Ya no pone puntos suspensivos a sus conciertos, terminan, de
forma rotunda tras repasar ampliamente su ya generosa discografÃa, en largos
conciertos como el que se pudo disfrutar ayer en Sala el Tren. Marwan, uno de los cantautores españoles que ha visto
cómo su carrera musical se iba forjando poco a poco, sumando poco a poco fans tras
cada una de las giras en las que ha ido presentando discos. Con la paciencia de
la hormiga que acapara con primor y la alegrÃa de la cigarra que reparte versos
y acordes.
Se le ve siempre alegre, a pesar de cantar canciones
tristes, tan tristes que él mismo presenta como de “concierto para cortarse las
venas”. Quizás acostumbrado a escuchar que se lo digan, o a imaginar pelÃculas de
vidas ficticias que sólo ocurren entre su imaginación y alguna cintura,
estrecha y altanera como la de la ciudad que tanto ama, Madrid.
Anoche, acompañado tan sólo por el piano de Daniel Sierra y su propia acústica, Marwan llenó de poemas una sala que
estuvo al borde del lleno y que recibió, en una desapacible noche de lluvia
primaveral, un público que demostraba sus muchas ganas de tenerle en Granada.
Algunos, haciendo gala incluso de su poca educación con múltiples
interrupciones e incluso reproducción, en directo, de los vÃdeos que iban
grabando minutos antes, creando una gran incomodidad especialmente entre las
primeras filas.
Precedido por Pez
Globo, que apareció tras el telón para sorpresa de muchos y regocijo de las
primeras filas, y que actuó a modo de intro, con tres temas y un par de poemas, muy ‘a la
moda’ de la puesta en escena que tienen ahora los “poeta-autores”, alternando
sus lecturas poéticas con su música, sin que hubiera interrupción estilÃstica
con respecto a lo que iba a venir después.
Fue, sin embargo, con la aparición del madrileño (de
ascendencia palestina), cuando el público se vino arriba coreando letras, que
todo el mundo parecÃa conocer de principio a fin y riendo con ganas las bromas
y ocurrencias del cantante que, una vez más, iba contando pasajes de su vida,
plagada de desamores.
Un concierto en el que hubo tiempo de pasar por todos los
discos de un artista que, en su momento, supo usar bien las redes sociales para
ir ganando adeptos a la par que lo hacÃa con sus discos y giras, no sólo por España,
sino también a nivel internacional.
Hay que decir que, además de la enorme corrección con la voz
y la guitarra, Marwan es quizás una
de las pocas personas que sabe recitar bien sus propios poemas y aprovecha esta
capacidad para unir ambas manifestaciones artÃsticas y propiciar momentos
Ãntimos y cercanos en los que el público, por fin, respeta con un mÃnimo
silencio, un espectáculo en el que siempre están de más las charlas privadas
que impiden disfrutar de la calidad de la música.
Y sÃ, lo sé, no era Pez Globo, el telonero era Pez Mago (Lucas), pero el guiño,
posiblemente, lo entenderán mejor quienes estuvieron anoche disfrutando este
concierto en Granada y, además, han llegado leyendo a este último párrafo.
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