil en la Plaza del Pilar, este a Las Ginkas en Navarra en unos dÃas y a los Cero por segunda vez... Decir adiós duele pero también es bonito, sobre todo en este 2016 lleno de demasiadas despedidas "de las que no se pueden remediar".
¿Quieren una reseña de lo que sucedió en el Palacio de los deportes? ¿Qué describa con palabras lo que se vivió allÃ? ¿Qué les cuente lo que significan los Cero para la música de este paÃs? No creo que a estas alturas haya nadie que pueda trasmitir con palabras eso, ni habiendo vivido la gira entera, ni recordando los tiempos de juventud,… y sinceramente eso es lo bonito, que cada uno de los protagonistas de esa noche y del resto de las 40 que completaron esta gira tenga su propio recuerdo de este regalo. ¡Larga vida a 091!
"David Bowie retomó al final de su carrera a la figura de Lázaro, el que resucitó y es libre para caminar sin aparente destino, al que le interrumpieron el sueño del descanso, aquél que cruzó la frontera de lo corporal. Este 17 de diciembre, San Lázaro, el grupo 091 puso final a su maniobra de resurrección.
Los granadinos se despidieron para siempre un 17 de mayo de 1996 en Maracena y desde esa fecha nunca fueron olvidados. La influencia de su trabajo cautivó a quien los siguieron en vida y, como una religión, fue divulgada para generaciones posteriores. En el año 2016, como un milagro divino, fueron resucitados. Durante todo un año, un periplo que comenzó en Logroño acabó en un concierto magistral el pasado sábado. Un concierto único y que pasará a la historia en el panorama musical para toda la eternidad.
Entre el color negro y amarillo comenzó el concierto con la de siempre, “palo cortao”, pero esta vez sonaba distinto. En ese preciso instante sabÃas ya que te encontrabas en un momento que no olvidarás.
La lluvia que cubrÃa el palacio de deportes de Granada eran las lágrimas de una despedida, cuando finalizó el concierto se cerraron las puertas del cielo y se abrieron las del recinto, la de la realidad, y esperar a que esa lluvia te despierte.
Volveremos a sentir dentro de décadas la sensación de duda que una vez existieron fÃsicamente, pero mantienes, cada vez que reproduces un tema de los cero, una huella de que algo hubo.
… debes vivir más, Lázaro. Levántate y anda."
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