
Entre las distintas iniciativas puestas en marcha a partir de la experiencia de estar confinados en nuestros hogares como medida imprescindible para superar los estragos del coronavirus, se celebró el Cuarentena Fest, un festival en streaming, vĆa tumblr, donde grupos y artistas de la emergente nueva escena independiente espaƱola y algunas propuestas latinoamericanas, sumaron esfuerzos para interpretar, desde su habitación o desde el salón de su casa, algunas de sus canciones mas celebradas.
Entre el lunes 16 y el viernes 27 de marzo, cincuenta y un conciertos se fueron haciendo realidad en nuestros ordenadores. Sets de entre treinta minutos y algo menos de una hora sin mÔs atrezo que algún croma, la decoración del dormitorio o del salón, los medios limitados y la imprudencia de permitirnos invadir su intimidad por un rato. Espontaneidad, buen humor, ganas de hacerlo bien, nervios, belleza, creatividad, algún problema técnico y momentos únicos que son ya parte de un una experiencia tan generosa como emocionante
Se atribuye a Mark Twain la celebre cita de que la historia no se repite pero rima; quizĆ”s esa concordancia se de porque los miedos, los anhelos y las esperanzas siguen siendo los mismos pĆ”jaros que siempre han dado cuerda al mundo. Entre la continuidad y las rupturas, entre la estructura y el cambio, juguemos a trazar rastros de carmĆn a la manera en la que el crĆtico de mĆŗsica Greil Marcus nos enseñó. Las sacudidas culturales tienen a institucionalizarse, a perpetuarse en su posición de privilegio; agotado el fulgor que los llevó a los mĆ”s alto, las propuestas cristalizan y se hacen institución.
Pasaban los aƱos y casi todos los festivales seguĆan presentando carteles tan parecidos que se hacia imposible identificar el aƱo o el lugar de celebración. En nuestro paĆs, las escenas duran demasiado. A pesar de estas tendencias conservadoras, los cambios generacionales siguen siendo una de las fuerzas mĆ”s intensas para provocar movimiento de placas, fisuras en los estratos y grietas en la corteza que permitan aflorar buena parte de la creatividad que se genera en el underground o en los mĆ”rgenes.
El concepto generación presenta, en su polisemia, perfiles vagos porque incluye a grupos de población y a grupos de creadores que llegan a su edad adulta marcados por un acontecimiento que, si no los define, al menos los identifica. La generación del 98 y la perdida de Cuba y Filipinas. La del 27 y la celebración del centenario de Góngora en el Ateneo de Sevilla. La del 36, la de la posguerra y la de los cincuenta. Los grupos yeyes, los cantautores y la canción protestas. El rock urbano, la Movida y su bote de colón. La ruta del bakalao y los fines de semana interminables. La Generación Superocho y el qué puedo hacer. La que supo festivalizar el indie hasta convertirlo en un nuevo mainstream en la segunda mitad de los dos mil y la del ready pa morir, malamente, pai, pai, el éxito comercial, los tatuajes en la cara, las uñas de gel y la limo pa' llorar.
LlevĆ”bamos varias temporadas viendo esperanzados todo lo que estaba surgiendo en los mĆ”rgenes del indie y, de repente, un virus cabrón nos confinó a medio planeta en nuestras casas. La Generación Dormitorio ya tiene su momento histórico y el Cuarentena Fest, un festival de mĆŗsica en streaming para tiempos difĆciles, podrĆa ser una de esas citas fundacionales que aglutina muchos de los rasgos de la nueva escena.
Si se nos permite una mirada panorĆ”mica y probablemente injusta en las singularidades, podrĆamos afirmar que cada generación se revuelve contra la anterior con desdĆ©n y desinterĆ©s. Frente a la grandilocuencia, la modestia. Frente a los grandes sentimientos, las pequeƱas caricias. Frente a la necesidad de salvar el mundo, redibujar los mapas y alcanzar al poeta Halley, la lucha diaria por emanciparse y pagar el alquiler.
A muchos habitantes de la Generación Dormitorio les pilló la Gran Recesión del 2008 en la ESO y ahora, cuando vivir por tu cuenta en la gran ciudad es toda una heroicidad, les estalla esta guerra mundial del coronavirus para congelar el presente y ensuciar los cielos del futuro con mĆ”s incertidumbres. No esperaban demasiado de lo que estaba por llegar pero no se merecĆan, no nos merecĆamos, esta mierda.
Los clĆ”sicos de Elefant, los primeros Planetas, la sensibilidad Dinarama, la herencia del mejor indie de Viaje a los SueƱos Polares y de Flor de Pasión, el espĆritu mĆ”s colorista y mĆ”s rabiosamente pop de algunos grupos de la movida, el Donosti Sound, el mal llamado tonti pop, el indie britĆ”nico de mitad de los ochenta, el bedroom pop de Orchid Tapes, Family, la Bienquerida y la mala hostia de Los Punsetes. "Tu Puta Barba" canta Confeti de Odio desde un salón de paredes pintadas de verde y adornadas con plantas de interior. Lucas de la Iglesia le dedica ese canción-puƱetazo a un tipo que le ganaba en todo y que tambiĆ©n podrĆa haber sido uno de esos mĆŗsicos que llevan mas de una dĆ©cada con su grupo triunfando en casi todos los festivales de EspaƱa.
QuizÔs sean Los Punsetes quienes mÔs claro han explicitado el choque frontal con la realidad realmente existente. En la valiente "Tu Puto Grupo", incluida en "Viva" ( Mushroom Pillow, 2017), los madrileños se permiten un desahogo visceral de los que una vez vertido ya no deja crecer la hierba. Da la sensación de que los mÔs jóvenes tienen un dialogo mÔs fluido con los que forjamos nuestros gustos entre la Movida, el C-86 y el primer indie chup chup que con sus hermanos mayores. Los artistas y grupos Sonorama han mandado tanto en los últimos quince años que no se han percatado de que las barbas dejaron de molar y que lo que ahora triunfa es el bigote. Hay que ser joven y guapo para que te queda bien un chandal; la Generación Dormitorio tiene todo el Futuro de su parte.
En el festival hay momentos valiosos y muchas sorpresas. La banda de La Plata Srta Trueno Negro argentinizan el "Sweet Jane" de The Velvet Underground con desparpajo y frescura. Apartamentos Acapulco cogen la canción de Yoko Ono "Listen, The Snow is Falling", que conocimos en el "This is Our Music" de Galaxie 500, la pintan de rojo y negro, la visten con sobriedad y emoción, le ponen mucho de Granada y consiguen una versión de belleza sobrecogedora. Si se acercan a la actuación de Marcelo Criminal lo descubrirĆ”n, guapĆsimo y muy bien peinado, exponiendo sus silencios y su dudas. Si les apetece algo de baile, tan necesario estos dĆas, Ćŗnanse a Evripidis y sus tragedias, el griego afincado en Barcelona, aguanta diez minutos sentando frente al teclado antes de levantarse del sofĆ” y ponerse a bailar como hacen las buenas personas cuando una melodĆa pop te zarandea con su belleza. Me gustó mucho el concierto de Caliza, la ex Rusos Blancos, trabaja las voces con una grabadora para que le hagan coros y asĆ levantar piezas de pop sintĆ©tico muy chulas.
No habĆa reparado en la mĆŗsica de Cabiria que actuó despuĆ©s. Su dream pop me gustó tanto que subrayĆ© su nombre; sus composiciones algodonosas fueron ideales para olvidar el encierro y recordar que encima de nuestros tejados nos esperan las estrellas. La catalana se atrevió con una versión de Caetano Veloso que nos supo a gloria. El pop electrónico de corte confesional de Casero tambiĆ©n resultó muy apropiado; la cantante arrancó algo dubitativa pero fue ganando confianza, cuando le llego el turno a Los Planes Contigo ya nos tenĆa a todos de su parte.
En la actuación de Kids From Mars encontrarĆ”n desafĆo y en la de Estrella Fugaz honestidad y ganas de incomodar.
Como si quisieran dejar claro que su relación con los sonidos urbanos es de disfrute e interĆ©s y no de rechazo, como la de muchos de los viejos seguidores del rock alternativo de los noventa que siempre estĆ”n despotricando del regatón, del trap , de C. Tangana y de Rosalia en Facebook, llegaba Megansito El Guapo para interpretar con desparpajo fino bonitos temas de amor y autotune. TambiĆ©n Carlos Caraballo optó por empezar su actuación interpretando el “Nena ven a por eso” de la Zowi con la Ćŗnica ayuda de su guitarra acĆŗstica. Cómo se notó que el granadino, pese a lo impecable de la actuación, echaba de menos a sus compaƱeros de El Colectivo Da Silva.
En todos los conciertos que he visto del festival se percibe las ganas de hacerlo bien y de no defraudar. En el cartel hay mucho pop confesional y con tendencia a reflexionar sobre las cosas que nos pasan. Me pareció valiente la puesta en escena llena de seda y seducción de rebe. El duo Marcos y Molduras nos dio una lección de hospitalidad y de como ser unos perfectos anfitriones al compartir con el público la intrahistoria de sus canciones. Uno de los momentos estelares de la cita fue ver a Confeti de Odio erigirse, sin pretenderlo, en uno de las voces autorizadas de esta juventud en cuarentena.
Hay mucho para disfrutar en esos doce dĆas de conciertos, hay reciĆ©n llegados y otros que ya saborean el Ć©xito como CariƱo, El Petit de Cal Eril o Anabella Cartolano de Las Ligas Menores. Me queda aĆŗn mucho por descubrir en todo esos directos vĆ©ritĆ© que ya viven eternamente en Youtube. Tengo muchas ganas de ver a Betacam, que estaba programado el Ćŗltimo dĆa del festival. Tuvimos la suerte de disfrutarlo, hace algunos aƱos, en las Naves de Valencia. Me identifico con facilidad con las historias que cuenta en sus canciones y con esas melodias de synth pop que tambiĆ©n riman con el legado de Carlos Berlanga, Astrud o La Mode.
Cuando todo esto pase y podamos abandonar las habitaciones espero que los grupos del nuevo indie de la cuarentena se coman el mundo. Si esta Generación Dormitorio encuentra su hueco y se termina consolidando, los amantes del buen pop lo agradeceremos.
Texto: Marcos Rubio
Fotos: Susana Godoy
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