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viernes, marzo 08, 2019

8M. Rebel Girl

8M. Día de reivindicación, de visibilidad, de mareas moradas en la calle. Una industria musical machista por tradición (¿qué industria no lo es?) que topa con las voces de mujeres que exigen su lugar, su espacio y su revolución: El escenario también es nuestro. "Rebel Girl" de fondo, con  un ejército de Kathleen Hannahs. Hablamos con María López (bajista, guitarrista, compositora, vocalista de Atlàntic o Moonflower), Vanessa Giner (música y cantante de Carraixet y componente del Col.lectiu de Treballadores de la Música Valenciana), Laura Albert (Làuder, técnica de sonido y fundadora del colectivo Fusa Activa), Iosune Noguera (guitarra y voz de Mantequilla Voladora) y Quiteria Muñoz y Úrsula Segarra (soprano y arpista respectivamente del dúo de música clásica De Soprano y Arpa), 6 trabajadoras de la música que reivindican a diario el espacio y el trabajo que nos corresponden como mujeres.

Un día. Y el resto del año, ¿qué?. Utopías sociales que se pelean a diario pero a las que solo el 8 de marzo se unen aquellos que quieren lucir medalla y sacar pecho. Para María López “es una pesadilla que me cansa. Necesitamos ser visibles todo el año, no solo hoy 8 de marzo. Es la única forma de normalizar nuestra presencia sobre los escenarios y ocupar un espacio tradicionalmente copado por hombres”. Y no solo pasa en la música, como señala Laura Albert “que solo te recuerden para los especiales del 8M pasa también en los medios de comunicación, incluso conozco a técnicas de sonido a las que le ha sucedido también. Es necesario que nos programen todo el año como un hecho natural y no como algo aislado”. Úrsula y Quiteria afirman rotundamente “por supuesto nosotras ese día hacemos huelga”.

El 8M tiene para todas ellas una misma raíz, reivindicar la visibilidad de las mujeres frente esa historia machista e interesada que las oculta. “A mí el 8M sí me representa. Todos los días del año son un 8M en los que reivindico la visibilidad de las mujeres en la sociedad. Para mí es un ritual en el que lo quemo todo esa semana, me renuevo y vuelvo al día siguiente con más ganas”, comenta Vanessa. Para Iosune Noguera “el día de hoy representa la necesidad de mostrarle al mundo que las mujeres somos también imprescindibles. Durante el resto del año las mujeres de la música dejamos de existir, sobre todo si tienes peso en la banda, como en mi caso, que soy voz y guitarra. Por eso esta semana no participo ni regalo mi trabajo para que me den visibilidad”. Laura tiene presente que “es una fecha simbólica que nos recuerda que seguimos siendo discriminadas” y dentro de esa discriminación María, como docente, habla de la única alternativa del feminismo: “el activismo y la pedagogía feminista hay que hacerlos día a día (y muchas veces resulta agotador)”.

Precisamente María es también madre (y referente) de una niña y recuerda cuando llegó a una prueba de sonido embarazada. “Me chocó la sorpresa generalizada de todos al verme: a una semana de parir, con una barriga inmensa y mi guitarra colgando en horizontal. Un hecho tan normal no se ve habitualmente sobre un escenario”. Hombres que no quieren enterarse de lo que sucede alrededor y que menosprecian a las mujeres en todos los campos, y desde luego, aquellos con “poder”. Iosune recuerda cuando la discriminaron en una jam session. “Fue lo más vergonzoso que he vivido sobre un escenario. Fui la única mujer instrumentalista que subió a tocar y tuvo que acompañarme el organizador… Además, se sorprendió cuando le indiqué que quería hacer un solo de guitarra. Nunca más repetí jam en esa sala”. Discriminación que han sufrido todas ellas. Vanessa recuerda una ocasión en la que comenzaron a insultarla, a ella y a sus hermanas “nos insultaban metiéndose con nuestros cuerpos y nos tiraban cacahuetes entre otras cosas”. Pero como estas, tiene mil historias similares para contar, como Quiteria “recuerdo un suceso lamentable ensayando con una orquesta en la que el director se refería a mí en tono siempre lascivo, con insinuaciones delante de una orquesta de 80 músicos demostrando su superioridad e intimidándome. Fue horrible”. 

Hablar de referentes es esencial para que las niñas puedan tener un modelo que seguir lejos de los rancios roles patriarcales. Es primordial contar con referentes, compartirlos y visibilizarlos. Para Iosune la trayectoria de Joan Jett es esencial para reconocerse ella misma como música, “con Joan mucha gente no distingue entre hombre y mujer y se quedan solo con el punk”. María recuerda que “los primeros grupos a los que seguí intensamente fueron masculinos por esa falta de visibilidad de la que hablamos. Me fascina Mimi Parker, la baterista y vocalista de Low. Su sencillez y naturalidad a la hora de crear y esa profundidad hipnótica que atesora”. Entre los referentes de Vanessa están sus hermanas, instrumentistas, o Nina Hagen. “A nivel internacional me flipaba mucho, una cantante de ópera muy punk. En el conservatorio mis profesores se empeñaron en que fuera cantante de clásica, pero me imaginaba como ella: transgresora, con cresta y trajes raros. La veía como una supermujer, como una guerrera sobre el escenario”. Sin embargo Laura carece de referentes como técnicas de sonido: “Mis referentes son mis profesores de FP, hombres, y todos los técnicos con los que he trabajado y han sido amables conmigo”. En el caso de la música clásica, y como comenta Quiteria, “la huella femenina es tan lamentable que dan ganas de echarme a llorar. Qué pena. Hubo mujeres valientes, claro que sí: Clara Schumann, Alma Mahler o Matilde Salvador. Pero no encontraremos el equivalente de un Mozart o un Bach”. 

Les pedimos que lanzaran un mensaje para aquellas jóvenes músicas que comienzan en esta industria, y todas coinciden en la lucha y en la libertad. “El mensaje es claro, luchar. Luchar contra el ‘esto no lo hagas’. Luchar y que las nuevas generaciones se cuelguen una guitarra, un bajo, sonoricen directos, regenten salas,… sin reproches o risitas de fondo”, comenta Iosune. Quiteria lanza una daga positiva, y es que “la mujer sí puede vivir de la música, nosotras somos el ejemplo. Animamos a esas niñas porque pueden convertirse en directoras de orquesta, pianistas, cantantes, compositoras… El monopolio masculino quedó atrás”. Laura advierte de que “no se trata de un ambiente fácil ni amable; es jerárquico y patriarcal. Que se preparen para recibir críticas pero que tiren ‘palante’ caiga quien caiga”. Ese espíritu aguerrido es al que remite también María: “Que no se rindan nunca. Que a pesar de las críticas despiadadas que sufrimos a veces el esfuerzo merece la pena. Somos el 50% de la sociedad y ese lugar nos pertenece. Nos lo tenemos que creer”. Libertad que es esencial para Vanessa, porque “pueden hacer lo que les de la gana. Que no se dobleguen ante los machistas, que no se valoren a través de la mirada masculina… Que los escenarios serán feministas o no serán”.

6 trabajadoras de la música. 6 referentes a tener presentes. Mujeres que luchan por lo que creen, que luchan por ellas mismas y por enterrar las actitudes machistas y patriarcales dentro y fuera de los escenarios. Da igual el estilo, da igual el escenario. Un 8 de marzo para incidir en una realidad que, por mucho que se intente silenciar, sigue levantando su puño en alto. Gracias por responder a nuestras preguntas pero, sobre todo, gracias por seguir manteniendo encendida la mecha y por convertiros en referentes (no lo olvidéis) para una nueva generación de músicas.


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