La octava edición del Deleste Festival consiguió instalarse en el cauce del rÃo Turia con una respuesta por parte del público de más de tres mil personas. Durante la jornada se pudo disfrutar de más de ocho horas de conciertos y de dos espacios abiertos y gratuitos con sesiones de Djs: Deleste Electrònic y Espacio Movistar Jardines de Palau.
El pasado 9 de noviembre tuvo lugar la octava edición del Deleste Festival en una jornada que abarcó todo un dÃa de música en directo en un espacio maravilloso como son los jardines del Palau de la Música. El nuevo Deleste, tal como lo han bautizado los propios organizadores, nos plantaba ante un escenario muy diferente al de aquellas seis primeras ediciones en La Rambleta. El año pasado seguramente fue seguramente un punto de inflexión para el festival; encontraron el nuevo emplazamiento que les permitirÃa crecer (por fin) y proyectar una nueva etapa en la que en parte cambiarÃa esa esencia inicial del festival. El Palau de la Música se convertÃa en su nueva sede, siendo esto un hecho bastante significativo en la historia de un edificio clásico para la música en València.



Santi es un poco más insistente en la pérdida del espacio y la esencia inicial: “Hemos perdido cosas como estar viendo un concierto al lado de los músicos, los directos de proximidad, el ambiente que se generaban en La Rambleta, el encontrarse con el resto del público, esa gente conocida que ama la música en directo y la entiende como tú. Nos quedó un poco desangelado todo.”
Pero como todos sabemos, el Deleste nació de un sueño y las quimeras para alimentarlas a veces hay que reconducirlas y llevarlas a algo que los lleve a tener esa recompensa monetaria a la que nunca han podido llegar. Esa máxima de que trabajamos solo para pagar gastos la conocen bien sus organizadores. Esperamos que este año al menos la suerte les haya cambiado. Tanto Gemma como Santi entienden ese plano profesional, creen que es una evolución lógica del festival, que esa intimidad y pequeño aforo no puede ser sostenible, y por más que se beneficien como publico reconocen que en cierto modo la apertura es la consecuencia del paso de los años y de la necesidad de crecer. Además de que se pueda sumar más gente a un nuevo concepto de festival al lado del centro, al que se puede ir andando o en bici, al aire libre, con la ocupación de un espacio bello y muy simbólico e importante para la ciudad.
En cuánto al cartel echan en falta como nosotros esas bandas que nos descubrÃan (McEnroe o Joe La Reina) o propuestas en las que apostaban que salÃan de la corriente general y que nos hacÃan perder el control y sudar (Toundra, Perro, Mujeres o El lobo en tu puerta). Santi y sus amigos se hicieron sus cábalas y pensaron que al coincidir con el Primavera Weekend habrÃa alguna oportunidad de que alguna banda que tocase allÃ, lo hiciera también el festival. Algo internacional, unos Belle And Sebastian, jeje. Ahà les sale la vena de fan y bueno por imaginar pensaron en unos Idles, esos sà que hubieran subido a base de bien la temperatura del festival. Por soñar que no quede, que encima es gratis. Gemma echó en falta grupos de post-rock como Tounda o Dûrga, más guitarras, las necesita. Para ella son muy deleste. A pesar de esas carencias encuentra que traer a Manel para que presente disco y unir a Second con la Orquesta de València es una apuesta atractiva, además que en el directo de los murcianos hubo una comunión entre todos y con el público, un respetable que lo disfrutó mucho. Además de descubrir propuestas como Alavedra o Pony Bravo. Para ella los carteles del primer año le representaban totalmente, eran todo grupos de su agrado, siempre me he nutrido mucho del festival y gracias a ellos he conocido a Pau Vallvé, Za! o Mike Kroll, por ejemplo. Siempre hay algo que desconoce y como tiene confianza plena con los organizadores se deja llevar. Añade que encima son gente que le ponen corazón y eso como público se agradece mucho. Se alegra mucho por ellos de que salten al formato grande, aunque se haya perdido esa intimidad.

El directo de Second y el producir el festival al aire libre ha supuesto una inversión mayor, algo más de riesgo. Los organizadores no tienen la intención de parar, no conciben la llegada del otoño sin el Deleste y les gustarÃa creer que la ciudad piensa igual. Como dijo Sean Frutos (cantante de Second): “Sin riesgo no hay arte”.
La sensación general de Quique es muy buena. Dice que no han tenido ninguna crÃtica mala en cuánto al espacio o el devenir del festival, salvo que alguien dijo que todo era muy caro. En este punto salimos en defensa del festival con unos precios más que asequibles y una organización impecable que no produjo ni colas ni incidentes. De parte de los músicos y la gente del sector han recibido la enhorabuena en cuánto a comodidad, sonido y visibilidad del nuevo espacio. ¡Están muy felices!, me cuenta emocionado.
Nosotros ratificamos que en cuánto a esos valores que menciona todo ha salió a la perfección. Solo nos queda seguir soñando el festival en ese enclave, y deseando que vuelva a estar la oportunidad del auditorio, y en parte, un cartel en el que encontremos todo eso que hemos echado en falta este año.¡Larga vida al Deleste Festival!
FotografÃa: Susana Godoy
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