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lunes, octubre 16, 2017

Entrevista a Atlàntic: “Los tiempos que manejamos no son los que manejan la mayoría de bandas."


La banda valenciana Atlàntic publicó su primer álbum “1976” en el mes de diciembre del año pasado. Un proyecto paralelo a su otra propuesta musical Moonflower. En la otra cara de la moneda se encuentra la misma formación en una versión dónde el brillo energético de las melodías transcurren al servicio de la búsqueda de la perfecta canción pop. 


Una mañana soleada en el barrio del Carmen; una terraza, unas cañas y una provechosa conversación sobre el lanzamiento y otros asuntos con Josep, María, Thomas y Fran, cuatro músicos con las ideas muy claras y con un sentido crítico constructivo de la realidad musical. Atlàntic es otro golpe de esfuerzo e ilusión de Josep Bartual en su extensa trayectoria musical (más de dos décadas ya). Mazzi, fue el nombre que marcaron los inicios, una banda entre colegas sin más intención que pasarlo bien: “Entre nuestros logros, abrir para La Habitación Roja o Polar en mi pueblo, hace veinte o veinticinco años. Creo que era de los primeros conciertos que organizaba Tranquilo Música. Después con Baja Beach, ya sacamos material y luego evolucionó a Iba Andando que fue el grupo con el que tuve más recorrido”, nos explica Josep

Una estancia de larga duración de María López en EEUU fue el detonante de que naciera Atlàntic: “Nos quedamos Fran, Thomas y yo, y me dije, voy a montar otro grupo porque me aburro. El Atlántico nos distanciaba y fue realmente la causa de esta nueva propuesta. Sino no hubiera existido o sencillamente hubiera llegado en otro momento.” Actualmente los mismos componentes de Moonflower son los que conforman Atlàntic. Al regreso de María por cuestiones varias Pablo Obiol no pudo seguir con el grupo. 

Profundizamos algo más en las diferencias entre las dos caras de una misma moneda y cómo ha derivando el proceso de composición. En el caso de Atlàntic, Josep toma las riendas de ésta: “Las dos bandas se diferencian mucho. Atlàntic es un proyecto más comercial a nivel pop y en cambio Moonflower es más folk, un proyecto más experimental. El primero es más directo y sencillo y el segundo guarda unas estructuras más complicadas”, puntualiza Thomas su batería. 

Josep también nos detalla con claridad cómo va fluyendo este proceso de creación: “Al principio eran dos bandas diferentes y no eran los mismos componentes. Por necesidades del guión ha ido evolucionando la cosa. Antes no estaba María pero sí hacía coros. Tras la salida de Pablo nos preguntamos si continuar. Y María cogió el relevo en el bajo. A efectos prácticos éramos los mismos para cuadrar ensayos, horarios...”.

Aprovechamos el momento para preguntar el momento en que se encuentra actualmente Moonflower: “Van saliendo en casa poco a poco algunos temas nuevos para presentarlos al resto de la banda y empezar a trabajarlos. Me apetece trabajar entre todos y seguir experimentando en esta línea de trabajo”, así nos lo cuenta María, una buen ejemplo de mujer incombustible. 

Josep nos comenta además a qué ritmo se mueven ambas propuestas: “Los tiempos que manejamos no son los que manejan la mayoría de bandas. No lo vemos así ni tenemos la necesidad. No sería muy lógico. Mientras otros sacan discos todos los años para seguir en la picota y en la brecha festivalera, nosotros que no funcionamos de esta manera, tenemos unos tiempos bien diferentes y hacemos las cosas con calma. Preferimos hacer mejores canciones y no sacar las primeras”. 

También caminan en plena libertad bajo el sello de la autogestión. Para su lanzamiento si han tenido que pedir algo de ayuda para labores de prensa y promoción pero su insignia para todo lo demás es el hazlo tu mismo. Josep y María saben de sobra las horas que hay detrás para sacar un proyecto, sin duda el mimo y la constancia con lo que lo hacen, es otra de las marcas admirables de su andadura musical. Josep con algún síntoma de agotamiento incide en ciertas necesidades que una banda de sus dimensiones requiere: “Pedir ayuda para el tema de la prensa y promoción era un poco cuestión de necesidad. Yo por mi trabajo, mi hija, las dos bandas no podía hacerlo. Necesitaba una persona para ayudarme, conozco el gremio y sé que es indispensable apoyarse en gente que te pueda ayudar de verdad. Está guay hacerte todo pero cansa y en determinados momentos no llegas; además no pasas de una determinada barrera que solo puedes traspasar si tienes medios. Nosotros no generamos ingresos para tener esos medios (manager, campaña de publicidad). Sí, eres muy libre pero al final esa libertad queda en ti y no te permite traspasar esas barreras que quieres pasar (Radio 3, reseñas en medios...) y ahí es donde necesitas una persona que te introduzca”.

María nos hace una comparación histórica que nos resulta bastante entrañable y acertada: “en la música actualmente hay dos clases como en la Edad Media, los trovadores y los juglares. Los primeros, nobles con pasta. Los segundos tenían que tocar en las plazas del pueblo a cambio de monedas que les pudieran dar. Nosotros no podemos contratar a un gran manager porque no tenemos dinero y el es el que tiene el contacto para meterte en festivales con carteles clonados”. 

Josep sigue rematando la cruda verdad y el bucle infinito de muchas propuestas musicales: “Si no te conocen es difícil que un manager se vaya a fijar en ti. La estructura esta montada y acceder es muy complicado aunque lleves muchos años. Hemos llegado a un momento que hemos decidido que no solo nos importa seguir haciendo música”. 

Les preguntamos si quieren llegar a ese status de trovadores: “Ya nadie se lo plantea, no es que ese tren haya pasado pero no nos lo marcamos como objetivo prioritario. Seguimos haciendo canciones. Si de repente nos llaman, súper bien sino, tampoco pasa nada porque ya hemos renunciado a seguir en el intento de vivir de la música. Hemos convertido la música en un modo complementario de nuestras vidas que nos da felicidad. Lo único que nos frustra en cierto modo es que después de muchos años sigas teniendo el mismo público. Aunque crezca pero es en minoría. Te da la sensación de que no sales de tu círculo. Yo veo capacidad a las canciones de ambas bandas. Al menos el crowdfunding nos sirvió para abrirnos a gente que no conocías.” 

El sistema de mecenazgo es una de las consecuencias lógicas de la salud de la industria musical. En esta ocasión han decidido que la publicación del disco quedará en manos de la confianza y apuesta de conocidos y público: “Las compañías discográficas solo apuestan por valores seguros y no tienes capacidad como grupo de abrirte a nuevo público. Si a esto se le suma que ya casi nadie compra discos, el panorama se vuelve un poco desalentador. Pero pensé que realmente sí hay gente melómana, y que quien quisiera el disco lo iba a pagar. Vale la pena, porque es una edición cuidada pagando a una diseñadora (Ada Díez) y además invirtiendo en la banda te llevas muy buenas recompensas. Siempre siendo serios y bien dispuestos con los mecenas ya que lo vemos como algo fundamental. Es una especie de preventa con valor seguro.", nos confiesa Josep


"Búsqueda de la perfecta canción pop". He escuchado esto mucho en otros grupos. ¿Qué entendéis vosotros por canción de pop perfecta? 


Josep: “Buscar la canción de pop perfecta es de deformación musical. Siempre estoy escuchando grupos de pop con estribillos que se me qudan en la cabeza y ando cantando todo el día. Hoy en día esta todo inventando, los Beatles ya lo hicieron casi todo de hecho. Es una exigencia que va en pro de ver si consigo que a alguien le genere sentimientos o le haga el mismo efecto que a mí ciertas canciones. Si es verdad que en Atlàntic vamos en esa dirección.” 


Y llegados a este punto, ¿Cómo definiríais vuestra música? 

Josep: "La gente que va a lo fácil dice que es indie, yo digo que es pop. Un disco de pop. Yo no quería que el disco fuera únicamente un retrato de lo mal que va todo en este mundo, que la sociedad es una mierda... Hay canciones de ese rollo porque al final cuando escribes cuentas lo que sientes y lo que vives pero también quería hacer disco mas gamberro y divertido. "Uiti Mau” por ejemplo, es para eso para divertirse, no quiere ganar ningún premio a la letra y a la musca."

La producción es de Carlos Soler ¿Cómo trabaja, Carlos? ¿Qué consigue sacar de nosotros o se acopla? 

Thomas: "Currar con Carlos es una seguridad, es uno de la familia lo conocemos como si fuera parte de nuestro grupos, conoce estilos sus consejos están bien vistos de como ver la longitud del tema el tempo así que creo que seguiremos en un futuro con el”. 

María: "A parte de ser un gran músico es un gran amigo y nos conocemos personalmente. No hay que construir en esa relación de confianza y decir que una cosa queda mal. Por lo menos en Valencia y parte del extranjero es el Da vinci, lo toca todo e interpreta todo, y técnicamente es un crack, no necesitas trabajar con nadie mas."

Josep: "Antes de conocer a Carlos eramos sus fans imagínate grabar con tu ídolo que admiras."

¿Cuántos grupos de Valencia son capaces de reunir mas de cien personas tres o cuatro veces en su ciudad?, nos pregunta Josep al comentar la respuesta del público en su presentación del disco en Valencia. Y así acabamos en un debate en modo bucle del cuál es difícil escapar y en el que, al menos, de momento no se visualiza un aspecto de mejora en la música en directo: “La gente responde al primero. Al siguiente repite uno pero es muy jodido. Lo que necesitamos es trascender de tu público pero no lo conseguimos. Sin medios ni apoyo puedes dar ese salto. por eso lo que necesitamos es trascender de tu publico de tu ámbito pero no lo conseguimos. Lo veo muy complicado y no sé y luego hay un poco mal endémico en Valencia es que los conciertos los promocionan bandas, salas y los promotores se quedan como en un segundo plano.” 

María añade que: “Faltan infraestructura radio, televisión publica. No puedes pedir a blogs que hagan de promotores, deberían promocionar la cultura los que tienen arma de comunicación potente. Antes existían pero tampoco hacían esa función.” 

Y Josep remata de forma contundente: “Es frustrante para un músico y es alarmante cara un publico que no se interesa o curiosea de que va a ir a su ciudad y solo se está fijando en lo mas grande. 

En cuánto a la oferta musical en Valencia sabemos que es muy amplia y variada. Pero que destacaríais para que la cosa mejorara en este sentido respecto a la dignidad hacia el trabajo del músico o el interés de un público muy pobre en cuánto al circuito de salas se refiere. 
¿En qué aspectos mejoraríais la estructura y el planteamiento de bares que ofertan conciertos en directo? 

Josep: Por suerte o desgracia estuvimos viviendo en EEUU. Hicimos una veintena de conciertos en acústico y nos pagaban en muchos sitios. Es otro concepto totalmente diferente. Las salas tenían un equipo en condiciones, te ponen medios, apuestan por la música. Aquí nos hemos pasado a lo cómodo. Es una cuestión cultural y no lo tenemos asumido. Si tu tienes un local y te comprometes a pagar al grupo un mínimo, vas a moverte más para que vaya la gente, consuma y paguen su entrada. Creas cultura, creas parroquia. Un ejemplo sería el Loco Club, han creado una comunidad. Les ha costado pero para mí es el camino.” 

Habéis llegado a semifinalistas de concursos como Sona la Dipu y Vinilo valencia ¿Creéis que el tejido de estos concursos son importantes y cómo vivisteis la realidad del concurso? 

Josep: Nos hemos presentado con la única misión de tocar en condiciones decente sin que nos cueste un duro pero ya somos demasiado viejos para ganar un concurso."

María: “No se trata de vejestorios se trata de tradición, no podemos ganar un concurso...”

Josep: “A mí me parece bien iniciativas de Vinilo y Sona la Dipu, que parece que esta mejorando poco a poco. Antes era un escándalo terrible y ahora es un poco más acorde con lo que debería ser.”

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