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lunes, octubre 16, 2017

Luna + Ramírez Exposure. La Rambleta (Valencia) 12-10-2017

Tercera parada del ciclo "Popular Songs: Transatlanticism", que reivindica a unos Luna situados en la categoría de clásicos y más en forma que nunca.


Reinventarse o morir. Eso bien lo sabe todo aquél que se dedique al arte en cualquiera de sus vertientes. La música popular no está exenta de ello: el circuito de directos, sobre todo en una ciudad como Valencia, cada vez más viva en cuanto al aspecto cultural se refiere, debe replantearse muchas cosas para poder sobrevivir. Una de ellas es la forma en que dicha oferta cultural se argumenta, pues los conceptos tradicionales han encontrado la horma de su zapato al enfrentarse a un público disperso o despistado, al que le cuesta llenar salas.

Ante ello, una de las posibilidades es optar por la fuerza de la unión: quizá juntar varias propuestas bajo un mismo concepto dé forma a una solución lo bastante atractiva como para que el respetable se anime a salir de casa. Así lo han hecho las personas que hay detrás de una de las promotoras más longevas de la ciudad del Túria. Nadie duda que Tranquilo Producciones es sinónimo de amor incondicional por el pop en su formato más underground, así que porqué no hacer un ciclo de conciertos, alejado del concepto festival (holgado espacio temporal entre concierto y concierto, locales adecuados, comodidad para el espectador), cuyas entradas puedan adquirirse en pack a un módico precio. Son conciertos que normalmente hubieran programado uno por uno, pero que así se promocionan juntos, despiertan la curiosidad y se guían por la coherencia y el buen gusto. Su pequeño tributo al pop.

Visto así, parece una buena idea. Y la verdad es que pasado ya el ecuador del ciclo "Popular songs: transatlanticism" podemos decir que la experiencia está siendo un éxito. Además, se programa siempre a modo de doble cartel, con un artista principal internacional y un telonero que en la mayoría de los casos es local e incipiente, lo cual honra a la organización. Tras el buen sabor de boca generado por los dos primeros conciertos del ciclo: King Creosote + Gilbertástico en Loco Club y Clap Your Hands and Say Yeah + The Harpoonist and The Axe Murderer en Rambleta, llegaba la hora, el pasado jueves, de una de las bandas más queridas por los aficionados valencianos, los neoyorquinos Luna.

La banda integrada por Dean Wareham, Britta Phillips, Sean Eden y Lee Wall es sin duda una de las más queridas por el público de Valencia. Sus conciertos aquí siempre han tenido categoría de acontecimiento y ya cuando hace dos años decidieron regresar tras diez de separación, el resultado de su visita a la ciudad fue magnífico. Previsible era, pues, que esta nueva ocasión, sobre todo ante la renovada fe en sí mismos que demuestran dos nuevos ofrecimientos discográficos, como el interesante lp de versiones "A sentimental education" o el ep instrumental "A place of greater safety", que les muestran pletóricos y evolutivos, la cita se saldara incluso con mejor sabor que la anterior.

Rebobinemos: miércoles 4 de abril de 2015, Luna regresa a tierras levantinas tras diez años de separación y brindan al personal congregado en la Rambleta (que era numeroso, pero no alcanzaba el llenazo), un concierto impecablemente emotivo que deja gran sabor de boca. Algo más de dos años después, exactamente en el mismo sitio una sala abarrotada de gente de variada edad entre la que se encontraban gran número de músicos y profesionales de la cultura, espera tan o más expectante que en aquella anterior ocasión la salida de este importante eslabón de la cadena evolutiva de la vanguardia guitarrera de la gran manzana (Velvet-Television-Sonic Youth-Luna) que ya no regresa sólo por el dinero, sino que además se ha reencontrado como banda y tiene cosas que decir.

Antes de esa esperada salida, el doble cartel que conforma cada una de las paradas de este ciclo de canción popular presentaba como maestro de ceremonias a Víctor Ramírez, que bajo su alias de Ramírez Exposure ha estado acompañando al grupo estrella durante toda su gira peninsular, y que sigue presentando un disco, "Young is the new old", al que ya dedicamos sobrados elogios por aquí .

Pese a un rodaje intenso en directo durante meses, hay que decir que su actuación tardó algo en arrancar, quizá debido al uso al principio de sonidos pregrabados que restaban agilidad y matiz al resto y no fue hasta que el valenciano salió a cantar con la única compañía de su guitarra eléctrica (preciosa su versión de "Thirteen" de Big Star) que el concierto realmente remontó el vuelo,  tras lo cual volvieron a unírsele Luís Torregrosa (Naima, Soledad Vélez) a la batería y Sebastián Benavente (Tórtel) al bajo, con los que, esta vez sí, culminó un gran concierto que dejó con ganas de más.

Tras Ramírez, los cabeza de cartel no se hicieron esperar haciendo gala, una vez más, de meticulosidad a la hora de disponer cuidadosamente ellos mismos todo su material sobre el escenario, como hicieran en su anterior visita. "GTX3", canción inaugural de su más que interesante EP instrumental, fue la encargada de abrir este concierto, demostrando, al igual que lo hace en su versión de estudio, que su luminoso encanto narcótico es fiel retrato de una banda que vuelve a serlo, de unos músicos que gozan de una segunda vida aún mejor, si cabe, que la anterior y eso es precisamente lo que se desprendía del escenario desde que sonaran sus primeras notas.


Todo sigue ahí, inalterable, imperturbable: Lee sigue estando criogenizado, Sean desprende socarronería, Dean es tan magnético como siempre y Britta... Brita quita las palabras. A clásicos tan obvios como "Sideshow by the seashore", "Lost in space", "Chinatown" o "Tracy I love you", se unían otros algo más inesperados como "I want everything", "Malibu love nest" o "Sill at home", que hubieron de convivir con algunas de las revisiones de canciones ajenas que pueblan su nuevo disco largo.


Cosas tan rotundas como "Let me dream if I want to" (Mink Deville) o el "Gin" de Willie "Loco" Alexander, que no tienen nada de anecdóticas, pues pocos pueden llevar a su terreno la música de otros como lo hacen ellos (ya lo han demostrado en muchas ocasiones) y supieron a gloria, al igual que un "Car wash hair" que les han robado definitivamente a sus compañeros de generación Mercury Rev, o la sorpresa absoluta de "One fine summer morning", de la gran Evie Sands, cantada magistralmente por Britta (quizá la música más dotada de todos ellos), que sirvió de preludio a ese gran final que fue "23 minutes over Brussels", en una tremenda lectura que fue un  despliegue de intensidad en toda regla.


No cabe duda de que Luna sigue sabiendo firmar un concierto inapelable, una demostración de rock and roll crudo, sentido y lírico, como pocos actualmente pueden acometer sobre un escenario, a plena satisfacción de un público conocido y entregado, pero no por ello poco exigente. Ojalá todos los clásicos supieran auto reivindicarse como ellos lo están haciendo. Desde luego su vuelta y la buena forma que están mostrando les hacen merecedores de todos los elogios que podamos brindarles. Por mí, que vuelvan mañana mismo.






















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