La Habitación Roja- Sala Moon. Valencia, 14/01/16




La Sala Moon (antigua Roxy) fue el refugio inmejorable para la presentación en Valencia de "Sagrado Corazón", Ćŗltimo disco de La Habitación Roja. Un directo de mĆ”s de dos horas y con una sala a rebosar que evidenció una vez mĆ”s (y ya son muchas) la solidez y energĆ­a arrolladora de los de la Eliana. 


Desde el Ć©xito de la celebración de su veinte aniversario en la cuarta edición del Deleste Festival, la banda no habĆ­a vuelto a pasar por Valencia. Al menos de manera oficial, ya que en parte sĆ­ se ha podido disfrutar de alguna aparición esporĆ”dica en el espacio DeWall en los Talleres de cervezas Alhambra o en La Rambleta con Los Conciertos Especiales de la 2. Aquella Ćŗltima visita fue un verdadero acto de justicia poĆ©tica tanto para la banda como para sus seguidores que dejó un momento indeleble en las retinas centelleantes y los henchidos corazones de los asistentes. 

La noche del sĆ”bado, un vistazo discreto al setlist hacĆ­a presagiar otra admirable retrospectiva por su dilatada colección de canciones; una pulsión nerviosa repleta de  expectación ante la nueva ocasión de vivir la experiencia sobrecogedora de unos hits emocionales que para algunos forman parte de su banda sonora desde hace ya mĆ”s de dos dĆ©cadas. Quiero pensar que desde hace ya algĆŗn tiempo sus conciertos son, resumiĆ©ndole de forma sencilla, renacer en Ć©pocas pasadas para seguir comprobando la vigencia de un contenido lĆ­rico y un universo sonoro inherente a fueros internos que desvanecen a golpe de un romanticismo inocuo. 

Pueden presumir de un sonido tan tangible como distinguido que ha ido progresando con el paso del tiempo para alcanzar de forma plausible una perenne idiosincrasia. El porte de elegancia suma en muchos pasajes de su historia; abriendo con "Ahora todo es posible" corroboraron ese halo de sutileza, una canción con esplĆ©ndidos matices que sitĆŗa su particular visión del pop en una sublime proeza.  

La contundencia en la parte rĆ­tmica de "Segunda oportunidad", rociada con unas fulgurantes guitarras, escaló trepidante en una de las mĆ”s primorosas declaraciones de amor que hayamos podido presenciar; todo ello poderosamente interpretado con un alzamiento de sus instrumentos en pro de un enaltecimiento de la tierra que les vio nacer y el periplo vital de Jorge MartĆ­. La senda que surca las raĆ­ces de su tierra han ido fructificando en un ejercicio honesto y encomiable con algunos momentos concienciados con la realidad polĆ­tica y social del momento; Ć©sta tuvo apariciones estelares en canciones como "Un dĆ­a perfecto" (que diferente sonó ese: "Te llames Rita o Juana de Arco), "De Cine" o la lumĆ­nica "L'Albufera", la cual dedicaron a todos los valencianos. 

Que en una canción con una ferviente inspiración en los valores de la confianza y el amor como "VolverĆ”s a brillar" (de las favoritas de la banda), algunos de los presentes tuviĆ©ramos que presenciar un desagradable altercado entre el pĆŗblico, no hace mĆ”s que desgastarnos una vez mĆ”s en la mirada vil al ser humano. Menos mal que Jorge salió al quite para dejar claro lo que todos querĆ­amos esa noche: pasarlo bien y disfrutar. 

La actuación no perdió ningĆŗn Ć”pice de intensidad pero destacamos lo que fue para nosotros el primer brĆ­o clamoroso de la noche; en medio de un torbellino se sucedieron temas como "Voy a hacerte recordar", "You gotta be cool", "La moneda en el aire" e "Indestructibles" (dedicada a Quique Medina), sin duda una indispensable celebración del coraje. El grado superlativo de emotividad vino con la preciosa "24 de marzo" que abrió el bis, mucho antes ya habĆ­an tejido el ensueƱo evocador con la gloriosa "Posidonia"; la segunda parte del concierto no bajó las revoluciones en la perseverancia en el arte que poseen para conmover, asĆ­ vinieron la aciaga pero optimista "Si tĆŗ te vas (magnĆ­fica desolación)", la eufórica "Febrero" o la radiante "Nuevos Tiempos", dedicada a Supersubmarina. AdemĆ”s el sĆŗmmum fue volver a reverdecer en la post-adolescencia para entender el por quĆ© de la importancia de la existencia de una banda como La Habitación Roja en nuestras vidas. 


La brecha final resquebrajó en cuestión de segundos con el incendiario final que pusieron "El eje del Mal" y "Ayer", tema en el que Jorge se lanzó al público para rematar la inagotable conexión que tienen con su público. Unos momentos antes de que diera comienzo otra de las noches que quedarÔn en la memoria histórica de la música valenciana, un chico que rondaría la veintena se mostraba inquieto y feliz, desvelaremos que vivió uno de los conciertos de su vida, que le hizo acabar con los ojos vidriosos y que seguro que guardara en su olimpo musical. Y en eso se resume todo: La Habitación roja; una banda de antes, de ahora y para siempre.

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La Habitación Roja



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