Ha calado, y mucho, entre el público granadino, el concepto
del “concierto vertical” que se puede disfrutar en Lemon Rock desde que, hace tres años, abrieran sus puertas a la
ciudad y al rock. Está claro que disfrutar de espacios alternativos donde
disfrutar lo mismo de un concierto que de unas cervezas y unas croquetas era
necesario para dar variedad a la amplia oferta musical que disfrutamos en
Granada.
Ahora celebran ese tercer aniversario con una baterÃa de
buenos conciertos sin desperdicio. Entre ellos, el miércoles, los gallegos Maryland que, si bien no consiguieron
que el grueso de público que acudió a ver a The Posies entrara a disfrutar de
su música, se metieron en el bolsillo a los que ya sabÃamos que se trata de una
de esas bandas imprescindibles, con temas redondos y una puesta en escena que
es un disfrute para los asistentes.
Algunos repetÃamos tras verles la tarde anterior en Discos Bora Bora llevándonos una grata
sorpresa al disfrutar de un concierto tremendo, en otro de los espacios que ya
no concebimos sin música y que apuesta firmemente por todas las bandas, desde
sus comienzos y sin cerrarle puertas ni oportunidades a nadie.
El Lemon Rock repitieron prácticamente repertorio,
lo cual no era un problema, sino más bien una segunda oportunidad de disfrutar
plenamente de los temas de su último trabajo “Resplandor”, un álbum con una
decena de temas para escuchar disfrutando el momento. No defraudaron, aunque sigue
siendo una pena la decepcionante actitud que tiene el público general con los
teloneros en los conciertos. Eso sÃ, un lujo disfrutarles sin estar tan
apretados como estuvimos en cuanto llegó el turno de los americanos.
Sobre ellos, tengo que reconocer que fui de los muchos que
llegó tarde a su música, recogiendo aún las últimas mieles del grunge y muy
inmersa en el punto de vista fatalista y depresivo de una generación que andaba
aún bastante perdida, The Posies pasó
ante mis narices sin que reparase en ellos hasta hace unos veincicinco años
que, teniendo en cuenta que celebran ahora su treinta aniversario, no fue
demasiado tarde y serÃa con “Dream all day”, uno de los temas más emblemáticos
de la banda, imprescindible para entender su sonido.
Una carrera llena de altibajos y desencuentros en un grupo
bicéfalo donde Jon Auer y Ken
Stringfellow han tenido un peso enorme en el devenir de la banda. Unos
altibajos que ahora, en plena madurez personal, se han hecho menos latentes y están
permitiendo una de las mejores giras de The
Posies. En plena forma musical y personal, la voz de Jon Auer, secundada
por la de Ken, con la que casa a la perfección y la fuerza a la guitarra de
ambos componentes hace que cada uno de sus shows siga siendo una exhibición de
buena música. Aún no sé por qué, los grupos angloparlantes consiguen ese
sonizado tan compacto con capacidad para crear verdaderos himnos generacionales.
Y de esos, The Posies,
tienen unos cuantos. Todos ellos, tocados con verdadera rabia y una demostración
de que puedes hacer buena música y divertirte, subir sobre la baterÃa y seguir tocando,
bailar con el público y animarlos a saltar con la banda o lanzar la guitarra al
aire sin perder el resuello para seguir cantando sin fallar una nota (momento Guitar Hero incluido en un popurri de temas conocidos que esbozaron con mucha soltura). Gran
actuación, con una pequeña colaboración por parte de Carmencita Calavera y mucha
comunicación con un entregadÃsimo público que sudó bien con ellos la camiseta.
Ojalá, el público, anclado siempre en las canciones del ayer, las bandas
tributo y el rock de toda la vida, diera tanto a los artistas de nuestra
generación. Aunque, quizás, dentro de unos años, los de ahora sean los clásicos
con los que hacerse pedazos cantando a voz en grito cual karaoke. Quién sabe, y
mucho menos en el difÃcil mundo de la música.
Crónica: MarÃa Villa
Fotos: J. M. Grimaldi
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